El disfraz de un rechazo
UNA ASAMBLEA de notables bosnios musulmanes, integrada por personalidades religiosas, pol¨ªticas e intelectuales, hab¨ªa dado anteayer un s¨ª condicional al plan de partici¨®n de Bosnia-Herzegovina y, por ende, a la creaci¨®n de tres Estados ¨¦tnicos en la regi¨®n. Ocurr¨ªa, sin embargo, que las condiciones exigidas supon¨ªan en la pr¨¢ctica el rechazo del proyecto y, obviamente, la continuaci¨®n de la guerra a lo largo de otro invierno terrible. Los musulmanes quieren que se les devuelva todo el territorio que croatas y serbios les quitaron por la fuerza y recibir, en todo caso, el 4% m¨¢s del 30% de territorio que se les hab¨ªa asignado en el reparto decidido el fin de semana pasado con la bendici¨®n de la ONU y de la CE.Ayer, el Parlamento de Bosnia tambi¨¦n se pronunci¨® en favor del plan. Pero el efecto de su decisi¨®n ser¨¢ el mismo que el de la asamblea de notables. Por muy leg¨ªtima que sea la aceptaci¨®n condicionada a la recuperaci¨®n de territorios anteriormente musulmanes, equivale a un rechazo en la pr¨¢ctica: los dirigentes bosnios serbios han declarado insistentemente su total negativa a nuevas negociaciones sobre el reparto de territorios o a cualquier retirada de territorio conquistado alguno. Y as¨ª, el plan de partici¨®n de Bosnia-Herzegovina aprobado por los mediadores internacionales Owen y Stoltenberg, y cuyo contenido esencial estriba en legalizar la victoria militar de Serbia y de Croacia, queda nuevamente al albur de los ca?ones.
No es sorprendente la actitud de los ¨®rganos representativos de la poblaci¨®n musulmana de Bosnia. Sin duda, la paz es el bien m¨¢s preciado y a ella aspiran los que tanto han sufrido por la guerra. El presidente bosnio, Izetbegovic, lo expres¨® con claridad al decir que prefiere "una paz injusta a una guerra justa". Pero se comprende que los bosnios no quieran asumir sin m¨¢s una propuesta que equivale a destruir la patria o la tierra en la que han vivido hasta ahora: su argumento de que ya han sufrido tanto que est¨¢n dispuestos a sufrir a¨²n m¨¢s con tal de tener un Estado m¨ªnimamente viable merece respeto.
Y es que, por dram¨¢tica que sea la realidad de lo ocurrido en Bosnia, son los serbios quienes han ganado la guerra. Y la ONU, y m¨¢s espec¨ªficamente Estados Unidos y la Comunidad Europea, han aceptado reconocer un resultado impuesto por la fuerza y con m¨¦todos particularmente crueles e inhumanos. Las v¨ªctimas principales son los musulmanes bosnios, a los que el plan propuesto ofrece un Estado casi inviable. Como gr¨¢ficamente afirma The Washington Post, "sobreponerse al asco que produce requiere un esfuerzo de voluntad" considerable.
Izetbegovic, al que se reprocha con frecuencia una actitud poco firme, se halla en una situaci¨®n extraordinariamente dif¨ªcil. Est¨¢ sometido a presiones directas, no ya de serbios y croatas, sino de las grandes potencias, deseosas de que el plan, por malo que sea, se apruebe para poder iniciar as¨ª una nueva etapa sin la obsesi¨®n de los bombardeos y las muertes de cada d¨ªa. Izetbegovic no se comprometi¨® a obtener la aprobaci¨®n del plan por su Parlamento. Ante ¨¦ste, present¨® los argumentos contrarios y favorables a la aprobaci¨®n; entre estos ¨²ltimos, el fundamental de que el rechazo puede llevar, si contin¨²an las hostilidades (con los musulmanes debilitados y sus enemigos reconocidos ya como vencedores en todo el mundo), a un exterminio de la poblaci¨®n musulmana de Bosnia.
Convencer a los bosnios de que cambien de actitud no ser¨¢ f¨¢cil. El "Estado musulm¨¢n" -que seg¨²n el plan aparecer¨ªa por primera vez en el coraz¨®n de Europa- no tiene viabilidad alguna. No se trata s¨®lo de su escaso tama?o, sino de que est¨¢ formado por diversos territorios poco comunicados entre s¨ª y con una salida al Adri¨¢tico controlada por los croatas. De hecho, los negociadores internacionales Owen y Stoltenberg ya han manifestado su convencimiento de que la decisi¨®n del Parlamento bosnio, en los t¨¦rminos en que ha sido formulada, es un rechazo, y que en esas condiciones no ser¨¢ posible volver a sentar a las tres partes a la mesa de negociaci¨®n.
Tampoco vaticina nada bueno para la hipot¨¦tica misi¨®n de paz de 50.000 hombres cuyo estudio y puesta en marcha hab¨ªa encargado la ONU a la OTAN. En efecto, ¨¦sta exige como condici¨®n previa al env¨ªo de cualquier fuerza que exista un alto el fuego efectivo, que los adversarios est¨¦n separados, que no se impida el suministro de ayuda humanitaria y que se predetermine un tiempo limitado de presencia internacional en la antigua Yugoslavia. La decisi¨®n del Parlamento bosnio musulm¨¢n, por valiente que sea, anuncia m¨¢s guerra, no la paz que todos ans¨ªan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Alia Izetbegovic
- Misi¨®n paz
- David Owen
- Thorvald Stoltenberg
- Opini¨®n
- Declaraciones prensa
- Serbia y Montenegro
- Misiones internacionales
- OTAN
- Contactos oficiales
- Croacia
- Guerra Bosnia
- Serbia
- Uni¨®n pol¨ªtica europea
- Bosnia Herzegovina
- Negociaciones paz
- Minor¨ªas ¨¦tnicas
- Estados Unidos
- Proceso paz
- Islam
- ONU
- Grupos sociales
- Pol¨ªtica exterior
- Etnias
- Guerra