El saber de Amaya Bozal

La primera exposici¨®n individual de la jovenc¨ªsima pintora Amaya Bozal (nacida en Madrid en el a?o 1972), cuyos pocos a?os llaman la atenci¨®n precisamente no s¨®lo por su independencia respecto a los dictados de la moda actual, sino por el atrevimiento t¨¦cnico con que concibe su obra y las precoces muestras de sensibilidad.Amaya Bozal hace paisajes, pero, en vez de hacerlos sobre el motivo, m¨¢s bien los toma como una excusa pict¨®rica. Hay algo en sus horizontes marinos, en los que el cielo ocupa un amplio espacio, pleno de incidencias, y en los que la atm¨®sfera adquiere tonos acuarelados, que nos recuerda esa l¨ªnea del paisaje brit¨¢nico que identificamos con el binomio de Constable-Turner, luego seguida por muchos de los mejores naturalistas franceses, como Boudin. Pero, dando un salto en el tiempo, Amaya Bozal trabaja , admirablemente las texturas y emplea toda suerte de materias, como la arpillera, la gasa, el cordel, la madera, etc¨¦tera..., lo que, junto al uso de las gamas parduzcas, nos aproxima a la memoria del arte espa?ol, y en concreto a T¨¢pies, Millares, Lucio Mu?oz...

Inteligencia sint¨¦tica

En todo caso, lo que me parece m¨¢s interesante de la obra de Amaya Bozal, al margen de estas referencias puramente contextuales, es lo que revela acerca de la inteligencia sint¨¦tica de su autora, que es una pintora que construye el paisaje, que es lo mismo que decir que se lo piensa, que reflexiona sobre ¨¦l; en definitiva: que sabe lo imprescindible que en esta tarea es el c¨¢lculo de la emoci¨®n.?Es demasiado saber quiz¨¢, en el sentido de un saber prematuro? En cualquier caso, el saber no ocupa aqu¨ª el lugar que le corresponde a la frescura, a la emoci¨®n, a la sensibilidad. Es un uno de esos saberes que da gusto. Un buen comienzo, por tanto, el de Amaya Bozal.