Se publican los cuadernos que Barral escribi¨® durante m¨¢s de 30 a?os
Los editores destacan la enorme dificultad de la transcripci¨®n de los diarios
Un a?o antes de morir, en 1988, el propio Carlos Barral encarg¨® a la escritora Carmen Riera y al editor Mario Muchnick la edici¨®n de sus cuadernos acumulados a lo largo de 30 a?os. Escritos en castellano, catal¨¢n, franc¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n, lat¨ªn y griego, los saltos cronol¨®gicos, la dif¨ªcil caligraf¨ªa y algunas enigm¨¢ticas iniciales han dificultado enormemente su edici¨®n. 'Los diarios 1957-1989' fueron presentados ayer, con emoci¨®n y notalgia, por sus editores, por el presidente del Senado, Juan Jos¨¦ Laborda, por Alberto Oliart, y por Ia viuda del escritor, Ivonne Hortet.
Carlos Barral (1928-1989) ten¨ªa muchos frentes abiertos en su constante que hacer cultural. Como poeta, novelista o autor de libros de memorias; como editor, una labor que no se puede obviar si se intenta comprender la cultura espa?ola a partir de los a?os sesenta; y como pol¨ªtico, ya que fue senador del PSC-PSOE por Tarragona y miembro del Parlamento Europeo y colabor¨® en numerosos proyectos como la ley de propiedad intelectual. Por eso no es una casualidad que sus diarios, editados por Anaya & Mario Muchnik, fuesen presentados ayer en Madrid precisamente en el Senado."Hemos empezado en invierno y vamos a terminar en primavera". As¨ª describi¨® Barral una de las interminables sesiones de la C¨¢mara Alta en unas palabras que fueron recogidas por el presidente del Senado, Juan Jos¨¦ Laborda, en la presentaci¨®n de Los diarios 1957-1989. En el acto tambi¨¦n participaron Alberto Oliart, amigo de Barral desde la adolescencia; Carmen Riera, que se ha encargado de la edici¨®n del libro; el editor Mario Muchnik y la viuda del escritor, Yvonne Hortet, con quien comparti¨® durante 40 a?os su vida.
Tanto Riera como Muchnik, a quienes Barral encarg¨® la edici¨®n del libro en 1988, describieron los enormes problemas a los que tuvieron que enfrentarse a la hora de llevar el proyecto a buen puerto: desde los saltos cronol¨®gicos entre los diferentes cuadernos en los que Barral redactaba sus diarios hasta las dificultades en la transcripci¨®n de su dif¨ªcil caligraf¨ªa, pasando por algunas enigm¨¢ticas iniciales que aparecen en los textos. Adeirn¨¢s est¨¢n escritos en varios idiomas (castellano, catal¨¢n, franc¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n, lat¨ªn y griego), que reflejan la pasi¨®n que Barral sent¨ªa por las lenguas.Ni una coma
Yvonne Hortet s¨®lo uso una condici¨®n: que no se tocase ni una coma. "Carlos es muchas veces sincero y otras no tanto, y alguna gente sale mal parada. Por eso no quise que se tocara nada, ya que hubiese sido como traicionarle", se?al¨®. "A trav¨¦s de este libro se entienden muchas cosas sobre su obra. Es una obra autogr¨¢fica, porque toda su creaci¨®n est¨¢ profundamente unida con su vida". Carmen Riera, escritora y estudiosa de la Escuela de Barcelona, de la que Barral form¨® parte junto a personajes como Jaime Gil de Biedina o Gabriel Ferrater, se?al¨® que en los diarios se descubre que la literatura fue "la pasi¨®n absoluta de Barral", que "ante todo quiso ser poeta y lleg¨® a serlo". Alberto Oliart tambi¨¦n hizo hincapi¨¦ en que, por encima de los varios Barral que aparecen en sus diarios, destaca ante todo el escritor. Aunque, a?adi¨® que tambi¨¦n est¨¢n presentes "su rebeld¨ªa frente a su propio tiempo,, sus fantas¨ªas de caballero, su sentido ¨¦tico y est¨¦tico".
"El ¨²ltimo personaje que Barral represent¨® fue el pol¨ªtico", se?al¨® Juan Jos¨¦ Laborda y asegur¨® que esta actividad aparece numerosas veces rese?ada en los ¨²ltimos a?os de sus diarios, tanto en lo positivo como en lo negativo, cuando las sesiones se hac¨ªan tediosas e interminables, y Barral traduc¨ªa poemas latinos en sus cuadernos. Su labor en el Senado y en el Parlamento Europeo no se limit¨® a la cultura; sino que tambi¨¦n particip¨® en varias comisiones, como la de Pol¨ªtica Exterior.
Como en sus libros de poemas, en los tres tomos de su autobiografia (A?os de penitencia, A?os sin excusa y Cuando las horas veloces) o en su novela autobiogr¨¢fica, Pen¨²ltimos castigos, que le cost¨® en 1983 una querella por injurias, en los diarios, aparecen tambi¨¦n todas las facetas de Barral: su lucha con la creaci¨®n, su relaci¨®n con Yvonne, su pasi¨®n por el mar, sus amigos, su labor editorial, su trabajo como pol¨ªtico, sus decepciones (por ejemplo, cuando no fue reelegido senador en 1989), su amor por los cl¨¢sicos o su fino sentido del humor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.