El negocio de los 'lobbies'
El Capitolio es el objetivo n¨²mero 1 uno de 80.000 grupos de inter¨¦s en Washington
Un lobby eficaz es aquel que sabe c¨®mo abordar a la persona adecuada en el momento preciso para abogar por los intereses espec¨ªficos de su cliente. Los lobbies en Washington gozan hoy de cierta impopular?dad,. y se han ganado a pulso la imagen de gente que gana millones de d¨®lares de manera f¨¢cil, a veces con una simple llamada telef¨®nica, en la defensa de intereses privados nacionales o extranjeros. El secreto del triunfo son los contactos con la ¨¦lite en el poder. El objetivo, el Capitolio. El fin, modificar una ley, introducir una nueva legislaci¨®n o defender los intereses del cliente en el curso del proceso legislativo.En el ¨¢mbito nacional, en Washington est¨¢n representados los m¨¢s poderosos grupos de presi¨®n norteamericanos, como son la asociaci¨®n m¨¦dica, que act¨²a como lobby y a su vez tiene contratados a otros lobbies; los jubilados; la asociaci¨®n a favor del uso de armas de fuego, y hasta la asociaci¨®n de carpinteros, que dispone de un enorme y elegante edificio de cristal cerca del Capitolio.
El trabajo de los lobbies es normalmente realizado en despachos jur¨ªdicos (aunque no necesariamente), que suelen fichar s¨®lo a los mejores letrados. "Los lobbies son como abogados, pero en vez de actuar ante los tribunales lo hacen en Capitol Hill, llamando a la puerta de los congresistas", asegura L. Paige Whitaker, letrada legislativa del Servicio de Investigaci¨®n de la Biblioteca del Congreso. Tambi¨¦n se les invita a cenas o a pasar fines de semana para negociar relajados jugando al golf.
Los ex altos funcionarios del Gobierno suelen dedicarse a estas lucrativas funciones aprovechando su experiencia, amistades y contactos en las altas esferas de la Administraci¨®n, aunque no pueden actuar como lobbies hasta despu¨¦s de un a?o de abandonar su puesto oficial, por el contrario que en los think tanks, en donde pueden trabajar sin periodo de espera.
Los lobbies se diferencian de los think tanks en que son grupos de presi¨®n lucrativos, pagan impuestos y tienen que resgistrarse y declarar sus intereses (clientes a quienes representan, lo que quieren esos clientes, lo que cobran por sus servicios y lo que gastan en la ejecuci¨®n de sus servicios).
Lagunas legales
Oficialmente hay de 5.000 a 6.000 registrados, aunque el n¨²mero real supera los 80.000. Esta gran diferencia se debe a las lagunas legales existentes y a la antig¨¹edad de la legislaci¨®n vigente.
La defensa en el Capitolio de intereses de grupos o pa¨ªses extranjeros est¨¢ regulada por la Foreign Agents Registration Act (FARA), actividad a la que se opuso furiosamente Ross Perot durante su campana presidencial por considerar que es una forma de presi¨®n indirecta de un pa¨ªs extranjero.
Joseph Blachfford, del lobby O'Connor and Harman, vinculado a la defensa de intereses latinoamericanos, entre otros, considera esencial la funci¨®n de los lobbies y explica lo importante que es contactar con el adecuado. "El desconocimiento puede hacer fracasar una operaci¨®n". Pone el ejemplo de un pa¨ªs que obtuvo, sin recurrir a un lobby, la promesa del Gobierno norteamericano de comprar un producto nacional, pero la operaci¨®n no prosper¨® porque apareci¨® un congresista en defensa de un producto similar fabricado en EE UU. Un lobby competente habr¨ªa localizado incluso al congresista inesperado y le habr¨ªa convencido de las excelencias del producto extranjero. En realidad, la actividad del lobby tiene mucho que ver con las relaciones p¨²blicas.
El volumen de dinero que manejan es f¨¢cilmente comprobable por el registro, seg¨²n ellos, pero lo cierto es que las lagunas legales que facilitan los abusos y la existencia de miles de lobbies no registrados hacen imposible hacer un c¨¢lculo.
Marlene Fern¨¢ndez, jefa de la secci¨®n latinoamericana de la cadena de televisi¨®n norteamericana CNN en Washington, ofrece un dato significativo: durante la discusi¨®n en el Congreso norteamericano del Tratado de Libre Comercio entre EE UU, Canad¨¢ y Mexico, el Gobierno de este ¨²ltimo pa¨ªs contrat¨® al poderoso lobby Burtson-Mastella para defender sus intereses. Los defendi¨® bien, pero a los mexicanos les cost¨® 1.000 millones de d¨®lares (120.000 millones de pesetas), seg¨²n Fern¨¢ndez. M¨¦xico consider¨® que la magnitud del tratado y sus consecuencias socioecon¨®micas val¨ªan pagar esa factura. Quiz¨¢ si no hubiese contratado un lobby no habr¨ªa cubierto sus expectativas.
Esta actividad, que en Espa?a suele cali5carse de tr¨¢fico de influencias, es constitucional en EE UU. El lobby es b¨¢sico en el sistema norteamericano, como lo son los think tanks y las fundaciones, y se rige por la Federal Regulation of Lobbying Act de 1946, que el presidente Bill Clinton se ha propuesto reformar "para combatir la corrupci¨®n y los abusos", dice Whitaker.
La reforma, discutida ya en el Senado, pretende que la actividad de los lobbies pueda ser sometida a discusi¨®n p¨²blica. Te¨®ricamente es as¨ª, pero Whitaker afirma que en la pr¨¢ctica deja mucho que desear.
Corrupci¨®n encubierta
Clinton quiere que los lobbies no puedan financiar las campanas pol¨ªticas de los congresistas. "Se empieza financiando la campa?a a un congresista -en California cuesta m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares-, y luego el lobby aparece pidiendo la devoluci¨®n del favor", a?ade Whitaker. "Los lobbies ganan much¨ªsimo dinero y permitir que intervengan en el proceso electoral es tanto como aceptar que puedan comprar a los senadores o a los miembros de la C¨¢mara de Representantes".
Un importante lobby aseguraba a EL PA?S, indignado por la reforma, que el propio Clinton, a trav¨¦s de un representante, se pas¨® por su despacho para recaudar dinero para su campa?a. Algo, por otro lado, habitual y perfectamente legal en el sistema norteamericano.
Las reformas pretenden tambi¨¦n prohibir favores econ¨®micos de los lobbies a los congresistas. Si son aprobadas, aqu¨¦llos no podr¨¢n hacer regalos de m¨¢s de 20 d¨®lares a los parlamentarios. Uno de ellos calificaba de rid¨ªculo considerar que pueda ser tachado de corrupto por aceptar una comida de un lobby que cueste 20, 10 d¨®lares. La reforma trata, asimismo, de limitar los gastos en las campa?as electorales.
La reacci¨®n contra el proyecto de Bill Clinton ha sido fulminante. El presidente opone a las tesis de los lobbies que ¨¦stos corrompen el proceso legislativo. Los think tanks tambi¨¦n ha ' n empezado a opinar y consideran que la reforma va a encontrar un serio obst¨¢culo: la Constituci¨®n de Estados Unidos.
Intereses espa?oles
Algunos intereses espa?oles est¨¢n representados por lobbies en EE UU. Son contratos temporales a precio fijo para realizar una labor que generalmente es de relaciones p¨²blicas: organizar entrevistas y reuniones con altos funcionarios, empresarios o cualquier otro sector a quienes el contratante interese darse a conocer.La lista del registro en el Ministerio de Justicia norteamericano no es muy extensa, en comparaci¨®n con otros, pa¨ªses, y figuran tanto los contratos actuales como los ya cancelados.
Galicia tiene contrato con Earle Palmer Brown, de Nueva York, por un precio de 4,7 millones de pesetas. El trabajo del lobby: 'Realizar relaciones p¨²blicas, organizar reuniones y asesoramiento". La Fundaci¨®n La Caixa y el municipio de Gerona estuvieron representados por Ruder-Finn Incorporated, de Nueva York, hasta el pasado mes de febrero. Objetivo: recaudar tres millones de d¨®lares para un museo jud¨ªo. Catalu?a es la autonom¨ªa que con mayor regularidad utiliza estos servicios para hacer alguna promoci¨®n como fomentar las inversiones.
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