Don Juan y colegialas
Ocurri¨® que Madame De Maintenon, amante de rey, casi reina, ten¨ªa ideas pedag¨®gicas para las educandas del Colegio de Saint-Cyr, que fund¨® y donde muri¨®, las expon¨ªa en cartas, quer¨ªa educar por el teatro y pudiera deducirse que pod¨ªa mostrar a Don Juan como "una pedagog¨ªa del hombre del Sur para jovencitas puras", como dice Jean-Luc Pali¨¨s, director de esta obra. Pero no hay tal obra: es, en realidad, la representaci¨®n por muchachas francesas del primer Don Juan, el de Tirso, con los medios de a bordo supuestos en el colegio, disfraces y la escalera como escenario, con lo cual hay como una broma seria, y un distanciamiento, pero tambi¨¦n una comprensi¨®n de que hubo algo antes de Moli¨¨re.Son reales jovencitas francesas las que representan aqu¨ª, y lo hacen en espa?ol. El afrancesamiento de la prosa -de Louise Doutreligne- y de la prosodia no aparecen con car¨¢cter peyorativo: al contrario, suponen un gran esfuerzo y hasta un homenaje a la creaci¨®n espa?ola. Lo que sucede es que estas ideas ¨¦ticas y nobles duran poco; le satisfacen a uno y van muriendo a medida que el o¨ªdo tiene que soportar el artificio de las muchachas que aplican la letan¨ªa de la Com¨¦die Fran?aise al octos¨ªlabo espa?ol, las que imitan voces de hombre, m¨¢s el peque?o dengue de la colegiala antigua.
Don Juan d'Origine, por las se?oritas del Colegio de Saint-Cyr en el a?o 1696
De Louise de Doutreligne. Int¨¦rpretes: Leonor Galindo-Frot, Eva Vallejo, Zazie Delem. Vestuario y decorados: Alain Gaucher. Equipo t¨¦cnico de La Coupole de Melun. Direcci¨®n de escena: Jean-Luc Pali¨¦s. Festival de Oto?o de Madrid. Teatro Alb¨¦niz, 22 de octubre.
La voz espa?ola
A poco que se ame -yo, mucho- el texto maravilloso del frailecillo obseso Tirso de Molina, se va necesitando m¨¢s la autenticidad de la voz espa?ola -no quiero decir con esto que se le suela representar bien en Espa?a, habitualmente: ya se sabe el t¨®pico de la dicci¨®n del verso perdida por nuestros directores-; y contin¨²a molestando el melindre y la falsa prosodia. Vuelve uno a pensar que todos hacen demasiado con este esfuerzo, y aparece el diablillo para repetir que quiz¨¢ hace uno tambi¨¦n demasiado soportando m¨¢s de las dos horas de monoton¨ªa; y qu¨¦ quiz¨¢ hubiera sido mejor que, en Espa?a, hubiesen representado en franc¨¦s (lo van a hacer as¨ª dos veces), en la seguridad de que su talento de actrices ser¨ªa mejor apreciado y que el idioma tendr¨ªa la pureza que necesita. En muchos momentos el distanciamiento no suele ayudar, sino que hace que uno se desprenda de la obra.Bien: las actrices son buenas, la idea es excelente, la direcci¨®n de escena est¨¢ llena de peque?os hallazgos, no tan insistentes como para molestar, y el homenaje a Tirso es tan evidente como satisfactorio, y gan¨® todos los aplausos de la sala. Cansados, pero honestos homenajes a tanta buena fe y a tanto arte empleado contra el imposible.
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