?Qui¨¦n esta pagando la crisis?

Con motivo de las reuniones para conseguir un acuerdo social, hemos podido o¨ªr, en boca de los sindicalistas y de algunos comentaristas, frases como ¨¦stas: "La crisis siempre la pagan los asalariados y los m¨¢s d¨¦biles", "ahora que hay crisis nos piden que nos apretemos el cintur¨®n los que antes no se lo han apretado", "tenemos que afrontar la crisis los ¨²nicos que pagamos impuestos al Estado", etc¨¦tera.Si les suenan estas frases es que algo va mal, porque revelan un desconocimiento supino de la realidad econ¨®mica, y de ah¨ª mal se pueden obtener soluciones para nuestra grave situaci¨®n.

Empecemos por lo positivo: al final se reconoce que hay crisis. Hasta hace muy poco, el mensaje constante de nuestras autoridades econ¨®micas era que sufr¨ªamos una situaci¨®n pasajera de la que, invariablemente, ¨ªbamos a salir "el pr¨®ximo trirnestre". En la CEOE llevamos tres a?os anunciando el deterioro de la econom¨ªa, y gracias a ello nos hemos ganado los calificativos de "agoreros", "catastrofistas" o "politizados" (acusaci¨®n que nos suelen lanzar ?los propios pol¨ªticos!). ?C¨®mo se va a pedir moderaci¨®n de salarios o rigor en el gasto p¨²blico cuando desde la Administraci¨®n el mensaje invariable es que todo va bien y que las dificultades son leves y pasajeras?, ?a qui¨¦n le va a resultar simp¨¢tico que desde la CEOE se preconicen subidas salariales moderadas, o se alerte sobre la imposibilidad de seguir pagando incrementos del gasto social en plena recesi¨®n, o se anuncie que a partir de ahora cualquier nueva subida de impuestos y cotizaciones producir¨¢ cierre de empresas y, parad¨®jicamente, mermas en la recaudaci¨®n el Estado?

Sin embargo, los hechos son tozudos y han acabado por darnos la raz¨®n: hay crisis, y adem¨¢s es la m¨¢s profunda desde 1959. Por lo dem¨¢s, las autoridades econ¨®micas ya lo reconocen, aunque con su impenitente optimismo se apresuran a a?adir que "hemos tocado fondo", y que si bien no se sabe cuando vamos a mejorar, es imposible que vayamos a peor, lo que supone desconocer la Ley de Murphy.

Si ya aceptamos que hay crisis, la pregunta es la siguiente: ?qui¨¦n est¨¢ pagando sus efectos? ?la est¨¢n pagando los asalariados, cuyos salarios est¨¢n, creciendo este a?o al doble que el PIB nominal?, ?la est¨¢n pagando los pensionistas, que hasta la fecha han tenido sus pensiones indicadas seg¨²n la inflaci¨®n del a?o anterior?, ?o la est¨¢n pagando los funcionarios, que si bien han perdido poder adquisitivo no han contribuido con una sola persona a los 3.400.000 parados que hay en Espa?a?

Aunque se diga lo contrario, es evidente que ninguno de estos colectivos est¨¢ pagando hoy por hoy la crisis. La sufren, ante todo, los empresarios que se arruinan y los parados que estas ruinas producen (parados que no solamente son antiguos asalariados, sino tambi¨¦n cientos de miles de peque?os empresarios y aut¨®nomos que cesan en su actividad sin tener derecho a prestaciones por desempleo).

En segundo lugar, sufren la crisis las empresas que no cierran, pero han visto c¨®mo se comprim¨ªa su beneficio de suerte que de cada 100 pesetas hace tres a?os, hoy solamente ganan 37, ?concebir¨ªa alguien un sacrificio similar de las rentas de los asalariados?

En tercer lugar, sufren la crisis los j¨®venes, que no encuentran -empleo. Y ello es lo m¨¢s lacerante y negativo de la situaci¨®n actual. Los j¨®venes en paro representan el 40% del total de parados. Este porcentaje es el mayor de ` los pa¨ªses desarrollados. Y la sociedad debe recordar que la famosa huelga de 1988 convocada por CC OO y UGT se justific¨® ante la opini¨®n p¨²blica como oposici¨®n a medidas eficaces para contratar j¨®venes. Y debe recordarse que el Gobierno retir¨® cualquier medida eficaz en esta direcci¨®n como consecuencia de la citada huelga. Son los mismos que ahora comienzan a acusar a la CEOE de no ser tan activos como ellos en la promoci¨®n y defensa de cualquier acuerdo social que in teresa a los propios sindicatos por razones exclusivamente pol¨ªticas, aunque no sea eficaz para salir de la crisis. Y por ¨²ltimo, la crisis la pagamos todos en concepto de contribuyentes, ya que hemos sufrido en los ¨²ltimos meses importantes incrementos en todos los impuestos, directos e indirectos, as¨ª como en las cotizaciones sociales, para subvenir el gasto disparado de un Estado que por m¨¢s que recauda no acierta a controlar su desequilibrio entre ingresos y gastos.

En este ¨²ltimo punto, es l¨®gico pensar que, en cuanto contribuyentes, la crisis recaer¨¢ m¨¢s sobre aqu¨¦llos que m¨¢s impuestos paguen. ?Qui¨¦nes son?

Hay una tendencia a asegurar que en Espa?a solamente pagan impuestos los que viven de n¨®mina, y a identificar este grupo solamente con los asalariados en sentido estricto, cuando es un hecho que una gran mayor¨ªa de empresarios (es decir, de propietarios de empresas), tambi¨¦n est¨¢n dados de alta como empleados de su propia empresa en calidad de directores o de gerentes, y pagan impuestos en concepto de rentas del trabajo personal. Hagamos un breve resumen:

- En 1992, los ingresos totales del Estado y las Administraciones p¨²blicas ascendieron a 24,5 billones de pesetas . De esta cantidad, recauda en concepto de impuestos directos e indirectos, cotizaciones sociales, transferencias de la Comunidad Europea, etc¨¦tera. El colectivo empresarial compuesto aproximadamente por dos millones y medio de personas f¨ªsicas y jur¨ªdicas, aporte 12 billones, es decir, casi el 50%. Y todos los dem¨¢s espa?oles, asalariados en sentido estricto, simples consumidores a trav¨¦s de los impuestos indirectos, etc¨¦tera, que podemos estimar en por lo menos otros 12 millones de contribuyentes, pagaron el 50% (en realidad pagaron menos, ya que en ese 50% se incluyen cantidades que vienen aportadas de Europa).

Solamente en cotizaciones a la Seguridad Social y al desempleo, los empresarios pagaron siete billones en 1992. En concepto de impuestos de sociedades pagaron otro bill¨®n, y el resto, hasta 12, fue su participaci¨®n en el IRPF, IVA, impuestos especiales, sobre el patrimonio, y una pl¨¦yade de impuestos municipales y auton¨®micos (como el IAE).

Se puede afirmar, entonces, que cada empresario paga en promedio cuatro veces m¨¢s en impuestos y cotizaciones que cada trabajador, por lo cual adquiere pleno sentido la permanente solicitud de la CEOE, para que los impuestos se moderen, frente a la permanente solicitud de los sindicatos, para que ¨¦stos se aumenten todav¨ªa m¨¢s, lo que ser¨ªa de todo punto il¨®gico si fuese cierto que "los ¨²nicos que pagan impuestos en Espa?a son los trabajadores".

Creo que estos son los datos que hay que tener en cuenta de cara a las negociaciones del acuerdo social, que debe ser un buen complemento, y no un suced¨¢neo, de una buena pol¨ªtica econ¨®mica, y que ha de contribuir a repartir equitativamente los efectos de la crisis de manera que los actuales paganos, empresas, parados, j¨®venes y contribuyentes, pueden verse aliviados frente a asalariados, funcionarios y perceptores de prestaciones sociales, que son los que hasta ahora han estado al abrigo de la crisis.

es presidente de la CECIE.