Fulgencio Arg¨¹elles recibi¨® ayer el premio Azor¨ªn por su primera novela
Las ra¨ªces literarias de Fulgencio Arg¨¹elles Tu?¨®n (Orill¨¦s, Asturias, 1955) -al que ayer entregaron en Alicante el Premio Azor¨ªn 1992 por su primera novela, Letan¨ªas de lluvia (Alfaguara)- est¨¢n en las viejas leyendas asturianas que su abuela le contaba cada noche y en la educaci¨®n que recibi¨® de su padre, un seminarista al que el destino le llev¨® a ser minero. El eje de su novela -costumbrista, seg¨²n el autor- es la lluvia y sus consecuencias en la vida cotidiana de una aldea asturiana.Letan¨ªas de lluvia est¨¢ situada en el a?o 1929 y en una aldea imaginaria, Pe?afonte. "Quer¨ªa hablar de un pueblo, un pueblo que fuera como el m¨ªo, en el que cupiera de todo: tristeza y alegr¨ªa, personajes c¨®micos y tr¨¢gicos, curas y maestros. Un pueblo marcado por la lluvia y sus consecuencias: el barro, el tedio, la oscuridad". "Cuando yo nac¨ª", contin¨²a el escritor, "en mi aldea no hab¨ªa ni luz, ni agua, ni caminos". "Podr¨ªa escribir sobre cosas y lugares que nunca he visto, pero creo que es un buen comienzo hacerlo sobre las cosas que conozco".
En 1986, Fulgencio Arg¨¹elles sufri¨® una fractura de ligamentos jugando al f¨²tbol. Durante los meses que estuvo de baja escribi¨® su primer cuento, Un fr¨¢gil rayo de luna. Envi¨® el relato a un concurso, y gan¨®. "El premio me dio confianza. Y a partir de ese momento empec¨¦ a escribir una novela con la ¨²nica pretensi¨®n de demostrarme a m¨ª mismo que era capaz de hacer algo. Tard¨¦ tres a?os en escribirla; cuando la termin¨¦, la pase a ordenador, se la ense?¨¦ a un par de amigos y la present¨¦ al Premio Azor¨ªn, y gan¨¦".
Lector an¨¢rquico
Entre las novelas favoritas de Fulgencio Arg¨¹elles est¨¢n Pedro P¨¢ramo, de Juan Rulfo; La familia de Pascual Duarte, de Camilo Jos¨¦ Cela, o Cien a?os de sorledad, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. "Soy un lector an¨¢rquico", se?ala el escritor, que comenz¨® sus lecturas de la mano de su padre. "No fui a la escuela hasta los 10 a?os, porque mi padre me ense?aba en casa. Es un hombre de una gran cultura; estudi¨® 10 a?os para seminarista, pero, tras una larga enfermedad, tuvo que dejar sus estudios y dedicarse a la mina". "Mi abuela", contin¨²a el escritor, "me llen¨® la cabeza de viejas historias y leyendas asturianas llenas de magia. Y mi madre me ha dado el ritmo y la vitalidad que necesita todo escritor; es una mujer que siempre est¨¢ o cantando o ri?endo".El escritor, que vive en Madrid con su mujer y sus cuatro hijos, y que ya prepara su segunda novela, no se mueve en ning¨²n c¨ªrculo literario; sus amigos son m¨¦dicos, funcionarios, camareros o empleados de banca como ¨¦l. "No he tenido una vocaci¨®n literaria clara", afirma; "escribir era mi afici¨®n, pero nunca acababa de tom¨¢rmela en serio. Hasta que poco a poco empec¨¦ a ense?ar lo que hac¨ªa, descubr¨ª que gustaba y no s¨®lo a mis amigos".
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