El ¨¦xito de los Mundiales de atletismo levanta la moral de Berl¨ªn para los Juegos del 2000
El ¨¦xito de p¨²blico y organizaci¨®n de los Mundiales de Atletismo celebrados en Stuttgart ha levantado radicalmente la moral de la, hasta ahora, maltrecha y casi deshauciada candidatura de Berl¨ªn para los Juegos Ol¨ªmpicos del a?o 2000. El recuerdo, dificil de olvidar, de los juegos de 1936, que supusieron el apogeo de la maquinaria de propaganda nazi, junto con- la decidida militancia en contra de los sectores m¨¢s contestatarios de la capital nominal alemana, cuya campa?a ha superado en efectividad a la del comit¨¦ organizador, parec¨ªan haber descartado completamente a Berl¨ªn. Sin embargo, a pocas semanas de la decisi¨®n, los organizadores vuelven a creer en sus posibilidades."Hemos realizado la composici¨®n de un evento que ha hecho surgir los grandes y bellos sonidos que esper¨¢bamos y que el mundo conoce de Mozart y Beethoven", fue el modesto resumen que hizo Rainer V?gele, el organizador de los campeonatos de Stuttgart. Y no se qued¨® solo. En su apoyo surgi¨® nada menos que el mism¨ªsimo presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, el hombre que no quiso ir a Berl¨ªn en la primera fecha prevista, cuando m¨¢s virulentas eran las protestas, para no enfrentarse directamente con los grupos militantes que se oponen a la candidatura, y que tuvo que conformarse con una visita casi secreta a principios de este mes. Sin que nadie se lo preguntara, el Papa ol¨ªmpico sentenci¨® en Stuttgart: "Han sido los mejores campeonatos del mundo hasta ahora y una gran ayuda para Berl¨ªn". En la visita a ¨¦sta, siempre diplom¨¢tico, hab¨ªa dicho: "S¨®lo se que cuando los alemanes se proponen algo, lo consiguen".
Pero la renacida euforia de los organizadores y el apoyo incondicional que reciben del Gobierno del canciller Helmut Kohl -el mayor valedor de la candidatura-, sigue contrastando radicalmente con la opini¨®n de los berlineses. Los ciudadanos de la antigua capital prusiana no se han dejado a¨²n convencer por la masiva campana propagand¨ªstica con la que se intenta venderles los Juegos. Las ¨²ltimas encuestas muestran que la mitad de los berlineses se oponen al proyecto.
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