Cuba logra una tibia condena al embargo, pero no evita que se le exija respeto a los derechos humanos

El ministro de Exteriores espa?ol, Javier Solana, anunci¨® anoche que el presidente de Cuba, Fidel Castro, y el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, mantendr¨ªan una entrevista privada a ¨²ltima hora de ayer, primera jornada de la Cumbre Iberoamericana, o a lo largo del d¨ªa de hoy, para ver c¨®mo "aliviar la situaci¨®n tan dura que padece el pueblo cubano" y estudiar las "posibilidades, de cooperaci¨®n". La diplomacia cubana logr¨® ya la repulsa del embargo de EE UU, pero las pol¨¦micas, acompa?adas incluso de agresiones f¨ªsicas, sobre la presencia de Castro en Salvador, capital del Estado brasile?o de Bah¨ªa, han relegado a un segundo plano los temas de fondo de la cumbre.

ENVIADOS ESPECIALESEl ministro Solana indic¨® que la entrevista con Castro se realiza a petici¨®n cubana y tiene como objetivo escuchar cu¨¢l es la situaci¨®n en ese pa¨ªs en boca de su presidente. Gonz¨¢lez inici¨® en marzo de 1990 un di¨¢logo con Fidel para convencerle de la necesidad de iniciar un proceso de democratizaci¨®n, pero tras entrevistarse con ¨¦l en julio de 1991, en Guadalajara (M¨¦xico), desisti¨®. Su interlocutor no era nada receptivo a sus planteamientos. Cuando el comandante vino a Madrid, hace un a?o, no se reunieron a solas.En las reuniones t¨¦cnicas preparatorias de la conferencia, la diplomacia cubana se ha esforzado, adem¨¢s, en obtener una condena del "bloqueo" impuesto por Estados Unidos a la isla, pero s¨®lo logr¨® un vago rechazo al embargo que ser¨¢, probablemente, ratificado por los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos. "Hubo un largo tira y afloja", coment¨® un diplom¨¢tico espa?ol a la salida de una reuni¨®n de trabajo. La delegaci¨®n cubana intent¨® que las conclusiones de la cumbre recojan una condena expl¨ªcita del "bloqueo estadounidense", pero ning¨²n otro participante quer¨ªa nombrar a EE UU y la repulsa qued¨® finalmente muy diluida.

Portugal fue, probablemente, el pa¨ªs que m¨¢s se opuso a la pretensi¨®n cubana. La representaci¨®n espa?ola tampoco la ve¨ªa con buenos ojos.

"Cuba no est¨¢ bloqueada", insist¨ªa Inocencio Arias, secretario de Estado espa?ol de Cooperaci¨®n Internacional. "S¨®lo lo estuvo unos d¨ªas en 1962", se?al¨®, cuando el entonces presidente John Kennedy orden¨® a la Marina norteamericana que impidiese desembarcar en la isla armas at¨®micas. "S¨®lo est¨¢ embargada por el pa¨ªs m¨¢s importante de la tierra. Espa?a, por ejemplo, invierte capitales all¨ª, env¨ªa turismo y practica cooperaci¨®n. Si la isla caribe?a estuviera bloqueada no hubiesemos podido hacer llegar, como hicimos hace unos d¨ªas, cien millones de pesetas en leche en polvo". Y Arias concluy¨®: "Dicho esto no nos gusta el embargo norteamericano.

Flujo econ¨®mico

De las reuniones preparatorias surgieron varias f¨®rmulas de compromiso en las que los 21 pa¨ªses iberoamericanos "rechazan medidas unilaterales que causen da?os a otro pa¨ªs en relaci¨®n con el libre flujo econ¨®mico". "Tomamos nota", se indica, "de las recientes resoluciones en foros internacionales sobre la necesidad de eliminar la aplicaci¨®n unilateral, con fines pol¨ªticos, por cualquier Estado de medidas de car¨¢cter econ¨®mico y comercial contra otro Estado". Las alusiones al embargo norteamericano saltan a la vista.A cambio Cuba tuvo que aceptar que los 21 reafirmen tambi¨¦n su "pleno comprom¨ªso con la democracia, el respeto, la defensa y la promoci¨®n de los, derechos humanos y de las libertades fundamentales". En anteriores cumbres Castro suscribi¨®, sin embargo, documentos parecidos sin que ello haya tenido repercusi¨®n alguna sobre la forma de actuar del r¨¦gimen que encabeza.

Argentina, considerada hasta ahora como el pa¨ªs de Am¨¦rica Latina m¨¢s beligerante con Cuba, ha adoptado una actitud conciliadora. "No me hagan repetir lo que opino sobre el caso cubano", declar¨® el presidente Carlos Menem en un intento de evitar reanudar sus pol¨¦micas con Castro. El l¨ªder cubano tambi¨¦n estuvo moderado. Se limit¨® a resaltar a su llegada que la reuni¨®n "es importante porque se hace sin pedir permiso a nadie", es decir sin la autorizaci¨®n de Estados Unidos.

Fidel Castro, en otro momento de su esperada intervenci¨®n, denunci¨® de nuevo el bloqueo norteamericano, que calific¨® de brutal. El dirigente cubano destac¨® "la pobreza cr¨ªtica" de la regi¨®n y que el producto interior bruto en la regi¨®n equivale al de hace doce a?os.

La cautela de Menem, que se ha mostrado interesado en entrevistarse en privado con Castro, ha sorprendido. Obedece, seg¨²n algunas fuentes, a dos motivos: no desea que La Habana dificulte la adopci¨®n por la cumbre de un texto de apoyo a la candidatura de Argentina para sustituir a Brasil en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Menem aspira adem¨¢s a desempe?ar un papel mediador entre Estados Unidos y Cuba. As¨ª se lo dej¨® caer al presidente Bill Clinton cuando se entrevist¨® con ¨¦l en Washington a finales de junio. Los cubanos no parecen muy dispuestos a dejarle jugar ese papel. El nuevo canciller cubano, Roberto Robaina, asegur¨® que La Habana no necesita a nadie que interceda por ella.

La pol¨¦mica. sobre la presencia de Castro lleg¨® hasta las calles de Salvador. Un grupo de sindicalistas y (le comunistas escindidos del Partido Comunista Brasile?o se li¨® a golpes, el mi¨¦rcoles por la tarde, con un pu?ado de exiliados cubanos que distribu¨ªan octavillas denunciando al r¨¦gimen castrista.