Un a?o sin Camar¨®n de la Isla Se presenta 'El dolor de un principe', su ¨²ltima biograf¨ªa, escrita por Francisco Peregil
Ma?ana se cumple el primer aniversario de la muerte de Camar¨®n le la Isla. Muchas camisas se rompieron para dar sentido al t¨®pico flamenco, para reconocer el dolor. Despu¨¦s, las biograf¨ªas. La ¨²ltima de ellas, Camar¨®n de la Isla, el, dolor de un pr¨ªncipe, de Francisco Peregil, se present¨® anoche en la Sociedad General de Autores de Madrid con la asistencia de Tomatito, el guitarrista de Camar¨®n. Fue uno de los tantos homenajes que evocar¨¢n la figura del cantaor en toda Espa?a.
El 2 de julio de 1992, Jos¨¦ Monge fallec¨ªa a consecuencia de un c¨¢ncer de pulm¨®n en una cl¨ªnica barcelonesa, y la literatura sobre esta leyenda del flamenco comenz¨® a desbordarse. Cuatro libros sobre Camar¨®n han aparecido en doce meses. El m¨¢s reciente se present¨® anoche en la sede de la SGAE en Madrid con Tomatito, el inseparable guitarrista de los ¨²ltimos a?os del cantaor, que interpret¨® un tema.Francisco Peregil ha tardado m¨¢s de un a?o en escribir las 234 p¨¢ginas que componen Camar¨®n de la Isla. El dolor de un pr¨ªncipe (El Pa¨ªs-Aguilar). Nacido en Nerva (Huelva) hace 26 a?os, Peregil ha trabajado como periodista en La Econom¨ªa 16, El Mundo y EL PA?S, aunque su relaci¨®n con el flamenco es antigua. "Para la gente de mi edad, si te sab¨ªas Te lo dice Camar¨®n eras el m¨¢s guapo y el m¨¢s chulo. Camar¨®n era el rebelde de la ¨¦poca, un ¨ªdolo", dice.
"Me atra¨ªa todo lo que este hombre ten¨ªa de misterio a su alrededor. Camar¨®n me evoca naturaleza y sentimientos primarios. Ten¨ªa la intriga de hasta qu¨¦ punto era tormenta y jara. A¨²n no lo s¨¦", afirma Peregil. Dif¨ªcil tarea la de introducirse en el mundo de Camar¨®n, herm¨¦tico, silencioso, gitano, que comenz¨® seis meses antes de la muerte del cantaor. "Me hab¨ªan concertado una semana junto a ¨¦l. Despu¨¦s, pude verle en Santa Coloma de Gramenet, ya en sus ¨²ltimos d¨ªas. Su mujer, Dolores Montoya La Chispa, me dec¨ªa: 'Venga, hazle las preguntas'. Pero le vi tan mal que prefer¨ª estar casi en silencio. Me hubiera violentado ponerle un magnetof¨®n".
Era la primera vez que Peregil estaba frente a Camar¨®n, junto al cantaor mas genial y enigm¨¢tico que ha dado el flamenco en los ¨²ltimos 20 a?os. "El flamenco es un mundo herm¨¦tico, con unas se?as de identidad desconocidas para el resto de los mortales", dice Peregil. "El libro puede ayudar a conocer este mundo casi m¨¢s que a Camar¨®n".
El aura escondida
Como en toda cultura enraizada y milenaria, en el flamenco el tiempo pasa lenta, muy lentamente. Por eso, no es de extra?ar que, 12 meses despu¨¦s de la muerte de Camar¨®n de la Isla, todav¨ªa coleteen ciertos enfrentamientos, derivados hacia un malentendido propio de la falta de di¨¢logo, entre dos familias claves del flamenco, por el sobado tema de los derechos de autor de Camar¨®n: la de los Monge y la de los Luc¨ªa.Ning¨²n representante de estas familias estuvo ayer en la comida que reuni¨® a parte del mundo flamenco madrile?o con motivo de la presentaci¨®n del libro El dolor de un pr¨ªncipe. S¨ª estuvieron Tomatito, inseparable guitarrista de la segunda etapa de Camar¨®n, y F¨¦lix Grande, ¨ªntimo de Paco de Luc¨ªa. ?Verdad que poco despu¨¦s de la muerte de Camar¨®n dije que lo que se estaba haciendo con Paco era una injusticia?, decia Tomatito. Es verdad; lo dijo. Por su parte, F¨¦lix Grande, escritor fundamental para comprender la cultura flamenca, incid¨ªa en la necesidad de un contacto directo Tomatito-Paco de Luc¨ªa -los dos guitarristas hermanos-amigos-c¨®mplices de Camar¨®n- para romper tensiones. Todos estaban de acuerdo en glosar la figura del cantaor.
"A Camar¨®n le acompa?¨® un genio [Paco de Luc¨ªa] y otro que va para serlo y que estuvo con ¨¦l con abnegaci¨®n y amor genial [Tomatito], dijo F¨¦lix Grande. Tomatito, con enorme respeto y ternura hacia Camar¨®n, hablaba sobre sus recuerdos de las grabaciones con el cantaor y Paco de Luc¨ªa. "Era distinto a todo el mundo", dijo. "Su forma de sentarse, de hablar, de coger un vaso... Todo el mundo se quedaba embobao
Tambi¨¦n estaba presente el fot¨®grafo Alberto Garc¨ªa-Alix. "M¨¢s de dos fotos le parec¨ªan excesivas. Me impresion¨® como persona y hablamos de su tatuaje [una media luna y una estrella] en su mano. Me dijo: 'Ni moro ni cristiano". Pens¨¦ que era un pr¨ªncipe". Todos estaban de acuerdo en considerar el aura que siempre rode¨® la figura de Camar¨®n de la Isla. Ese aura herm¨¦tica, desconocida y siempre escondida.
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