Los elogios del cardenal primado

El cardenal primado de Espa?a, Marcelo Gonz¨¢lez Mart¨ªn, felicit¨® efusivamente a Felipe Gonz¨¢lez por haber recibido el premio Carlomagno y destac¨® que con ¨¦l se reconocen "los m¨¦ritos insignes de su dedicaci¨®n pol¨ªtica a la tarea de la construcci¨®n de una Europa nueva y unida".Marcelo Gonz¨¢lez, un obispo identificado con el ala m¨¢s conservadora de los prelados espa?oles, no escatim¨® elogios para el presidente del Gobierno y dem¨¢s premios Carlomagno que asistieron a la misa de pontifical que concelebr¨® ayer por la ma?ana en la catedral, junto con el obispo auxiliar de la ciudad, Gerd Dicke, y otros seis sacerdotes oficiantes. El cardenal primado les dijo: "Ten¨¦is entre manos, se?ores, una empresa gloriosa", para a continuaci¨®n a?adir: "Construid Europa, se?ores, pero no prescind¨¢is de Dios".

"Si el Se?or no construye la casa, en vano se afanan los alba?iles", apostill¨®. Las frases no eran una cr¨ªtica, sino m¨¢s bien un ruego. El arzobispo de Toledo se pregunt¨® en otro momento de la homil¨ªa si no era la falta de respuesta perseverante al sentido del hombre lo que tantas veces ha faltado en la historia de Europa, "desgarrada por los enfrentamientos, incluso los religiosos".

Las ¨²nicas cr¨ªticas contra Gonz¨¢lez y su empe?o europeo no fueron vertidas en la catedral, iborrada de feligreses alemanes en el d¨ªa de la Asunci¨®n, sino en la calle. "Gonz¨¢lez estas acabao coje la maleta y bete al carajo" (sic), rezaba en la plaza del Ayuntamiento una gran pancarta negra y roja repleta de faltas de ortograf¨ªa, que exhib¨ªan una treintena de j¨®venes, en su mayor¨ªa alemanes, simpatizantes de la Confederaci¨®n Nacional de los Trabajadores (anarquista).

Otra pancarta m¨¢s peque?a, desplegada por manifestantes espa?oles, felicitaba al jefe del Gobierno, pero preguntaba a continuaci¨®n: "?Y Filesa y los 3 millones de parados?".

"No a la fortaleza Europa", se pod¨ªa leer en una tercera y ¨²ltima pancarta esgrimida por un grupo de alemanes que ped¨ªan una CE m¨¢s solidaria con el Tercer Mundo y la Europa del Este.

Cuando, tras la ceremonia, Felipe Gonz¨¢lez cruz¨® con su s¨¦quito la plaza, la mayor¨ªa del p¨²blico, compuesta por alemanes e inmigrantes espa?oles, le aplaudi¨®, acallando de esta forma los gritos y las protestas, mezclados con insultos, que le profer¨ªan los anarquistas.

Cuando el presidente del Gobierno se acerc¨® a la gente para saludar de cerca, la polic¨ªa tuvo que evitar que el p¨²blico, ¨¢vido por dar apretones de mano a Gonz¨¢lez, derribase las barreras de seguridad.