Leve aumento de las condenas por el contagio a hemof¨ªlicos
El Tribunal de Apelaci¨®n de Par¨ªs ha aumentado ligeramente las penas a que fueron condenados en octubre por el Tribunal de Primera Instancia los cuatro procesados por el asunto de la sangre contaminada. El doctor Garretta, antiguo m¨¢ximo responsable del Centro Nacional de Transfusi¨®n Sangu¨ªnea (CNTS), ha visto ratificados los cuatro a?os de prisi¨®n y los 500.000 francos de multa, y aumentado a 15 millones los nueve millones de indemnizaci¨®n que, con el doctor Allain, debe abonar a las v¨ªctimas. Los cuatro a?os son la m¨¢xima pena por "fraude que convierte en peligrosa la utilizaci¨®n de la mercanc¨ªa". Se desestiman de nuevo las acusaciones por "homicidio involuntario" o "envenenamiento".Se ordena el inmediato encarcelamiento del doctor Allain, que deber¨¢ permanecer en prisi¨®n dos a?os, mientras que los otros dos a?os de la condena se benefician de suspensi¨®n de pena. Allain era director adjunto del CNTS en 1985, en el periodo en que, conscientemente, se distribuyeron entre los hemof¨ªlicos lotes de productos sangu¨ªneos contaminados con sida.
El doctor Robert Netter, director del Laboratorio Nacional, que en 1992 fue puesto en libertad, es condenado ahora a un a?o de c¨¢rcel con suspensi¨®n de pena, al estimar el tribunal que no corrigi¨® el fallo del servicio del que era responsable. En cambio, al doctor Jacques Roux, director general de Sanidad en 1985, se le reduce algo la pena: los cuatro a?os con suspensi¨®n de pena quedan en tres. El tribunal le reprocha no haber impedido la distribuci¨®n de los productos contaminados.
La defensa hab¨ªa intentado diluir las responsabilidades de ¨¦stos entre los m¨¦dicos prescriptores -defensa de Allain- o entre el poder pol¨ªtico. El proceso en apelaci¨®n dur¨® seis semanas y se cerr¨® el 11 de junio. Su desarrollo sirvi¨® para mostrar la fuerza de los mecanismos corporativos -el Consejo Nacional de M¨¦dicos readmiti¨® a Garretta-, que exculp¨® a casi todo el mundo por desconocimiento cient¨ªfico relativo, y las implicaciones, legalmente olvidadas, de los consejeros ministeriales.
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