Antonio Gala re¨²ne sus textos de amor en 'El ¨¢guila bic¨¦fala'
Como si de un ¨ªdolo del rock se tratara, el escritor Antonio Gala abarrot¨® de admiradores la restaurada capilla del antiguo hospicio del Museo Municipal y la calle donde se encuentra este local, con motivo de la presentaci¨®n de su ¨²ltimo libro, que re¨²ne sus textos de amor, El ¨¢guila bic¨¦fala (editorial Espasa-Calpe), seleccionados por Carmen D¨ªaz Casta?¨®n. Fuera del recinto quedaron varios cientos de personas, muchas de ellas periodistas, a las que se impidi¨® la entrada. Entre los fans hubo incluso momentos que rozaron la histeria ante la frustraci¨®n de no poder asistir al acto.
Antes de iniciarse el acto, ¨¦ste cont¨® con la ausente presencia de Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, alcalde de Madrid, quien se pas¨¦, por el lugar para saludar a Antonio Gala cosa que no lleg¨® a hacer, ya que pretend¨ªa que el escritor se desplazara atravesando la sala abarrotada de p¨²blico hasta un cuartito donde se producir¨ªa el encuentro, tras el cual el alcalde ten¨ªa previsto irse. El apret¨®n de manos no se produjo y el alcalde se march¨®, lo que provoc¨® un comentario de Antonio Gala: "Ha venido como el amor, para decir que no puede quedarse".El comentario era id¨®neo en el contexto ya que aquello, m¨¢s que la presentaci¨®n de un libro, era una convocatoria en nombre del amor entre Gala y sus lectores. Para acompa?ar al escritor, adem¨¢s de Manuel, Ram¨ªrez, consejero director de Espasa Calpe, y Esperanza Aguirre, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, estuvieron el periodista Fernando Delgado y la actriz Amparo Larra?aga.
Fernando Delgado en su introducci¨®n calific¨® a Antonio Gala de perseguidor del silencio, m¨ªstico, sensual, pagano, lit¨²rgico de la palabra, esc¨¦ptico, resignado, oficiante de la palabra, evangelista contempor¨¢neo, anticlerical inveterado, escritor de la Historia, poeta imp¨²dico y penitente.
Dichoso y triste
Tras ¨¦l, la actriz Amparo Larra?aga, ley¨® varios fragmentos de El ¨¢guila bic¨¦fala, cosa que tambi¨¦n hizo el propio autor, no sin antes comentar a los asistentes que lograron entrar que se encontraba casi dichoso y casi triste: "Me encuentro dichoso porque veo que el amor tiene todav¨ªa la ¨²ltima palabra en un mundo que se ha quedado casi sin ninguna, y triste porque siento toda la a?oranza y melancol¨ªa de todos los Antonios que fui y todos los que alguien dej¨® de llamar... Queda como siempre despu¨¦s del amor, la amistad".Mientras todo esto ocurr¨ªa la casi totalidad de la prensa y unos cientos de desafortunados admiradores, se enzarzaban en la calle en una est¨¦ril discusi¨®n con los conserjes del Museo Municipal que impidieron la entrada, una vez estuvo la sala llena.
Babelia
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