Los kurdos turcos optan por la paz tras ocho a?os de guerra
Los guerrilleros kurdos han cumplido con su palabra y por primera vez en ocho a?os de lucha contra el Gobierno emergen se?ales de paz en el sureste turco. La tregua unilateral declarada por el Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK) hace poco menos de un mes expira el jueves, pero todo parece indicar que ser¨¢ ampliada.
La pr¨®rroga de la tregua permitir¨¢ abrir discretas negociaciones para cerrar el m¨¢s violento cap¨ªtulo de la historia contempor¨¢nea turca.Abdala Apo Ocal¨¢n, el temible jefe del PKK, no ha vuelto a abrir la boca desde la conferencia de prensa en la aldea libanesa de Mar El¨ªas el pasado 17 de marzo. Ocal¨¢n, visto por ¨²ltima vez con traje y corbata en lugar de su uniforme militar y las insignias de comandante supremo de uno de los m¨¢s aguerridos grupos insurgentes, probablemente reaparezca en los pr¨®ximos d¨ªas. Jalal Talabani, jefe de la Uni¨®n Patri¨®tica del Kurdist¨¢n (iraqu¨ª), y principal inspirador de este alto el fuego decretado por el PKK, asegur¨® ayer que ¨¦ste ser¨¢ extendido.
Sin duda, el PKK denunciar¨¢ casos en los qu¨¦ las fuerzas de la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito turcos siguen atacando a los kurdos turcos. La matanza en el sureste contin¨²a. Tres kurdos murieron el viernes y, por lo menos, 26 fueron arrestados en diversas operaciones. No se sabe con exactitud cu¨¢ntos han muerto desde que entr¨® en vigor la tregua, pero pasan de la docena. Pr¨¢cticamente no hay d¨ªa sin que se registren lo que la polic¨ªa describe como "choques armados", pero que en muchos casos no son m¨¢s que allanamientos dentro del marco de la implacable represi¨®n oficial.
Con todo, el Partido Kurdo de los Trabajadores va a tener que aceptar los t¨¦rminos de cualquier arreglo. Sus fuerzas est¨¢n diezmadas y Ocal¨¢n ya no cuenta con la simpat¨ªa de Siria. En suma, la "tregua de buena voluntad" no es sino expresi¨®n de fatiga y admisi¨®n de un fracaso. La opci¨®n separatista ha perdido atractivo y validez y el PKK, consciente de que el Ej¨¦rcito turco estaba ultimando detalles para una "ofensiva de primavera", ha alzado prudentemente las manos. De hecho, ha puesto en jaque al Gobierno.
Arquitecto de este proceso de pacificaci¨®n ha sido Jalal Talabani, el l¨ªder del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, que act¨²a como intermediario entre el Gobierno del primer ministro Suleim¨¢n Demirel y el PKK. Talabani niega ser un mediador, pero en realidad act¨²a como tal. Demirel quiere una rendici¨®n incondicional. Los kurdos demandan una amnist¨ªa y garant¨ªas sin que estas medidas sean necesariamente precedidas por un desarme total.
El Gobierno, dividido
"Los rebeldes deben darse cuenta de que 8.000 o 10.000 hombres escondidos en las monta?as, armados con unos cuantos fusiles, no van a lograr nada", dijo recientemente Demirel. "A ellos les instamos a que se acojan al refugio que ofrece el sistema judicial de Turqu¨ªa", agreg¨®.Para el PKK no es una proposici¨®n atractiva: los kurdos saben que el Gobierno de Ankara est¨¢ dividido y que, si bien hay sectores interesados en dar vuelta a la hoja para evitar que la cuesti¨®n siga erosionando la seguridad del Estado, los militares prefieren aprovechar la debilidad del PKK para dar un golpe mortal.
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