Howard Metzenhaum,

senador dem¨®crata por el Estado de Ohio, pretende que el nombre de Edgard Hoover, el tan pol¨¦mico como temido director del Bur¨® Federal de Investigaci¨®n (FBI) de Estados Unidos durante casi medio siglo, desaparezca para siempre de la fachada principal del edificio de este organismo, con sede en Washington.Metzenbaum ya ha conseguido que un comit¨¦ de la C¨¢mara alta considere su propuesta porque cree que Hoover cometi¨® innumerables abusos contra los derechos humanos, que almacen¨® informaci¨®n no contrastada y que, incluso, chantaje¨® a parte de sus adversarios pol¨ªticos. Durante su mandato en el FBI le toc¨® lidiar con el gansterismo de los a?os treinta y tambi¨¦n le toc¨® despachar los rumores que lo acusaban de desprestigiar al presidente John Kennedy, asesinado en Dallas (Tejas) en noviembre de 1963. Aficionado a coleccionar informaci¨®n, a menudo privada, de tantos personajes p¨²blicos como trat¨® durante sus 48 a?os de mandato, Hoover tuvo fama de conocer los entresijos de la Mafia y los l¨ªos de pantalones y de faldas que salpicaron a los hombres y mujeres de su tiempo, entre ellos los Kennedy.

Ning¨²n presidente le sustituy¨® en el cargo, que ejerci¨® hasta su muerte, en 1972. Cuentan las cr¨®nicas que cuando al presidente Lyndon Johnson -sucesor del asesinado Kennedy- le preguntaron por qu¨¦ no destitu¨ªa a Edgard Hoover, coment¨® en privado que el director del FBI era tan peligroso que prefer¨ªa "tenerlo dentro de la tienda orinando hacia fuera que fuera de la tienda orinando hacia dentro".-