Saxo por buler¨ªas

Jorge Pardo y sus colaboradores parecen cada vez m¨¢s inmersos en esta m¨²sica que se ha dado en llamar fusi¨®n flamenco-jazz. No hace mucho coment¨¢bamos el gran paso dado en este sentido con esa creaci¨®n titulada Jazzpa?a, en que una gran banda de jazz aportaba la brillantez de su sonido con in sospechado acierto. Pardo y Benavent insisten ahora en la misma l¨ªnea, y ciertamente es evidente que se va consiguiendo un lenguaje nuevo, deudor sin duda de aquellas dos fuentes -el jazz y el flamenco-, pero ya con sus propios c¨®digos expresivos.

Mestizaje

Venimos hablando del mestizaje musical que impera en estos tiempos, y de c¨®mo el flamenco est¨¢ absorbiendo como un voraz camale¨®n las m¨¢s diversas influencias exteriores; no siempre con acierto, es verdad, pero en ocasiones s¨ª. Y lo que no se dice tanto es que el flamenco influye m¨¢s que es influido. Su capacidad de fascinaci¨®n es tal que hoy suena en los m¨¢s dispares g¨¦neros por esos mundos de Dios.No con el valor, por supuesto, que tiene en las creaciones de Jorge Pardo, aut¨¦ntico pionero en esta empresa de tan escasos antecedentes. ?l y sus colaboradores en este concierto -casi todos participan en la grabaci¨®n Veloz hacia su sino- son expertos ya en estos menesteres, pues no en vano tocan habitualmente, no s¨®lo con Pardo, sino tambi¨¦n con Paco de Luc¨ªa, Vicente Amigo, Gerardo N¨²?ez y todos los que est¨¢n haciendo una m¨²sica flamenca incardinada en las corrientes m¨¢s modernas.

En el concierto de esta noche fue patente una vez m¨¢s el acento profundamente flamenco que alienta en casi todas las creaciones de Jorge Pardo. Ya puede este gran m¨²sico espa?ol llevar al grupo la est¨¦tica del jazz, incluido los frecuentes solos instrumentales, cuando su saxo o su flauta suenan junto a la guitarra de Agust¨ªn Carbonell El Bola es un toque con rajo y duendes flamencos, que se nos antoja no hace m¨¢s que suplir la voz del cantaor. Por buler¨ªas, por tangos o por cualquier otro registro que suene -aunque no se atenga a un concreto estilo flamenco-, el sonido que o¨ªmos, con toda su brillantez, calidad y empaste de grupo de jazz bien acoplado, nos suena a jondo y puede llegar a estremecernos como un tercio de cante grande.

Todos estuvieron a la altura de las circunstancias. Con Pardo y Benavent, es fundamental la flamenqu¨ªsima guitarra del Bola, que ha entendido a la perfecci¨®n lo que a ¨¦l le corresponde en un empe?o de estas caracter¨ªsticas. Tambi¨¦n el Potito, aunque su cante me parece corto de tensi¨®n y desligado de toda pretensi¨®n de jondura, lo que fue m¨¢s evidente aun en los cantes por Levante que hizo en solitario con el toque acompa?ante de guitarra.