Decenas de miles de manifestantes respaldan en las calles de Tel Aviv el camino del di¨¢logo

ENVIADO ESPECIAL Una gran ovaci¨®n estremeci¨® anoche el coraz¨®n de Tel Aviv cuando Shulumit Aloni, Ministra de Cultura israel¨ª, dijo: "Est¨¢ a punto de llegar el momento en que los padres no tengan que desfilar detr¨¢s de los f¨¦retros de sus hijos". En la plaza de los Reyes de Israel, bordeada de palmeras, 50.000 personas se hab¨ªan concentrado para apoyar las negociaciones de paz entre el Estado hebreo y el l¨ªder palestino, Yasir Arafat. Buena parte de los participantes ten¨ªan ese aire hippy que caracteriza a los israel¨ªes cuando no van de uniforme.

Las decenas de miles de manifestantes (50.000 seg¨²n la polic¨ªa, bastantes m¨¢s de 100.000 seg¨²n los organizadores), vibraron cuando se escuch¨® la canci¨®n de John Lennon Dale una oportunidad a la paz. Corearon con entusiasmo las m¨²ltiples canciones folk que puntuaron la concentraci¨®n y terminaron bailando en amplios corros en el m¨¢s grande espacio al aire libre de la ciudad mediterr¨¢nea israel¨ª.Los manifestantes llevaban pancartas donde se le¨ªa Israel por la paz y La paz es nuestra seguridad. Uno de ellos luc¨ªa un cartel con las banderas israel¨ª y palestina entrelazadas y escrito en ¨¢rabe Salam y en hebreo Salom, las dos palabras con las que en tierra santa se designa a la paz.

La sola cifra de 50.000 participantes, barajada por las autoridades, era importante en Israel, un pa¨ªs donde viven cuatro millones de jud¨ªos. Es como si se reunieran en una gran ciudad espa?ola m¨¢s de medio mill¨®n de personas. Era la m¨¢s destacada manifestaci¨®n en el Estado hebreo desde la celebrada en 1982 para protestar contra la guerra del L¨ªbano. Varios sondeos publicados en los ¨²ltimos d¨ªas por los diarios de Tel Aviv y Jerusal¨¦n afirman que el 55% de los israel¨ªes apoyan el acuerdo Gaza-Jeric¨® Primero, que concede a los palestinos la autonom¨ªa y el control de esos dos territorios.

"Es un gran d¨ªa""

Entre los asistentes se encontraban los escritores israel¨ªes Amos Oz y Uri Avneri, y el poeta ¨¢rabe Emile Habibi. "Es un gran d¨ªa un gran d¨ªa, un d¨ªa hist¨®rico", repet¨ªa este ¨²ltimo. Tambi¨¦n se adher¨ªa al acto Schlomo Lahud alcalde de Tel Aviv y miembro del partido derechista Likud. El alcalde no ten¨ªa el menor reparo en expresar su abierta disidencia con su partido, que ha llegado a anunciar que si llega al poder revocar¨¢ el acuerdo a que est¨¢n a punto de llegar la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y el Gobierno israel¨ª. "La seguridad de Israel", dec¨ªa, "pasa por la creaci¨®n de un Estado palestino".

La concentraci¨®n hab¨ªa sido organizada por el movimiento Paz Ahora y el Partido Laborista, al que pertenece el primer ministro israel¨ª, Isaac Rabin, y el jefe de la diplomacia de este pa¨ªs, Sim¨®n Peres. "Estamos demostrando a la derecha israel¨ª, a los palestinos y a todo el mundo que nuestro pueblo apoya la paz", afirm¨® Isali Reshel, l¨ªder de Paz Ahora. "Estamos viviendo", a?adi¨®, "un momento hist¨®rico. Qui¨¦n hubiera osado pensar en este pa¨ªs hace apenas unas semanas que el Gobierno israel¨ª negociar¨ªa con la OLP".

Una de las intervenciones m¨¢s espectaculares fue la del general Benjam¨ªn Benelieser, uno de los h¨¦roes de la Guerra de los Seis D¨ªas, considerado hasta hace poco un "duro entre los durcis". "Hay que salir de Gaza lo antes posible; tenemos que abandonar los campos de refugiados palestinos lo antes posible; mientras sigamos controlando ese tipo de lugares no tendremos seguridad", dijo el general.

La derecha israel¨ª organizaba entre tanto su r¨¦plica a esta demostraci¨®n de fuerza de los palomas. Bajo el lema Israel est¨¢ en peligro, el Likud y una constelaci¨®n de grupos nacionalistas y religiosos pretenden concentrar el pr¨®ximo martes en Jesural¨¦n a miles de personas frente a la oficina de primer ministro Isaac Rabin. Lo consideran un "traidor" por haber negociado con la OLP y estar dispuesto a concederle el Gobierno de Gaza y Jeric¨®.

Nunca como en este momento en que amanece una esperanza de paz para la m¨¢s vieja guerra de nuestro siglo la sociedad israel¨ª ha estado tan profundamente dividida. El hecho de que los halcones vayan a reunirse en Jerusal¨¦n y que los palomas lo hayan hecho en Tel Aviv expresan las enormes diferencias entre estas dos ciudades. En la primera dominan los jud¨ªos m¨¢s radicales desde el punto de vista pol¨ªtico y religioso; la segunda es una capital laica donde ayer decenas de miles de personas se ba?aban en la playa sin el menor respeto por el sagrado d¨ªa del Shabat.