"He sentido lo que es una guerra civil"
"Todo esto no ha sido m¨¢s que una representaci¨®n teatral. Lo imperdonable es que hubo sangre". V¨ªktor es un empleado de banca que no simpatiza en absoluto con los nacionalistas ni con los comunistas, pero al que le repugna la exhibici¨®n de fuerza que supuso el bombardeo de la Casa Blanca. "Las dos partes han luchado por el poder, sin importarles nada m¨¢s", agreg¨®. En este punto, su amigo Yur¨ª, un agricultor que trata de ganarse la vida cultivando su propia tierra, fue m¨¢s rotundo: "La pol¨ªtica es una mierda".Ambos hab¨ªan acudido sobre las cinco de la tarde de ayer al puente de Kalinin, palco ideal para contemplar el lamentable estado en que ha quedado la Casa Blanca. Aunque el puente amaneci¨® tomado por el Ej¨¦rcito, con tres tanques en medio de ¨¦l, las tropas se fueron y por la tarde miles de moscovitas se acercaron a cotillear, algunos de ellos con c¨¢maras fotogr¨¢ficas.
Numerosos asistentes confesaban que hab¨ªan acudido para comprobar que lo que hab¨ªa pasado era real, no una pesadilla. Un meteor¨®logo coment¨® que un amigo suyo est¨¢ internado en un hospital por un tiro que recibi¨® durante el asalto a Ost¨¢nkino. Su amigo era partidario del Parlamento y ¨¦l, del presidente. "Por primera vez he sentido lo que es una guerra civil", coment¨® apesadumbrado. "Si la lucha hubiera seguido, ¨¦l y yo habr¨ªamos ca¨ªdo en bandos distintos" concluy¨®.
Tranquilidad relativa
Resultaba sorprendente que s¨®lo 24 horas despu¨¦s de los combates, el tr¨¢fico fluyera por el puente y la gente paseara con aparente tranquilidad. Con todo, era una tranquilidad relativa. La presencia de soldados y veh¨ªculos militares, incluidos los blindados, segu¨ªa siendo evidente y las huellas de la batalla no se hab¨ªan borrado: camiones incendiados, farolas derribadas, cables de troleb¨²s rotos. Mirando hacia arriba, las ventanas destrozadas de los pisos situados en lo m¨¢s alto de algunos edificios permit¨ªan deducir d¨®nde se hab¨ªan emboscado los francotiradores el d¨ªa anterior.
Las huellas eran claras, sobre todo, en el ¨¢rea del metro de Barricada, un lugar que durante muchos d¨ªas estuvo literalmente tomado por los partidarios del Parlamento y donde el lunes por la noche se registraron abundantes combates.
Por toda la parte trasera de la Casa Blanca llamaba ayer la atenci¨®n la presencia de pandillas de muchachos que se afanaban en llevarse todo lo que pillaban: desde pedazos de alambre de espino hasta accesorios de los camiones incendiados.
La vida se normaliz¨® ayer en Mosc¨², pero s¨®lo hasta cierto punto. Desde el lunes funciona el toque de queda desde las 11 de la noche a las cinco de la ma?ana, pero el reparto de los pases, para que los que trabajan de noche, puedan circular se ha retrasado. Eso perjudic¨® ayer a miles de suscriptores que se quedaron sin diario al afectar el toque de queda al reparto.
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