Siete grandes espa?oles de la Escuela de Par¨ªs
La Caja de Madrid expone 82 obras de pintores de principios de siglo
La sala de la Casa del Monte de Caja de Madrid (plaza de San Mart¨ªn, 1. Madrid) presenta esta tarde, y hasta el 21 de noviembre, la exposici¨®n 7 pintores espa?oles de la Escuela de Par¨ªs. El montaje contiene 82 pinturas de Picasso (10), Mir¨® (21), Gris (5), Blanchard (10), Echevarr¨ªa (10), Iturrino (14) y V¨¢zquez D¨ªaz (12), procedentes en su mayor¨ªa de colecciones particulares, por lo que se exhiben cuadros poco conocidos. El comisario, Luis Mar¨ªa Caruncho, declar¨® ayer que se han incluido los artistas que llegaron a Par¨ªs antes de 1919, con objeto de incluir a Mir¨® como homenaje en su centenario.
Equ¨ªvoco en s¨ª mismo, no hay que esforzarse en averiguar lo que eventualmente se quiere significar con el concepto de Escuela de Par¨ªs. De hecho, es mucho m¨¢s ¨²til, cuando se apela a ella en una convocatoria, como ahora ocurre, fijarse a trav¨¦s de qu¨¦ artistas se la representa. En este sentido, los siete aqu¨ª seleccionados, por as¨ª decirlo, no necesitan de ning¨²n aval previo, pues son Picasso, Mir¨®, Mar¨ªa Blanchard, V¨¢zquez D¨ªaz, Iturrino, Echevarr¨ªa y Juan Gris. Por lo dem¨¢s, todos ellos, efectivamente, estuvieron art¨ªsticamente marcados por su experiencia parisina, que les toc¨® vivir en la primera hora vanguardista, y este madrugar, en el contexto de la modernidad, posee un indudable peso espec¨ªfico.Lo equ¨ªvoco del concepto de Escuela de Par¨ªs procede de su enorme lasitud, ya que, aparte de lo que de simple localizaci¨®n geogr¨¢fica comporta, tan s¨®lo viene a se?alar que un artista ha pasado una temporada, m¨¢s o menos larga, m¨¢s o menos afortunada, por la escuela de arte moderno, cuando la modernidad, a¨²n beligerante, necesitaba de un frente internacional concreto para mejor informar y cohesionar sus huestes.
Modernidad art¨ªstica
El valor de una exposici¨®n, que trata de rememorar cr¨ªticamente lo que fue una participaci¨®n nacional en esta iniciaci¨®n en la modernidad art¨ªstica de Par¨ªs, depende, finalmente, de la calidad de los artistas elegidos. La simple relaci¨®n nominal de los siete elegidos hace in¨²til cualquier explicaci¨®n o reivindicaci¨®n previas, salvo la de subrayar las tres sucesivas corrientes en las que ¨¦stos desempe?aron un papel a veces crucial.As¨ª, por ejemplo, Iturrino y Echevarr¨ªa tuvieron una estrecha relaci¨®n formal con el llamado fauvismo; Picasso, Gris, Blanchard y V¨¢zquez D¨ªaz, protagonizaron la epopeya cubista o sacaron un provecho memorable de la misma, y por ¨²ltimo, Mir¨® fue uno de los fundadores del primer estilo surrealista, con lo que no s¨®lo se aclaran las coordenadas temporales del asunto aqu¨ª tratado -el primer cuarto de siglo-, sino que tambi¨¦n, desde un punto de vista estil¨ªstico, esas otras de la est¨¦tica inaugural de la vanguardia hist¨®rica, que fue la genuina, la fundamental.
Claro que, en funci¨®n de tan altas expectativas est¨¦ticas y de los tan renombrados artistas aqu¨ª elegidos como ilustraci¨®n, la obra seleccionada de cada uno de ellos es necesariamente desigual, siguiendo una pauta al respecto inversamente proporcional a su importancia individual. Esto es: es peor o m¨¢s desequilibrada la obra conseguida de Picasso, Gris y Mir¨®, mientras que mejora notablemente en los casos restantes, dicho todo esto sin minusvalorar en absoluto lo que se ha logrado de los primeros, pues, en cualquier caso, implica no pocos esfuerzos, y como exaltaci¨®n de lo que hay de los segundos, porque requiere conocimiento y sensibilidad.
Con 82 cuadros, esta exposici¨®n, que ha estado bajo la responsabilidad de Luis Caruncho, ofrece conjuntos muy notables, sobre todo, de V¨¢zquez D¨ªaz y Mar¨ªa Blanchard, aunque los de Iturrino y Echevarr¨ªa no desmerecen tampoco, agradeci¨¦ndose adem¨¢s el que est¨¦ aqu¨ª presente el segundo de estos dos ¨²ltimos citados, ya que se trata de un formidable pintor a¨²n no puesto en el valor que se merece. En cuanto a los tres monstruos sagrados, se impone el fijarse en determinadas obras concretas, como en algunos de los Picasso de su ¨²ltima etapa, en el bell¨ªsimo cuadro cubista temprano de Gris, de la colecci¨®n de Telef¨®nica, y en alg¨²n Mir¨® de los a?os 50.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.