Partir de cero
La intervenci¨®n de la ONU en Somalia est¨¢ rodeada de tal serie de ficciones y errores que no puede continuar as¨ª. Hay que clarificar los objetivos y redefinir los medios para alcanzarlos. La misi¨®n ha perdido su car¨¢cter de "intervenci¨®n humanitaria" en cuanto que prevalecen los enfrentamientos entre las bandas. Mantener la misi¨®n UNOSOM en t¨¦rminos militares es imposible sin una ocupaci¨®n a gran escala de Somalia. Pero ello requerir¨ªa no menos de 140.000 soldados, 200 helic¨®pteros, un sustancial apoyo aeronaval y una enorme organizaci¨®n log¨ªstica.Si no se desea pagar tan alto precio quedan dos alternativas: abandonar el lugar o favorecer una soluci¨®n pol¨ªtica. Esta segunda hip¨®tesis debe perseguirse de forma pragm¨¢tica: reconocer el poder de los se?ores de la guerra somal¨ªes y sentarles en torno a una mesa forz¨¢ndoles a llegar a un acuerdo negociado mediante financiaciones condicionadas a su comportamiento positivo. Ello implica un coste, pero muy inferior al generado por una ocupaci¨®n militar y una relativa construcci¨®n de un protectorado de la ONU.
Por tanto, la cuesti¨®n somal¨ª est¨¢ planteada en los siguientes t¨¦rminos:
- Proseguir la acci¨®n militar no tiene sentido, porque implica una escalada peligrosa y costosa.
- La retirada no es posible, porque la ONU perder¨ªa credibilidad y fuerza disuasiva.
- S¨®lo resta una soluci¨®n pol¨ªtica.
Para posibilitar esta salida hay que reducir el perfil militar de la misi¨®n de la ONU. Ello puede conseguirse limit¨¢ndose a crear un distrito ONU en Mogadiscio que comprenda el puerto, el aeropuerto y las infraestructuras necesarias para mantener a la poblaci¨®n civil. As¨ª, la ONU ser¨ªa contemplada como una parte pol¨ªticamente neutral y no como un elemento envuelto directamente en los conflictos locales.
Sobre la base de esta reducci¨®n del perfil militar, la intervenci¨®n de la ONU podr¨ªa concentrarse en la acci¨®n pol¨ªtica desarrollando una agenda de soluciones en tres fases: desarme acordado entre las partes a cambio de apoyos financieros; formaci¨®n de una red administrativa y de servicios esenciales en el territorio somal¨ª con la asistencia de organismos t¨¦cnicos de la ONU, y convocatoria de una conferencia constituyente de la nueva Somalia.
Obviamente, este escenario est¨¢ plagado de dificultades. Sin duda, esta soluci¨®n jam¨¢s se ha contemplado seriamente debido a la confusa definici¨®n de los objetivos pol¨ªticos de UNOSOM y al vicio original de toda la operaci¨®n, dise?ada de forma abiertamente militar por Estados Unidos para compensar su falta de voluntad para intervenir en Bosnia.
El caso somal¨ª no necesita de una guerra para ser resuelto y, por tanto, es del todo in¨²til mantener una presencia militar superior a la que se requiere para defender una peque?a ¨¢rea de aprovisionamiento y de organizaci¨®n log¨ªstica con fines civiles.
Por ello, es necesario crear urgentemente una misi¨®n UNOSOM 2 que sustituya a UNOSOM 1 y que desmovilice el actual aparato militar de la ONU dejando en Somalia tan s¨®lo el potencial militar estrictamente necesario para garantizar la log¨ªstica y la distribuci¨®n de los recursos. Paralelamente, bajo la bandera de la ONU, debe constituirse una conferencia permanente de los dirigentes somal¨ªes con vistas a la creaci¨®n progresiva de un r¨¦gimen de acuerdos, as¨ª como un fondo capaz de financiar de forma condicional los pasos encaminados a la estabilizaci¨®n.
En resumen, la misi¨®n en Somalia debe suspenderse en su configuraci¨®n actual y debe partir de nuevo desde cero. S¨®lo as¨ª se podr¨¢ favorecer, hoy por hoy, el retorno a una gesti¨®n racional del caso somal¨ª.
Para evitar en el futuro errores similares a los cometidos en Somalia convendr¨ªa abrir una investigaci¨®n sobre la actuaci¨®n del secretario general de la ONU, de sus m¨¢s estrechos colaboradores y del almirante Johathan Howe, enviado especial de Butros Butros Gali en Somalia. Y es que, en este caso, son demasiados los hechos oscuros, y la comunidad internacional tiene el derecho y el deber de indagar a fin de que la credibilidad de la ONU vaya en aumento en vez de disminuir, tal como ocurre en estos momentos.
es profesor de Escenarios Estrat¨¦gicos en la Universidad LUISS de Roma.
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