Ruge la marabunta
El facil¨®n y especial p¨²blico que asiste a las corridas de matadores-banderilleros, parte del cual se hab¨ªa desplazado ayer desde la Valencia lim¨ªtrofe y natal de El Soro, disfrut¨® y rugi¨® a tope con su carism¨¢tico ¨ªdolo. Pagaron su boleto y est¨¢n en su perfecto derecho, que para eso la fiesta es democr¨¢tica en este sentido. Otra cosa es que en cuanto a puridad taurina el diestro desaprovechara dos toros bravos, los ¨²nicos de la tarde, con su toreo o lo que sea, que alcanz¨® en algunos momentos cotas cercanas a lo bufo.
La explosi¨®n y rugido mayor se celebr¨® con el toro que cerr¨® plaza, con el que El Soro mont¨® un borboll¨®n salvaje de espectacularidad en banderillas merced a sus dos consumadas especialidades. A los sones de Nerva, sensacionalmente bien tocado por la banda y trompeta y de us¨ªa, El Soro enerv¨® hasta tal punto a los sacerdotes de su heterodoxa religi¨®n, que ¨¦stos le obligaron a poner un cuarto par y dar una aclamad¨ªsima vuelta al ruedo. Tambi¨¦n el torero dio otra vuelta detr¨¢s del animal con sus trapazos muleteriles, la ant¨ªtesis de la lidia que exig¨ªa casi a gritos este bravo bicolme.
Sus compa?eros tambi¨¦n la tienen. Luis Francisco Espl¨¢, sin embargo, parec¨ªa llamado a alcanzar otros altares, pero no parece por la labor. Se limita a sus buenos y arriesgad¨ªsimos pares de banderillas por los adentros, y hacer como que hace con percal y pa?osa. Su lote fue complicado, pero no tanto como para taparse de esa manera.
V¨ªctor Mendes pech¨® con lo peor y tuvo el gesto de negarse a banderillear al segundo, un peligros¨ªsimo mulo con cuernos. Se gan¨® la injusta ira de este particular p¨²blico; raz¨®n por la que el torero, valent¨®n y porfi¨®n, se jug¨® el pellejo limpiamente con otro animal de similar catadura al que extrajo lo ¨²nico que se pareci¨® levemente a la ortodoxia taurina.
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