Aranda, mejor y m¨¢s lejos
El encuentro con el productor Pedro Costa y el dramaturgo ?lvaro del Amo abre una importante variante en la rigurosa y coherente obra del realizador Vicente Aranda. Especializado en la personal adaptaci¨®n de novelas espa?olas contempor¨¢neas, Aranda se siente atraido por el inter¨¦s de Costa por lo criminal y colaboran por primera vez en El crimen del capit¨¢n S¨¢nchez (1985), uno de los mejores episodios de la serie de televisi¨®n La huella del crimen, sobre un gui¨®n original escrito con del Amo, quien ocupa una posici¨®n destacada dentro de la filmograf¨ªa de Aranda.El buen resultado de esta empresa hace que su siguiente trabajo en com¨²n pase de ser otro episodio de la misma serie, El crimen del barrio de Tetu¨¢n, a convertirse en la pel¨ªcula Amantes (1991). Aqu¨ª Vicente Aranda ve la posibilidad de ampliar las relaciones entre el amor y la muerte a trav¨¦s de la pasi¨®n, como ya hab¨ªa expuesto en el episodio para televisi¨®n, hasta lograr una obra de una gran fuerza, que consigue un merecido triunfo internacional. Y siguiendo por esta misma l¨ªnea el terceto llega todav¨ªa m¨¢s lejos con Intruso.
Intruso
Director: Vicente Aranda. Guionistas: ?lvaro del Amo, Vicente Aranda.Fotograf¨ªa: Jos¨¦ Luis Alcaine. M¨²sica: Jos¨¦ Nieto. Int¨¦rpretes: Victoria Abril, Imanol Arias, Antonio Valero. Espa?a, 1993. Estreno en Madrid: Callao, Roxy B, La Vaguada.
Narra c¨®mo la convencional mujer burguesa de un odont¨®logo de Santander encuentra por casualidad a su primer marido reducido a la mendicidad. Se lo lleva a vivir a su lujosa casa con su actual marido, viejo amigo de ambos, y sus hijos. En un imposible intento por recuperar un perdido para¨ªso infantil, donde ella quer¨ªa casarse de mayor con los dos, comienza a cohabitar bajo un mismo techo con sus dos amigos, con sus dos maridos, pero no puede evitar que surjan rivalidades y celos entre ellos, hasta llegar a un dram¨¢tico final.
Dentro de esta an¨®mala situaci¨®n, expuesta sin dramatismo alguno, de la forma m¨¢s sencilla y directa posible, ocupan una posici¨®n preponderante los ni?os. Tanto los hijos del matrimonio, que se convierten en espectadores de primera fila y comentadores cualificados de los hechos que ocurren ante sus inocentes ojos, como los que en su momento fueron los protagonistas, que se ven reflejados en una breve pero significativa vuelta atr¨¢s, pasando por el nuevo tr¨ªo de juegos, que no tardan en formar los hijos y el intruso. De manera que sin quererlo, sin apenas darse cuenta, llegan a ser la causa y la conciencia de la situaci¨®n.
El resultado es una obra gran complejidad y dureza, donde destacan unos directos y eficaces di¨¢logos que convierten a ?lvaro del Amo en uno de los mejores analistas de la pasi¨®n amorosa. Este nuevo camino dentro de su obra sigue de cerca el trazado por sus mejores adaptaciones literarias, pero es mejor y ya le ha llevado mucho m¨¢s lejos.
Dentro del conjunto no hay que olvidar la luminosa fotograf¨ªa de Jos¨¦ Luis Alcaine y la eficaz m¨²sica de Jos¨¦ Nieto, habituales colaboradores de Aranda, pero sobre todo el trabajo de los actores. Victoria Abril e Imanol Arias est¨¢n espl¨¦ndidos, y consiguen escenas impresionantes como ¨¦sas en que ella logra revivirle. Antonio Valero se mueve con soltura en el poco espacio que dejan entre ellos.
Aunque lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es la presencia de los ni?os Carlos Mu?oz y Alicia Rozas. Tanto porque en el cine anterior de Aranda los ni?os eran meramente epis¨®dicos, como porque se comportan y hablan de una manera peeculiar, con muy poca relaci¨®n con los que suelen verse en las pel¨ªculas. Son personas de tama?o reducido y mentalidad propia, que puntuan la acci¨®n con sus comentarios, con sus grandes ojos que todo lo ven; un brillante trabajo de Vicente Aranda sobre un buen gui¨®n suyo y de ?lvaro del Amo.
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