La medida de fuerza de Yeltsin divide a las rep¨²blicas rusas
La decisi¨®n de Yeltsin de disolver el Parlamento y convocar elecciones legislativas ha provocado una fisura en los territorios rusos, cuyos ¨®rganos de poder se alinean a favor o en contra del presidente, seg¨²n sus subordinaciones institucionales. La decisi¨®n m¨¢s extrema conocida hasta anoche era la de la Rep¨²blica de Udmurtia, importante centro de producci¨®n de armamento situado en la cuenca del Volga. Udmurtia declar¨® que ninguna decisi¨®n federal tiene validez en su territorio sin la aprobaci¨®n del Parlamento local.
Los pa¨ªses de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), todos los cuales formaron parte de la ahora desintegrada Uni¨®n Sovi¨¦tica, manten¨ªan ayer una neutralidad interesada en el triunfo de Yeltsin en v¨ªsperas de una cumbre, prevista para el viernes, que ha de concertar un importante acuerdo econ¨®mico.Por la ma?ana, cuando la situaci¨®n era m¨¢s incierta, algunos funcionarios del interior de Rusia rescataban los viejos juegos de palabras sovi¨¦ticos, consistentes en frases vagas que, en el momento oportuno, permiten alinearse disimuladamente del lado del vencedor, quienquiera que ¨¦ste sea.
Entre las 21 rep¨²blicas rusas, la posici¨®n m¨¢s extendida era de expectativa. En Daguest¨¢n, en el norte del C¨¢ucaso, un portavoz del Consejo de Ministros dijo que se acataba el decreto por falta de otra informaci¨®n. En Karelia, en la frontera con Finlandia, el consejo de ministros se pronunci¨® en contra del enfrentamiento entre las dos ramas de poder. En Buriatia, la rep¨²blica budista de Siberia, la direcci¨®n del Parlamento conden¨® la actuaci¨®n del presidente.
Las autoridades de Yakutia, el principal centro de diamantes de Rusia, demoraban deliberadamente el anuncio de su posici¨®n, mientras. un portavoz del Gobierno aseguraba no haber recibido el decreto presidencial. La rep¨²blica musulmana de Bashkiria, en los Urales, se pronunci¨® en contra de Yeltsin.
El presidente, sin embargo, obtuvo un inesperado espaldarazo por parte de l¨ªder rebelde de Chechenia, Dzhojar Dud¨¢iev, un paisano del jefe del Parlamento, Rusl¨¢n Jasbul¨¢tov.
En las provincias rusas, los jefes de la Administraci¨®n, representantes de la l¨ªnea de poder presidencial, se alineaban por lo general con Yeltsin, mientras los s¨®viets sol¨ªan hacerlo del lado del Parlamento.
En su decreto, Yeltsin se limit¨® a disolver el Parlamento estatal, pero no toc¨® el sistema de s¨®viets, la estructura de poder legislativo que se extiende hasta el nivel de barrio. En la plaza Pushk¨ªn de Mosc¨², Yeltsin, que sali¨® del coche oficial para hablar con los transeuntes, manifest¨® que la mayor¨ªa de los 89 territorios de Rusia apoyaban. su decreto, con excepci¨®n de dos o tres. El Parlamento, por su parte, asegur¨® que 31 territorios rusos hab¨ªan condenado el decreto de Yeltsin.
El jefe de la Administraci¨®n de Mosc¨², Anatoli Tiazhelov, se?al¨® que hab¨ªa decidido no someterse a nadie y que la situaci¨®n en la zona de Mosc¨² era tranquila. En la regi¨®n minera siberiana de Kuzb¨¢s, uno de los reductos presidenciales, los s¨®viet acataron la decisi¨®n del Yeltsin. En la petrolera Tiumen, el presidente del sovi¨¦t provincial se decant¨®, en cambio, por el Soviet Supremo. Varios s¨®viets siberianos y de los Urales, como los de Perm, Kurg¨¢n, Onisk y Tonisk se pronunciaron en contra del presidente. Vlad¨ªmir Na¨²mov, atam¨¢n de la Uni¨®n de los Cosacos de Rusia, dijo que estaban estudiando la situaci¨®n.Comprensi¨®n
Entre las rep¨²blicas de la CET Stanislav Shushk¨¦vich, l¨ªder bieloruso, se adelant¨® a todos sus colegas, apoyando a Yeltsin y afirmando que era un "ardiente partidario" de las medidas tomadas. En Ucrania, el presidente Leonid Kravchuk aseguraba comprender los motivos de Yeltsin para romper el bloqueo que le supon¨ªa el Parlamento. En Kazajst¨¢n, el l¨ªder Nursult¨¢n Nazarbai¨¦v, indic¨® que las medidas emprendidas por Yeltsin eran una de las v¨ªas para salir de la crisis y que la grave situaci¨®n rusa exig¨ªa medidas claras y decididas. El l¨ªder kazajo exhort¨® a las partes en conflicto a la b¨²squeda de un m¨¦todo constructivo y civilizado para resolver los problemas.
La reacci¨®n m¨¢s original fue la del l¨ªder de la oposici¨®n nacionalista ucrania, Viacheslav Chernovil, que se congratul¨® de la acci¨®n de Yeltsin al confiar en que la inestabilidad pol¨ªtica en Rusia asuste a los futuros firmantes del tratado econ¨®mico de la CEI. Entre las rep¨²blicas asi¨¢ticas, Uzbekist¨¢n manten¨ªa silencio, en tanto Turkmenist¨¢n aseguraba no querer interferir en asuntos internos de Rusia y Kirguist¨¢n se absten¨ªa de valorar la situaci¨®n. El l¨ªder armenio, Levon Ter Petrosi¨¢n expres¨® su esperanza en que su colega ruso pueda resolver la crisis. En Moldova, el presidente Mircea Snegur, ¨¢poyaba las medidas decretadas por Yeltsin. En el B¨¢ltico, el presidente de Lituania, Alguirdas Brazauskas, anunci¨® su apoyo al presidente de Rusia y el Ministerio de Exteriores de Estonia se pronunci¨® de forma muy precavida, expresando deseo de que Rusia no se saliera del camino de la democracia y la reforma.
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