Fran?ois Mitterrand sale del hoyo
El presidente franc¨¦s recupera popularidad con la 'cohabitaci¨®n'
Medio siglo de vida pol¨ªtica le ha ense?ado a Fran?ois Mitterrand cu¨¢n vers¨¢tiles son los amores y los desamores de la opini¨®n p¨²blica. A los tres meses de cohabitar por segunda vez con un Gobierno de derechas, Mitterrand ya ha recuperado la simpat¨ªa de la mayor¨ªa de sus compatriotas. En el bar¨®metro mensual Gallup-L'Express, su nivel de popularidad vuelve a ser positivo. El 47% de los franceses aprueba su acci¨®n y el 41% la desaprueba.Esta recuperaci¨®n de popularidad debe mucho al hecho de que al presidente se le ve muy poco. Mitterrand ocupa un discreto segundo plano. Visita las provincias, inaugura autopistas y exposiciones, declara abiertos los Juegos Mediterr¨¢neos, organiza excursiones para sus amigos Mija¨ªl y Ra¨ªsa Gorbachov; lleva, en resumidas cuentas, una vida apacible de pol¨ªtico en v¨ªsperas de la jubilaci¨®n. A los franceses les gusta m¨¢s as¨ª.
El clima que domina la cohabitaci¨®n de Mitterrand con Edouard Balladur es el opuesto al que prevaleci¨® durante la cohabitaci¨®n con Jacques Chirac. En p¨²blico y en privado, Mitterrand y Balladur se piropean mutuamente. El primer ministro trata al presidente con mucho respeto e incluso expresa su admiraci¨®n por "su cultura y su patriotismo". Como contrapartida, Mitterrand le deja que aplique su pol¨ªtica con toda libertad.
Desaprobaci¨®n ocasional
En dos o tres ocasiones, Mitterrand ha hecho saber que desaprueba algunos aspectos de la acci¨®n de Balladur, sobre todo lo relativo al control de la inmigraci¨®n y la financiaci¨®n p¨²blica de la escuela privada. Pero el primer ministro sigui¨® imperturbable.Otro factor que pesa a favor de Mitterrand es que ya no es candidato a su propia sucesi¨®n. Los franceses saben que le quedan menos de dos a?os en el El¨ªseo y eso les hace tolerantes. El ¨²nico objetivo de Mitterrand es convertirse en el primer presidente de la V Rep¨²blica que logra completar dos mandatos.
Mitterrand vuelve a ser visto como el s¨ªmbolo de la V Rep¨²blica, un r¨¦gimen que, en un panfleto reci¨¦n reeditado, calific¨® una vez de "golpe de Estado permanente".
La reciente cumbre del G-7 en Tokio le ha venido de perlas. Enfadado por las sanciones norteamericanas contra el acero europeo, Balladur no quiso ir a Tokio. Mitterrand interpret¨® as¨ª en solitario el papel de Ast¨¦rix que defiende los intereses del peque?o pero combativo pueblo franc¨¦s frente al poderoso C¨¦sar norteamericano.
Mitterrand tambi¨¦n vuelve a caer bien porque ya no tiene partido. Su renacimiento coincide con el del Partido Socialista, pero el resurgir del PS es una victoria personal del socialista menos querido por Mitterrand: Michel Rocard. "El pr¨®ximo candidato de la izquierda a la elecci¨®n presidencial, se llame Michel Rocard o Jacques Delors, no ser¨¢ un heredero leg¨ªtimo del viejo monarca republicano", subraya el comentarista Alain Duhamel.
Mitterrand, sin embargo, no ha renunciado a influir sobre su sucesi¨®n. Lo importante para ¨¦l es que ni Chirac ni Rocard lleguen al El¨ªseo. Sus candidatos favoritos son Balladur y Raymond Barre, en la derecha, y Delors, en la izquierda. El viejo zorro intenta tentar al primer ministro con la idea de que ser¨ªa mucho mejor presidente que Chirac, pero el actual primer ministro, por el momento, es fiel a su "patr¨®n".
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