El f¨²tbol sue?a con el pasado
La ¨²ltima p¨¢gina del f¨²tbol en la actual temporada est¨¢ a¨²n sin escribir. Pero despu¨¦s de tantos sinsabores para el deporte rey franc¨¦s, la saison (temporada) 1992-1993 es toda una epopeya. El Ol¨ªmpico de Marsella y el Paris-Saint-Germain pueden llegar a las finales de la Copa de Europa y de la Copa de la UEFA, respectivamente.La selecci¨®n, tras un comienzo dubitativo, est¨¢ a¨²n en camino del Mundial, con lo que ser¨ªa el pleno tras la decepci¨®n de la ¨²ltima Eurocopa. Ya se recuerdan viejas glorias: el Stade de Reims, dos veces derrotado por el Real Madrid en finales de la Copa de Europa, o la selecci¨®n campeona de Europa en 1984 y brillante en los Mundiales de 1958, 1982 y 1986.
Francia ha. bajado en voleibol y ciclismo, donde busca siempre herederos dignos de sus figuras legendarias. Pero adem¨¢s de sus puntos fuertes se mantiene siempre con algunas estrellas individuales: Alain Prost, de nuevo en la F¨®rmula 1, aunque hasta ahora a la sombra de Senna; o la atleta Mar¨ªa Jos¨¦ Perec, campeona ol¨ªmpica y mundial de 400 metros, otro fruto de las colonias.
Galer¨ªa de leyendas
Y tampoco es que el nivel se haya extendido mucho m¨¢s. En los rallies est¨¢n Auriol y Delecour. En esqu¨ª, Carole Merle. La esgrima, el judo y la h¨ªpica son de entidad, pero sin alardes, como si la retirada de Pierre Durand y su legendario caballo Japeloup hubiese abierto un par¨¦ntesis. La nataci¨®n era ya de un tono menor y s¨®lo queda Catherine Plewinski tras la retirada de Stephan Caron. Y nada m¨¢s. En realidad, Francia a¨²n tiene que acordarse de sus leyendas: Killy, Mimoun, Anquetil, Bobet, Hinault, Poulidor. Pero se consuela muy bien con esta racha colectiva.
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