El arzobispo de Guadalajara muere acribillado en un tiroteo entre bandas de 'narcos' mexicanos
Un tiroteo entre bandas rivales de narcotraficantes acab¨® en tragedia el lunes en el aeropuerto internacional de Guadalajara (Estado de Jalisco) al morir acribillado en la refriega el cardenal Juan Jes¨²s Posadas Ocampo, arzobispo de esa localidad mexicana y uno de los hombres de confianza del Papa en Am¨¦rica Latina. Junto a Posadas, que circunstancialmente se encontraba en el lugar de los hechos, murieron otras seis personas, entre ellas su ch¨®fer, y resultaron heridas alrededor de veinte. La matanza se inici¨® en el aparcamiento y continu¨® luego en el interior del aeropuerto.
La muerte de Posadas, v¨ªctima de un fuego cruzado, a tenor de los impactos recibidos, ha provocado consternaci¨®n en M¨¦xico, especialmente en Guadalajara, donde la gente se ech¨® espont¨¢neamente a la calle pidiendo justicia. Hay dos personas detenidas, pero el grueso de los agresores se dio a la fuga. El papa Juan Pablo II calific¨® ayer la muerte de Posadas y de otras seis personas (le "injustificable acto de violencia".La capilla ardiente con los restos del cardenal Posadas fue instalada el mismo lunes en la catedral de Guadalajara, que desde ese momento permanece abierta y abarrotada de fieles. Salinas, en un vuelo rel¨¢mpago, viaj¨® esa misma noche a Guadalajara, entr¨® en la catedral, escuch¨® de centenares de personas gritos pidiendo justicia y guard¨® un minuto de silencio frente al fer¨¦tro. De esa forma, se convert¨ªa en el primer presidente que oficialmente visita un templo cat¨®lico en M¨¦xico desde la proscripci¨®n de la Iglesia por Benito Ju¨¢rez.
Los hechos ocurrieron el lunes a las 15.40 horas de M¨¦xico (23.40 hora peninsular espa?ola) cuando Posadas, uno de los dos cardenales de M¨¦xico, se preparaba a bajar de su autom¨®vil para recibir al pronuncio vaticano Girolamo Prigione, cuyo avi¨®n estaba a punto e aterrizar en Guadalajara en ese momento. Prigione, uno de los art¨ªfices junto a Posadas del restablecimiento, hace un a?o, de las relaciones de M¨¦xico con la Santa Sede, viajaba en un vuelo comercial procedente de la capital mexicana.
"Fue un infierno"
Pese a que han circulado versiones sobre un enfrentamiento entre polic¨ªas y narcotraficantes, lo que parece que ocurri¨® en el aparcamiento del aeropuerto fue un tiroteo entre bandas rivales, seg¨²n informaron fuentes gubernamentales, que no descartaban tampoco la posibilidad de una emboscada contra un objetivo concreto que pudo ser confundido con el cardenal. El, cuerpo del arzobispo de Guadalajara,, de 66 a?os, presentaba 14 impactos de bala, y su autom¨®vil, 37.
"Fue un infierno", aseguraron testigos presenciales. "De repente empezaron a sonar disparos por todas partes. Cundi¨® el p¨¢nico y la gente se tir¨® al suelo, lo que evit¨® que la tragedia fuera a¨²n mayor", a?adieron. Cinco de las v¨ªctimas de esta matanza, entre ellas Posadas, fueron tiroteadas en el aparcamiento, y el resto junto a la sala de vuelos nacionales, donde tres de los agresores dispararon a quemarropa en su huida contra dos mujeres que murieron en el hospital.
Posadas muri¨® en el acto, dentro de su autom¨®vil. El cuerpo de su ch¨®fer yac¨ªa junto a ¨¦l. El resto de las v¨ªctimas del aparcamiento, dos de ellas narcotraficantes y una tercera, pariente de un conocido jefe mafioso de la zona, murieron tambi¨¦n en el acto.
El avi¨®n en el que viajaba Prigione, que aterrizaba en ese momento, fue obligado a permanecer dos horas y media estacionado y con sus pasajeros a bordo junto a la cabecera de pista. El aeropuerto fue cerrado al tr¨¢fico durante casi toda la tarde y encomendado al Ej¨¦rcito para su custodia.
La polic¨ªa lleg¨® al lugar de los hechos minutos despu¨¦s y bloque¨® todos los accesos. Una de las bandas rivales dej¨® abandonada una furgoneta, en cuyo interior se encontraron varios fusiles AK-47, arma utilizada habitualmente por los narcotraficantes. Tambi¨¦n fueron halladas varias granadas.
Pese al silencio policial, se supo por diferentes versiones que la agresi¨®n vino de un grupo de tres personas que se encontraba apostado y a la espera de la llegada al aeropuerto de miembros de otra banda.
Escalada suicida
La tr¨¢gica muerte del cardenal Juan Jes¨²s Posadas Ocampo y otras seis personas m¨¢s en Guadalajara se produce parad¨®jica mente en un momento de gran des aciertos por parte del Gobierno en la lucha contra el narcotr¨¢fico en M¨¦xico, producto de la pol¨ªtica de mano dura adoptada por el nuevo pocurador general de la Rep¨²blica, el superjuez Jorge Carpizo. Sin embargo, la matanza ocurre tambi¨¦n dentro de lo que se considera como una escalada suicida de acciones violentas por parte de estas bandas, que han desatado entre ellas una guerra sin cuartel, ya no s¨®lo por el control del tr¨¢fico de estupefacientes en territorio mexicano, ¨²ltima escala antes de la introducci¨®n de la droga en Estados Unidos, sino por la desconfianza ante el rival que los diferentes golpes de la Procuradur¨ªa est¨¢n generando entre estas mafias.A la sospecha del chivatazo y al pulso que sostienen entre s¨ª los cinco carteles que operan en el pa¨ªs por el control de la droga se une tambi¨¦n el lado oscuro del narcotr¨¢fico en M¨¦xico: su conexi¨®n con mafias policiales, caciques pol¨ªticos locales y periodistas. Dos importantes ex jefes policiales vinculados al narcotr¨¢fico, fueron asesinados por ajustes de cuentas desde Semana Santa. Tambi¨¦n han muerto un ex procurador de Justicia y un magistrado del Tribunal Supremo que se hab¨ªan destacado por combatir esta lacra.
Desde que asumi¨® la presidencia Carlos Salinas de Gortari, hace cuatro a?os, han sido detenidas 78.000 personas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.