Los soldados de Al¨¢, contra el proyecto de paz
"Como musulmanes, nuestro deber es liberar Jerusal¨¦n y luchar a muerte contra quienes traten de impedirlo"
Los guerrilleros isl¨¢micos del Hezbol¨¢ estaban disparando morteros contra una posici¨®n de la milicia proisrael¨ª Ej¨¦rcito del L¨ªbano del Sur (ELS). Por su parte, los artilleros del ELS y sus patrones israel¨ªes se pusieron a bombardear las colinas de Kfar Rum¨¢n y Yatr, a?adiendo pinceladas de humo negro al paisaje rocoso. Un combatiente muerto, dos pastores heridos y varias casas destruidas. Ayer fue un d¨ªa cualquiera en el sur de L¨ªbano, con variable intensidad de violencia. La vida aqu¨ª es as¨ª desde hace a?os. Y las cosas pueden empeorar. En esta buc¨®lica aldea de callejuelas sin m¨¢s color que el de los retratos de sus 47 m¨¢rtires, y donde ya nadie pesta?ea con el estruendo de explosiones cercanas, la gente habla con desd¨¦n y temor del proceso de paz."Esto de la paz no va a ninguna parte", dec¨ªa ayer uno de los notables de Jibshit, un anciano flaco que escudri?aba el cielo tratando de localizar a un cazabombardero israel¨ª, ruidoso pero invisible. "Israel sigue ocupando L¨ªbano. Incluso si se fueran estos malditos jud¨ªos, los mismos soldados que secuestraron a nuestro l¨ªder, el jeque Abdel Karim Obeid, la paz tal como la ven los americanos y los jud¨ªos no puede durar. Es imposible. Como musulmanes, nuestro deber es expulsar a los israel¨ªes de nuestra tierra y liberar Jerusal¨¦n".
Un taciturno joven barbudo vestido de civil, con una enorme pistola autom¨¢tica al cinto, s¨®lo disparaba arengas: "Con el Cor¨¢n en la mano, la victoria ser¨¢ nuestra".
Ciertamente son objetivos concebibles s¨®lo para el Hezbol¨¢ y su brazo armado, la resistencia isl¨¢mica, el Ej¨¦rcito guerrillero de aproximadamente 3.000 hombres forjado con firme apoyo de Ir¨¢n. Para comenzar, la supervivencia de las fuerzas isl¨¢micas en L¨ªbano est¨¢ en peligro: el d¨ªa que Siria y L¨ªbano obtengan concesiones de Israel la aguerrida resistencia isl¨¢mica se va a convertir en un incordio que Damasco y Beirut van a tener que eliminar en aras del pragmatismo. De ampliarse estos tiempos de paz en Oriente Pr¨®ximo, la ¨²nica guerra que quedar¨ªa ser¨ªa la campa?a de los shi¨ªes de L¨ªbano en alianza con las 10 facciones palestinas que acaban de formar el "frente del rechazo" en Damasco.
Frente a la posibilidad de un principio de acuerdo (un compromiso liban¨¦s para liquidar los focos de tensi¨®n en el sur parece el m¨¢s apto para los israel¨ªes), las perspectivas se tornan cada d¨ªa m¨¢s sombr¨ªas para el Hezbol¨¢. Si los sirios se muestran m¨¢s receptivos a las f¨®rmulas diplom¨¢ticas para recuperar el Gol¨¢n, es probable que den la luz verde al Ej¨¦rcito liban¨¦s para que, con el pretexto de neutralizar a todas las milicias activas en el sur para asumir el control de posiciones en manos de los cascos azules, se lance a desarmar al Hezbol¨¢.
"Si eso llega a ocurrir, vamos a tener una guerra a tres bandas", dice Abu Abdal¨¢, uno de los comandantes del Hezbol¨¢ en la regi¨®n de Tiro. "Pelearemos contra los israel¨ªes en el sur y contra los soldados libaneses en el norte", a?ade. Incluso la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), de Yasir Arafat, podr¨ªa sumarse a la campa?a, advierte. "Pero nuestra campana no cesar¨¢. Arafat ha traicionado a los palestinos, pero nosotros jam¨¢s traicionaremos a nuestros hermanos musulmanes. A la hora de la verdad, Al¨¢ estar¨¢ de nuestra parte".
Lo que de momento al menos s¨ª favorece a las fuerzas isl¨¢micas es la falta de progreso en las negociaciones entre Israel y Siria y, por ende, entre Israel y L¨ªbano. La OLP puede jactarse de haber logrado algo desde el inicio de las negociaciones lanzadas en Madrid hace dos a?os: Israel se ha comprometido a retirar sus fuerzas de Gaza y Jeric¨® como paso inicial a un proceso que en los pr¨®ximos cinco a?os dar¨ªa autonom¨ªa limitada a los palestinos de los territorios ocupados. Los jordanos est¨¢n entusiasmados ante la perspectiva de firmar un pacto bilateral parecido al suscrito por el primer ministro israel¨ª, Isaac Rabin, y Arafat el mes pasado. Pero sirios y libaneses no han visto un solo elemento interesante para "subirse decididamente al tren de la paz" porque las ofertas israel¨ªes no colman las aspiraciones de Damasco de un arreglo global. Con amargura, el presidente Hafez el Asad dijo hace poco que el "acuerdo de Washington" s¨®lo ha producido un gran ganador: Israel.
Hezbol¨¢ opina lo mismo, pero no tiene motivos para sentirse aliviado por esa coincidencia. Los integristas shi¨ªes de L¨ªbano y Asad mantienen una relaci¨®n fr¨ªa y tensa desde que tropas sirias mataron a 23 militantes musulmanes en el barrio beirut¨ª de Basta en febrero de 1987.
"La guerra entre el Hezbol¨¢ y, los sirios es inminente", dec¨ªa ayer un comisario de la polic¨ªa de la vecina localidad de Nabatea. "Siria siempre ha manejado a L¨ªbano y a las milicias para conseguir sus objetivos. Y ha logrado transformar el sur en el principal dolor de cabeza para Israel y los arquitectos del proyecto de paz", dijo.
Es esa visi¨®n la que lleva a muchos a pensar que Siria ahora puede presionar a Israel y fastidiar a los norteamericanos sin arriesgarse a un enfrentamiento directo.
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