Baile a la carta
Las pretensiones del espect¨¢culo Cibayi, cuya direcci¨®n art¨ªstica corresponde a Joaqu¨ªn Cort¨¦s, son bastante consecuentes con el credo art¨ªstico declarado por el bailar¨ªn, consagrado en olor de multitud el pasado mes de abril con motivo de su actuaci¨®n en el teatro Alb¨¦niz, de Madrid. Joaqu¨ªn Cort¨¦s dice que viene a revolucionar, a hacer historia. Lo que vimos en este espect¨¢culo, presentado en el escenario del teatro de la Zarzuela dentro del Festival de Oto?o, se qued¨® con frecuencia en eso, pretensi¨®n, y de vez en cuando en pretencioso.Avanzar en una nueva l¨ªnea de creaci¨®n art¨ªstica no es tan simple como sacar los pies del tiesto de lo ya hecho. Hay que inventar, poner nuevas ideas al servicio de un arte que ya tiene un c¨®digo expresivo propio, y que no puede ser violentado gratuitamente.
Cibayi
Joaqu¨ªn Cort¨¦s: ballet flamenco y direcci¨®n art¨ªstica. Con Merche Esmeralda y Joaqu¨ªn Grilo (baile); Conchi Heredia, Charo Manzano, Chelo Pantoja, Rafael Fajardo, Morenito de Illora y Juafi¨¢rez (cante); Juan Diego, Montoyita, Paquete y Parrilla (guitarras); Bemardo Parrilla (viol¨ªn); Javier Colina (contrabajo); Juan Parrilla (flauta) y Negri (percusi¨®n). Festival de Oto?o. Teatro de la Zarzuela. Madrid, hasta el 14 de noviembre.
La rebeld¨ªa tiene tambi¨¦n unas leyes. Inventar no es dise?ar un baile que has imaginado y poner la m¨²sica al servicio de ese dise?o, sin otra misi¨®n que subrayar las evoluciones del bailar¨ªn-bailaor, siempre a su zaga. Eso es pervertir la naturaleza del baile, porque primero es la m¨²sica y, sobre esa m¨²sica, el bailar¨ªn, el core¨®grafo, habr¨¢n de hacer su discurso interpretativo. Lo que proponen Joaqu¨ªn Cort¨¦s, Joaqu¨ªn Grilo y quienes les secundan en el espect¨¢culo Cibayi es justamente lo contrario: adaptan la m¨²sica al baile, la m¨²sica sirve al baile.
Un todo coherente.
Inventar tampoco es fragmentar el baile, hacerlo a trocitos, entre pase¨ªllo y pase¨ªllo, porque el baile tiene que ser un todo coherente, con un sentido, con un argumento como dec¨ªan: los viejos bailaores y siguen diciendo algunos flamencos de ahora mismo, como el cantaor Chano Lobato, que de baile jondo sabe m¨¢s que quien lo invent¨®. Alg¨²n d¨ªa nuestros j¨®venes bailarines y bailaores tendr¨¢n que enterarse de que al escenario se sube a bailar, no a pasear, y que de esto abusan demasiado.
De todo ello hubo en los bailes de Cort¨¦s y Grilo -la farruca, las alegr¨ªas, la sole¨¢ por buler¨ªas- Hay que decir, porque no hacerlo ser¨ªa injusto, que hubo tambi¨¦n fragmentos de baile muy hermoso, y uno y otro -lo hermoso y lo, a mi juicio, equivocado- bien hecho, con profesionalidad, con gusto, con una gran atenci¨®n al logro de una est¨¦tica sobria y funcional. Pues repito, una vez m¨¢s, que se trata de excelentes artistas, que han hecho ya grandes cosas pese a su juventud y que est¨¢n capacitados para seguir haci¨¦ndolas, siempre que ejerciten rigor autocr¨ªtico para deslindar lo que es v¨¢lido de lo ocioso.
Merche Esmeralda puso su gran clase de bailora, su belleza y su estampa. Lamentablemente tambi¨¦n su baile se ha contaminado de efectismos y rebuscamientos ajenos a la ortodoxia, pero, aun as¨ª, su que hacer tiene un notable inter¨¦s. Fue bell¨ªsimo su baile con Joaqu¨ªn Cort¨¦s y la m¨²sica del contrabajo de Javier Colina. En la sole¨¢, baile en el que Merche Esmeralda siempre brill¨® con luz propia, ha introducido modificaciones importantes en una l¨ªnea moderna que, a mi parecer, no mejoran su creaci¨®n anterior.
Bien, en general, el grupo acompa?ante, en el que estaban representados algunos de los j¨®venes valores del nuevo flamenco, aunque no pueda individualizar calidades sin riesgo de equivocarme, pues las entradas de los cr¨ªticos estaban situadas en un piso tan alto desde el que apenas se distingu¨ªan los rostros.
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