Canciones y peleas matrimoniales

Basada en su autobiograf¨ªa, Yo, Tina, publicada en 1986, la pel¨ªcula se centra en los 16 primeros a?os de la vida art¨ªstica de Tina Turner. Desde que el m¨²sico lke Turner descubre por casualidad lo bien que canta la joven Anna Mae Bullock hasta que se separan despu¨¦s de unas tormentosas relaciones y ella exige como ¨²nica condici¨®n conservar su nombre art¨ªstico, Tina Turner, para luego reunirse en un r¨¢pido final sus grandes triunfos en solitario, ya con cuarenta y tantos a?os sobre sus espaldas, como cantante de rock, durante los a?os ochenta.Con este material, una acci¨®n m¨ªnima y repetitiva, gran cantidad de canciones y unas tensas relaciones matrimoniales que van desde la admiraci¨®n hasta el odio, podr¨ªa haberse hecho un buen melodrama musical, pero hubiese sido necesario uno de los grandes realizadores del g¨¦nero, un George Cukor o un Vicente Minnelli, y desgraciadamente Brian Gibson nada tiene que ver con ellos. Algunos programas de televisi¨®n y un par de pel¨ªculas tan insignificantes como el musical La rockera (1980) y la producci¨®n de terror Poltergeist II (1986) no bastan para encararse a una historia tan compleja como pod¨ªa haber sido ¨¦sta. De manera que Tina se le escapa literalmente entre las manos, convierte una interesante y dif¨ªcil situaci¨®n en una insulsa y aburrida mezcolanza de canciones y peleas matrimoniales.

El rutinario y poco dotado Brian Gibson pasa como una apisonadora sobre las relaciones entre la pareja. Y apenas sabe sacar brillo a momentos como la grabaci¨®n de la canci¨®n River deep, mountain high, la primera que Tina Turner hace en solitario, lejos de su desp¨®tico marido. Y tampoco de ese final donde la propia Tina Turner canta What?s love got to do with it?, la canci¨®n que tambi¨¦n es el t¨ªtulo original de la pel¨ªcula, ante un auditorio enfebrecido.

El trabajo de los actores tambi¨¦n est¨¢ lleno de desigualdades. Frente a una excelente Angela Bassett, que no s¨®lo da vida a la cantante, sino que llega a hacer creer que canta con su propia voz, aunque en realidad est¨¢ grabada por Tina Turner, su oponente Laurence Fishburne, en el papel de lke Turner, resulta un tanto excesivo. Tampoco tiene mucha calidad la fotograf¨ªa de Jamie Anderson, que hace que a la mejor oportunidad el rostro de los actores se confunda con las tonalidades oscuras de los fondos.