El Rey pide ante la Asamblea francesa un impulso a la democracia y a la uni¨®n europea
Espa?a y Francia deben trabajar conjuntamente para profundizar en la democracia, reforzar la uni¨®n europea y facilitar el desarrollo de Europa del Este, Am¨¦rica Latina y el Magreb, seg¨²n el rey don Juan Carlos. En su discurso ante la Asamblea Nacional francesa, el primero pronunciado por un jefe de Estado extranjero desde el nacimiento de la V Rep¨²blica Francesa, el Rey hizo ayer votos contra el pesimismo. "Seamos nosotros mismos, franceses, espa?oles, europeos de hoy y de ma?ana, y sepamos as¨ª ser portadores de una parte de la esperanza del mundo", dijo el Monarca.
Antes de su mensaje a la Asamblea, el Rey almorz¨® con el presidente Fran?ois Mitterrand, y luego se entrevist¨® con el ex presidente Valery Giscard d'Estaing y cen¨® con el primer ministro, Edouard Balladur. Su regreso a Madrid est¨¢ previsto para hoy.Don Juan Carlos cit¨® en su discurso a Alexis de Tocqueville y Andr¨¦ Malraux para rendir homenaje a la aportaci¨®n francesa al progreso universal de los valores democr¨¢ticos. Durante media hora, habl¨® en un franc¨¦s impecable y cosech¨® nutridos aplausos de los diputados republicanos.
Las relaciones hispano-francesas, dijo don Juan Carlos, son hoy "mejores que nunca". "Nuestra cooperaci¨®n en todos los campos", a?adi¨®, "ha encontrado una expresi¨®n concreta, no s¨®lo eficaz sino tambi¨¦n profundamente simb¨®lica, en la lucha com¨²n de nuestras dos democracias contra una actividad terrorista que es el ¨²ltimo vestigio, atrozmente arcaico y ciego, de un pasado de intolerancia totalitaria".
Don Juan Carlos propuso que Espa?a y Francia desarrollen de modo particular su cooperaci¨®n en Iberoam¨¦rica, que ha registrado en los ¨²ltimos a?os "avances espectaculares" en el camino de la democracia, y en el Magreb. "No habr¨¢ verdadera estabilidad en el Mediterr¨¢neo", record¨®, "hasta que no se aten¨²en las diferencias de nivel de vida entre las dos orillas. Nos incumbe sobre todo a nosotros, franceses y espa?oles, hacer comprender a nuestro socios comunitarios que es necesario abrirnos a sus preocupaciones y contribuir a su desarrollo".
Reflexionando sobre la historia de su propio pa¨ªs, el Rey dijo: "En los momentos en los que Espa?a se encierra y aisla, cultivando sus diferencias, jact¨¢ndose de una autenticidad con frecuencia arcaica, las libertades p¨²blicas se limitan o se vulneran. Por el contrario, en aquellos periodos en los que estas libertades se restablecen y ampl¨ªan, Espa?a se abre al mundo y le brinda los frutos de su creaci¨®n".
Agradeci¨® entonces el Rey a Francia el hecho de que siempre haya ofrecido "asilo y acogida" a los espa?oles que tuvieron que exilarse o emigrar en los periodos en que Espa?a se "repleg¨® sobre s¨ª misma" y "sufri¨® desgarramientos internos". En ese punto cit¨® el ejemplo de Pablo Picasso.
"Pedagogo de la democracia"
Haciendo buenas las palabras de Philippe S¨¦guin, presidente de la Asamblea Nacional, que le hab¨ªa calificado de "pedagogo paciente y atento de la democracia", don Juan Carlos no ces¨® de predicar las virtudes de la apertura. "La frontera", dijo citando a Josep Pla,- "no es un l¨ªmite, es una gran ventana abierta". "Lo que preserva la identidad de los pueblos y las culturas", subray¨®, "no es el repliegue sobre uno mismo, no es la protecci¨®n artificial contra el viento de la Historia, aun cuando ¨¦ste sople con la fuerza del hurac¨¢n. Lo que preserva nuestra identidad, y esa es la lecci¨®n que Espa?a ha aprendido y que proclama, sin arrogancia pero con firmeza, es la profundizaci¨®n permanente de la democracia".El Rey abord¨® las crisis actuales. "Todo gira y se mueve, todo s¨¦ articula y se disgrega en funci¨®n del principal acontecimiento de este fin de siglo: el derrumbamiento del bloque del Este", dijo. Y a?adi¨®: "Escuchamos que la Historia nos ha cogido desprevenidos. Mejor hubiera sido, se nos dice, que el derrumbamiento se hubiera producido algunos a?os m¨¢s tarde. De ese modo, la Comunidad Europea habr¨ªa tenido tiempo para prepararse. Se trata de una opini¨®n incoherente, de un verdadero sofisma. La historia siempre nos coge desprevenidos".
"La Europa comunitaria no puede ignorar al resto del continente. Debemos tender la mano a las nuevas democracias y tratar de contribuir a su estabilidad", afirm¨®. En alusi¨®n a Ias tragedias que se han abatido sobre la antigua Yugoslavia", el Rey proclam¨® que Espa?a "est¨¢ orgullosa de sus soldados. Han ca¨ªdo, como sus camaradas franceses, defendiendo el derecho de los enfermos a ser atendidos, el derecho de los ni?os a ser alimentados y protegidos, y el derecho de todos a vivir en paz".
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