Resucita el 'nacionalbolchevismo'
Comunistas y 'ultras' intentan crear un movimiento contra el sionismo y el capital
Mientras los socialistas buscan en Ly¨®n un camino hacia el futuro, ahora se hace recordar a los franceses que la alianza de comunistas y ultraderechistas no es fen¨®meno estrictamente ruso. Como acaban de revelar Le Canard Encha?n¨¦ y Le Monde, diversos intelectuales de segunda fila intentan unir a pardos y rojos desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y la guerra del Golfo. Pretenden alumbrar un extra?o y peligroso h¨ªbrido intelectual y pol¨ªtico llamado nacionalbolchevismo. El esc¨¢ndalo ha obligado a Georges Marchais, secretario general del Partido Comunista Franc¨¦s (PCF), a denunciar el fen¨®meno en L'Humanit¨¦.
En una serie de art¨ªculos publicados en diversas revistas marginales, militantes comunistas y ultraderechistas descubren con satisfacci¨®n que comparten el odio a los norteamericanos, los jud¨ªos y los socialdem¨®cratas.
L'Idiot, una publicaci¨®n dirigida por Jean-Edern Hallier, un escritorzuelo tan admirador de Fidel Castro como de Jean Marie Le Pen, se ha convertido en la principal pasarela entre la extrema derecha y los comunistas. En esa revista han escrito Marc Cohen y Jean-Paul Cruse, dos militantes del PCF pr¨®ximos a Roland Leroy, el director de LHumanit¨¦. Cohen se proclam¨® en un art¨ªculo "militante comunista partidario de la agrupaci¨®n de todos los defensores hist¨®ricos de la soberan¨ªa nacional",
Cruse reclam¨® "una pol¨ªtica autoritaria capaz de enderezar Francia", pol¨ªtica conducida por "una alianza de los comunistas y de la derecha cat¨®lica, nacional y militar" para luchar contra "la balcanizaci¨®n del mundo bajo las ¨®rdenes de Wall Street, el sionismo internacional, la Bolsa de Francfort y los enanos de Tokyo".
El asunto Cruse se complica por el hecho de que sea un veterano periodista de Lib¨¦ration y representante de la CGT en su comit¨¦ de empresa. La direcci¨®n y la Redacci¨®n de Lib¨¦ration han recordado a Cruse que sus opiniones violan los principios ideol¨®gicos del diario y le han pedido que se vaya.
Uno de los m¨¢s pintorescos personajes implicados en esta resurrecci¨®n intelectual del pacto Stalin-Hitler es el escritor ruso Edward Limonov, residente en Par¨ªs desde hace unos a?os. En mayo de 1991 Limonov escribi¨® en L'Idiot: "En la URSS, Estados Unidos y Francia, el r¨¦gimen es el mismo: una dictadura de los mediocres en la que los seres superiores son implacablemente aplastados". En julio de 1992 public¨® en esa misma revista: "Un fen¨®meno interesante est¨¢ produci¨¦ndose en Rusia: la alianza natural de la extrema izquierda y la extrema derecha contra el sistema capitalista".
Entre esos dos art¨ªculos, Limonov public¨® en las p¨¢ginas de R¨¦volution, semanario oficial del PCF, un reportaje en el que exaltaba el "hero¨ªsmo de los combatientes serbios que luchan en Bosnia contra la amenaza isl¨¢mica". El pasado mayo, Limonov fue elegido presidente del Frente Nacional Bolchevique de Rusia.
Alain de Benoist, el principal ide¨®logo de la ultraderecha francesa, es otro de los miembros de esta galaxia. En mayo de 1992, De Benoist dio una conferencia en la Mutualit¨¦ organizada por el Instituto de Investigaciones Marxistas, dependiente del PCF. Ante los aplausos de la concurrencia comunista, dijo: "Ya no hay derecha ni izquierda, s¨®lo hay centro y periferia. El primero es la ideolog¨ªa dominante; la segunda re¨²ne a todos los que no aceptan esa ideolog¨ªa. Un debate puede instaurarse entre todos los que: estamos en la periferia".
Tras rechazar la participaci¨®n de militantes de su partido en esta turbia aventura, Marchais ha terminado por condenar en LHumanit¨¦ esta extra?a cohabitaci¨®n. "Los comunistas", dice Marchais, "no han desaprovechado ni desaprovechar¨¢n ninguna ocasi¨®n para condenar el odio racial y social de la extrema derecha".
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