"Impongo la ley de la inteligencia"
Una fecha especial para Hugo S¨¢nchez: el reencuentro con su antiguo equipo, el Real Madrid.Pregunta. Una cita llena de emociones, ?no?
Respuesta. S¨ª. Sentir¨¦ una emoci¨®n muy especial. La misma que sent¨ª cada vez que me enfrent¨¦ por primera vez a un antiguo equipo. Una situaci¨®n dif¨ªcil de comprender, pero f¨¢cil de sobrellevar. Vivir¨¦, si cabe, la sensaci¨®n m¨¢s especial, porque en el Madrid explot¨¦ mi m¨¢xima capacidad como futbolista y donde adquir¨ª mis mayores triunfos.
P. ?Qu¨¦ dar¨ªa por marcar un gol?
R. No me obsesiona. Ser¨ªa una an¨¦cdota, incluir al Madrid entre los equipos a los que he marcado.
P. ?Podr¨ªa jugar a¨²n en el Madrid?
R. Estoy convencido de que a¨²n lo har¨ªa bien. No fallar¨ªa. No s¨¦ si la situaci¨®n cambiar¨ªa. De lo que s¨ª estoy seguro es de que si en la temporada 1991-92 Leo Beenhakker [entonces entrenador] no se hubiera puesto cabez¨®n en una absurda postura de excesivo poder, el que equivocadamente le dieron, yo habr¨ªa seguido jugando en el Madrid y la Liga no se habr¨ªa escapado ese a?o.
P. ?Le dar¨ªa pena que los aficionados madridistas le silbaran?
R. No lo quiero pensar. No he dado motivos para ello. Si fuera as¨ª, ser¨ªan aficionados que no desearon mi marcha, que desconocen los motivos por los que me fui y a los que no agradar¨¢ que uno de sus antiguos jugadores le marque un gol a su equipo. Pero yo no me fui porque quise, sino porque las circunstancias de dignidad me obligaron.
P. Su regreso al f¨²tbol espa?ol ha recuperado sus goles, pero tambi¨¦n una imagen muy criticada.
R. Lo ¨²nico que he escuchado es lo que dijo Valdano ["Hugo deber¨ªa fundar y presidir el club de la picaresca", tras perder con el Tenerife en Vallecas] y me lo tomo como un piropo a mi forma de desarrollar la inteligencia.
P. ?Impone la ley del m¨¢s fuerte?
R. Impongo la ley de la inteligencia. Procuro ser el mejor delantero, el mejor padre, el mejor hijo, el mejor en todo. Y eso se consigue a base de inteligencia. A la fuerza, ni los calcetines.
P. Dentro del campo usted recurre a facetas que se alejan del f¨²tbol en s¨ª.
R. La m¨¢s importante es la inteligencia. Cuando sabes que no eres muy veloz, no puedes proponerle carreras al contrario; si tienes a un portero que sale muy bien, no vas a dar centros al ¨¢rea. Todo es inteligencia, desarrolla tus virtudes y oculta tus limitaciones.
P. ?Estudia a los defensas?
R. Los analizo. No una semana antes, sino nada m¨¢s reunirme con ¨¦l. Una de mis virtudes es darme cuenta r¨¢pidamente de la situaci¨®n en la que estoy parado y saber conocer a las personas que me rodean.
P. Se encuentra un defensa muy duro y que pretende intimidarle...
R. Evito el contacto. Al duro, le evito el contacto; al r¨¢pido, le evito las carreras, y al que est¨¢ constantemente insultando y provocando, le ignoro. Voy a la contraria del rival. Los delanteros tenemos las de perder. Tenemos la dif¨ªcil misi¨®n de evitar todo tipo de situaciones que el defensa est¨¢ buscan do. Los delanteros desarrollamos la misi¨®n m¨¢s complicada: estamos de espaldas a la porter¨ªa, sufrimos marcajes, a veces, malintencionados, y padecemos arbitrajes m¨¢s severos con nosotros que con nuestros marcadores. Tenemos que estar m¨¢s a la defensiva que los propios defensas.
P. Un defensa nervioso
R. Aprovecho su nerviosismo para provocar faltas o equivocaciones. Pero no me gustar¨ªa desvelar todas mis armas, ni dar un curso para los defensas. Eso ser¨¢ bonito expresarlo cuando me retire.
P. ?Tanta importancia tendr¨ªa?
R. S¨ª. El f¨²tbol es una guerra deportiva. Si ense?o las armas a los contrincantes, les dar¨ªa un escudo para defenderse. Las comento, a veces, por que las han podido calificar otras personas. Dicen, Hugo dej¨® el pie: si no, me rompen una pierna. Hugo no salt¨®, el defensa le pas¨® y al caer se rompi¨® un brazo: utilic¨¦ la inteligencia.
P. ?Le tratan mal los defensas?
R. Me gustar¨ªa que hubiese una c¨¢mara y un micr¨®fono para cada futbolista y cada ¨¢rbitro. Tendr¨ªa la tranquilidad de saber que no me van a estar buscando, ni escupiendo, ni amenazando, ni agarrando, ni insultando. No ser¨ªa ninguna tonter¨ªa.
P. Nunca ha sufrido una lesi¨®n grave por una entrada. ?Pura casualidad?
R. Sufr¨ª una en 1981, con la selecci¨®n. Jugaba contra El Salvador: a mi marcador le dieron la misi¨®n de acabar conmigo. Me noque¨® de un cabezazo. Acab¨¦ con la camiseta llena de sangre y la nariz rota por cuatro sitios. No me han vuelto a cazar. He sabido intuir la jugada y anticiparme a las acciones fuertes. Recuerdo una entrada que intent¨® hacerme el ex barcelonista Aloisio. Vi que iba con toda la intenci¨®n y la mala leche de cazarme. Le esper¨¦ y cuando solt¨® la patada, dej¨¦ la pierna. Fue una actitud sensata para combatir su mala intenci¨®n. Quiso cazarme, le hice da?o y tuvo que salir del campo.
P. ?Disfruta de las situaciones l¨ªmites y decisivas de un partido?
R. Un delantero siempre debe pensar que el momento que se le presenta puede ser el ¨²nico. Hay que estar preparado para esas ocasiones.
P. En el Rayo se le ha visto un rasgo nuevo: ser una especie de padre de todos sus compa?eros.
R. Cuando llegu¨¦ observ¨¦ un respeto excesivo en los compa?eros de una cierta edad y caras de admiraci¨®n en los m¨¢s j¨®venes. Mi misi¨®n ha sido buscar la manera de llegar a un entendimiento con ellos y acortar esa distancia. He querido ofrecer la confianza que yo a la vez quiero de ellos.
Reproches y elogios
Hugo S¨¢nchez presenta sus n¨²meros y se vuelve incontestable: nadie le iguala. Sin embargo, el goleador mexicano ha recibido un mont¨®n de reproches: guardametas, defensas, ¨¢rbitros y aficionados que denuncian un comportamiento antideportivo del mexicano. Le acusaron de utilizar la boca para insultar y provocar, y las piernas y manos para agredir. He aqu¨ª un muestrario de lo dicho sobre el mexicano.Amador, ex guardameta del Murcia, en enero de 1988: "Me estuvo insultando desde el primer minuto hasta el ¨²ltimo. Me llam¨® de todo. Se cag¨® en mi padre, que est¨¢ muerto, y me amenaz¨® con romperme la cabeza y los dientes".
Cedr¨²n, guardameta del Zaragoza, en enero de 1987: "Tiene una categor¨ªa excepcional, pero como persona deja mucho que desear. Es un marrullero".
Ur¨ªzar Azpibrte, el ¨¢rbitro que m¨¢s veces le ha expulsado: "He so?ado con ¨¦l muchas veces. Es un jugador que se las da de saber muy bien el reglamento y te hace continuas observaciones. Es un tipo de sangre caliente y muy pele¨®n. Busca cualquier posibilidad para sacarle provecho: mete el codo cuando te pilla de espaldas, por ejemplo. Te provoca demasiados quebraderos de cabeza".
Tambi¨¦n hay quien le defiende. Gente que no entiende su mala fama y que no ve en su comportamiento nada peor al de otros.
Arteche, ex jugador del Atl¨¦tico, por ejemplo, que lo tuvo como compa?ero y rival: "El m¨¢s rentable del f¨²tbol espa?ol. Un goleador nato, con personalidad. Tiene una forma de ser que no gusta, pero su picaresca no es mayor que la de otros. Usa sus armas para poner nervioso al contrario, pero tambi¨¦n otros y nadie les acusa".
"Escupo si me escupen"
Hay gente que critica su comportamiento.R. No es m¨¢s que un intento de justificar la derrota y el fracaso deportivo. Hablan mal de m¨ª por buscar un pretexto. Es fruto de la envidia.
P. Se dice: "Buen jugador, mala persona".
R. Es una afirmaci¨®n sin sentido. Son frases que parten siempre de los derrotados. No me molestan. Son comentarios que s¨®lo da?ar¨ªan si procedieran de un amigo o un compa?ero. Para decir que soy mala persona habr¨ªa que conocerme. Y esos no han tomado una ca?a conmigo.
P. ?Ha hecho entradas con mala intenci¨®n?R. En pocas ocasiones. Si un defensa me entra fuerte, yo le entro fuerte; si me entra con mala intenci¨®n, yo le entro con mala intenci¨®n, y si me trata con respeto, yo le trato con respeto.
P. ?Ha insultado?
R. Lo mismo. Cuando no se te respeta, tienes que decir dos o tres cosas bien dichas para que la gente sepa que no eres una persona que se deje influir por las amenazas.
P. Un escupitajo, ?tiene justificaci¨®n?
R. Todo es en defensa propia. Cuando escupo es porque ya me han escupido antes dos o tres veces. Mi estilo es meter goles, hacer peligro, dar volteretas y hacer huguinas. Todo lo dem¨¢s es en defensa propia.
P. ?Y un gesto obsceno a la afici¨®n?
R. Son man¨ªas que se toman de forma negativa porque no son agradables. Con todo, ser¨ªa conveniente que hubiese m¨¢s respeto. No digo que fuera como en el tenis, un silencio absoluto, pero en el teatro nadie insulta a los actores. Si se quiere respeto, que le respeten a uno.
P. ?Se arrepiente de alguna acci¨®n?
R. No. Si acaso de alguna declaraci¨®n que me trajo sanciones. Uno no es perfecto y tiene el don de saber equivocarse.
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