Arte antiguo en Bilbao

El Museo de Bellas Artes de Bilbao represent¨® a comienzos de la transici¨®n democr¨¢tica uno de los ejemplos m¨¢s din¨¢micos de adaptaci¨®n a las nuevas necesidades que exig¨ªan la modernizaci¨®n de los museos del Estado.Durante los primeros a?os de la d¨¦cada de los ochenta ¨¦ste vivi¨® un proceso radical de renovaci¨®n con la ampliaci¨®n de sus instalaciones, con la creaci¨®n de nuevos servicios, la puesta en marcha de una actualizada programaci¨®n de actividades temporales y la reactivaci¨®n de su pol¨ªtica de compras .El actual museo surge la fusi¨®n en 1945 de dos iniciativas independientes: el Museo de Bellas Artes en 1908, y el Museo de Arte Moderno en 1925. Este hecho explica el amplio recorrido hist¨®rico de sus fondos, que contienen desde muestras sobresalientes de pintura rom¨¢nica hasta las manifestaciones del arte m¨¢s actual, convirti¨¦ndola en una de las pinacotecas m¨¢s completas del Estado.

Por tanto, del arte antiguo y su incremento patrimonial en los ¨²ltimos 12 a?os, trata esta exposici¨®n, que re¨²ne las piezas m¨¢s relevantes ingresadas a trav¨¦s de compras, donaciones y legados.

La simple relaci¨®n de las 22 obras reunidas para la exposici¨®n, expertamente comentadas por Juli¨¢n G¨¢llego en la gu¨ªa publicada, servir¨ªa para significar la importancia de los ingresos. Cabe destacarse los habidos gracias a legados y donaciones de particulares, fuentes tradicionales de los fondos del museo. Entre ellos sobresale el Retrato de Mart¨ªn Zapater, de Francisco de Goya, que, junto a La piedad, de Luis de Morales, proceden del legado de Ram¨®n de la Sota. A ¨¦stos se suman el Retrato de do?a Mar¨ªa de M¨¦dicis, de Frans Pourbus II, legado por Lorenzo Hurtado de Saracho, y La muerte de Dido, atribuido al pintor franc¨¦s Sebastien Bourdon, donaci¨®n de Mar¨ªa Dolores Urrutia.

El cap¨ªtulo de compras, que arranca en la primera mitad de la d¨¦cada con un Paisaje, de Carlos Haes; el Retrato de don Juan Francisco Xim¨¦nez del R¨ªo, de Vicente L¨®pez, y la extraordinaria Lamentaci¨®n sobre Cristo Muerto, de Anton van Dyck, tendr¨¢ en los a?os siguientes un mayor desarrollo con Vista de Fuenterrab¨ªa, de Paret; Retrato de se?ora, de Louis Michel van Loo; La Santa Faz, de Zurbar¨¢n; San Lesmes, de Murillo; El dios pan tocando la flauta, de Jordaens; la Magdalena penitente, de Ribera, o Do?a Juana, princesa de Portugal, de S¨¢nchez Coello, para culminar con Un pantano en un bosque en la oscuridad, del holand¨¦s Ruisdael, y el soberbio Retrato de Felipe II, de Antonio Moro.