El m¨²sico John Eliot Gardiner graba la obra 'fantasma' de Berlioz
Un organista de Amberes, Frans Moors, descubri¨® en 1991, un volumen en el que estaba escrito: "Messe solennelle, por H. Berlioz". Todav¨ªa no sab¨ªa que hab¨ªa realizado uno de los descubrimientos musicales m¨¢s importantes de los ¨²ltimos a?os: H¨¦ctor Berlioz (18031869) dec¨ªa haber quemado este manuscrito de juventud. La obra fue interpretada, por primera vez desde 1827, el martes en Madrid por la Orquesta Revolucionaria y Rom¨¢ntica y el Coro Monteverdi, dirigidos por el fundador de ambos conjuntos, John Eliot Gardiner, en una gira europea que acaba en Londres, donde la obra ser¨¢ grabada.
"Berlioz era un genio extraordinario y muy precoz, porque s¨®lo ten¨ªa 21 a?os cuando compuso esta rnisa", asegur¨® John Eliot Gardiner el martes en Madrid despu¨¦s del concierto. "Era un estudiante de medicina que s¨®lo hab¨ªa recibido clases particulares de m¨²sica con Jean-Fran?ois Le Sueur".Gardiner, uno de los m¨¢s prestigiosos directores actuales que cuenta en su haber con algunas grabaciones hist¨®ricas, cre¨® en 1990 la Orquesta Revolucionaria y Rom¨¢ntica, que ofrece un repertorio de autores del siglo XIX con instrumentos de la ¨¦poca. Interpretar una obra que hasta hace s¨®lo dos a?os era un fantasma fue, seg¨²n sus palabras, "una experiencia ¨²nica". "Lo que encuentro interesante es que esta misa solemne est¨¢ fuera de la tradici¨®n musical de su tiempo. No est¨¢ en la l¨ªnea de sucesi¨®n de Bach, Ha?ndel, Mozart, Haydn, en absoluto, es muy francesa, pero de la Francia de despu¨¦s de la Revoluci¨®n, no del siglo XVIII. Est¨¢ influido por su maestro Le Sueur, por Cherubini, pero, sobre todo, es su propia voz la que aparece constantemente".
Interpretada s¨®lo en dos ocasiones (en 1825 y en 1827), es una obra innovadora, muy alejada de lo que uno esperar¨ªa escuchar en una iglesia a principios del siglo XIX. "Eso es lo que encuentro fascinante. No es nada convencional, es una obra llena de fantas¨ªa, de imaginaci¨®n, llena de cosas que son t¨ªpicamente de Berlioz, que m¨¢s tarde desarroll¨® de una forma mucho m¨¢s madura. Es verdad que a veces hay cosas que son un poco rudas, un poco torpes, pero da igual. Hay tanta imaginaci¨®n que, al final, es lo ¨²nico que importa. Lleg¨® a dominar la t¨¦cnica de la m¨²sica, pero a su manera. La gente m¨¢s acad¨¦mica encuentra que es torpe. Para m¨ª es un gran compositor. Lo amo mucho", se?al¨® John Eliot Gardiner.
Las dos interpretaciones de esta obra, que Berlioz desech¨® porque se sent¨ªa muy insatisfecho de ella (seg¨²n relata en sus Memorias), estuvieron marcadas por los problemas t¨¦cnicos. Berlioz no consegu¨ªa reunir a los 150 m¨²sicos necesarios para la interpretaci¨®n. Se aplaz¨® en varias ocasiones, lo que result¨® extremadamente frustrante para ¨¦l: hasta entonces nunca hab¨ªa tenido la oportunidad de escuchar una de sus composiciones. "En la primera interpretaci¨®n, el propio Berlioz toc¨® el gong y lo hizo con tanta fuerza que toda la iglesia de Saint Roch vibr¨® a causa de sus golpes, tanto que el director, Henri Valentino, le tuvo que pedir que se tranquilizase. La segunda interpretaci¨®n fue dirigida por ¨¦l personalmente", relata Gardiner.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.