Partidos nocturnos

En 1958, a prop¨®sito de un ensayo sobre Voltaire, escrib¨ªa Bertrand Russell: "No debe sostenerse ninguna idea con pasi¨®n. Nadie mantiene acaloradamente que 7 veces 8 son 56. Se sabe. El fervor s¨®lo es necesario cuando se pretende introducir una opini¨®n dudosa en la argumentaci¨®n-.Dos de los comparecientes del lunes, Solchaga de un lado y Rato del otro, comenzaron tranquilos, pero, al poco, los n¨²meros no hab¨ªa forma de que cuadraran. Los espectadores, que ya tras el combate Borrell / Cascos empez¨¢bamos a sentir fatiga, nos vimos m¨¢s de una vez tentados a levantarnos del sof¨¢ para echarles una mano. No se comprend¨ªa qu¨¦ clase de documentaci¨®n enredosa les hab¨ªan facilitado los subordinados, o si es que no sab¨ªan leer bien. En una ocasi¨®n, uno hablaba del 20%, y el otro del 1,9%, lo que a toda la familia nos hizo pensar que estaba mal puesta la coma. Los coeficientes, pero tambi¨¦n las sumas dispares, nos iban haciendo perder los nervios, contando, adem¨¢s, con la hora que era. El se?or Rato, que denot¨® educaci¨®n, prefiri¨® ceder alguna vez y hasta llegaba a decir que lo mismo daba. A Solchaga se lo llevaban, por el contrario, los demonios. Pronunci¨® 14 o 15 veces la palabra "mentira". Daba, en todo caso, la impresi¨®n de sentirse hasta el mo?o de defender una pol¨ªtica econ¨®mica con cuya naturaleza disciplinaria ha compuesto un mismo cuerpo. La intensa dedicaci¨®n a esta penosa brega ha ido deteriorando su paciencia moral y hasta su resistencia f¨ªsica. A Solchaga le so-br¨® casi media hora de encuentro, all¨ª de pie, sin fumar, y con un l¨ªo de cuentas de 7 por 8 que daban 43 y, otras, 88. Se echaba de menos, por otra parte, que a un socialista no se le ocurriera fundamentar sus argumentos con m¨¢s consideraciones de talante social, punto que habr¨ªa enaltecido la alta dosis de juventud que, en efecto, ha dejado en el cargo. A su lado, Rodrigo Rato parec¨ªa reci¨¦n salido de un ba?o de sales en una tina de alabastro y oliendo a sentido com¨²n.

Del debate previo, con dos representantes del PNV y el CDS condenados a hacer un l¨²gubre papel, Borrell demostr¨® ante Cascos que el PSOE tiene en ¨¦l al vicepresidente acorde con su dise?o fundacional. M¨¢s que esto. Es contundente, agresivo, seductor. No s¨®lo porque sabe mucho y bru?e su conocimiento d¨ªa a d¨ªa, sino tambi¨¦n porque su l¨®gica es una dur¨ªsima broca frente a la cual los enemigos siempre ser¨¢n blandos. De hecho, parec¨ªa prever con tanta seguridad su triunfo que se visti¨®, para el. torneo, de terciopelo plomo y gallardete ¨ªndigo, mientras el con trincante se amustiaba.