La hora de Nueva York

Los ejecutivos de los Knicks han dise?ado sus movimientos de personal mirando hacia Chicago. Los Bulls han eliminado a Nueva York, en los play off, cuatro veces en los ¨²ltimos cinco a?os. Pat Riley, entrenador del equipo neoyorquino hab¨ªa sido claro tras la eliminaci¨®n de su equipo a manos de los Bulls: "Somos tan buenos como ellos y podemos batirles. As¨ª que tenemos que encontrar el modo de ser mejores que ellos".La retirada de Michael Jordan puede haber dado respuesta al deseo del entrenador en activo con mejor porcentaje de victorias en la NBA. Los ejecutivos de los Knicks realizaron numerosos cambios de jugadores (siete) la temporada pasada. Conformaron un equipo potent¨ªsimo y pidieron a Pat Riley que produjera algo familiar para ¨¦l: un t¨ªtulo de campe¨®n NBA.

Riley estuvo a punto de hacerlo de nuevo. Los Knicks ganaron 60 partidos y accedieron a las finales de Conferencia por primera vez en 19 temporadas. Vencieron a los Bulls en los dos primeros partidos de la serie, para caer derrotados en los cuatro siguientes. Riley consigui¨® el honor de ser nombrado Entrenador del A?o, pero en vez de celebrar el primer t¨ªtulo de campe¨®n de la NBA en 20 a?os, los Knicks se quedaron en el camino pensando en lo que pudo haber sido y no fue.

Esta temporada ser¨¢ la primera, en ocho a?os, en la que el m¨¢ximo anotador de la Liga no se apellidar¨¢ Jordan. Por eso los Knicks tienen la sensaci¨®n de que puede haber llegado su hora. Pat Riley sin embargo se muestra precavido: "Ciertamente aspiramos al t¨ªtulo, pero es un error asumir que ser¨¢ f¨¢cil s¨®lo porque Michael Jordan se haya retirado".

Los Knicks, sin embargo, necesitar¨¢n mayor producci¨®n ofensiva por parte de otros jugadores claves, si quieren obtener la corona. Especialmente de Charles Smith. Smith necesita acoplarse mejor al sistema defensivo de Pat Riley y ser m¨¢s duro y f¨¦rtil en ataque. Necesitar¨¢n, tambi¨¦n, m¨¢s ayuda de los restantes bases, que no jugaron ni mucho menos bien en los momentos decisivos. Otro problema puede ser la falta de velocidad ofensiva del equipo. Pero todas estas patolog¨ªas no deben ser preocupantes.

La defensa de los Knicks es su seguro de vida. Nadie lo hace mejor. Nueva York concedi¨® 95,4 puntos a sus rivales la temporada pasada, la marca m¨¢s baja desde la temporada 55-56. Puede haber equipos en la NBA que anoten m¨¢s puntos, que jueguen m¨¢s bonito y que gusten m¨¢s a los puristas. Pero en preparaci¨®n, intensidad y capacidad de sufrimiento, nadie como los Knicks. Para el entrenador Riley s¨®lo existen dos verdades absolutas en baloncesto: la victoria y la miseria. Las se?as de identidad de los Knicks son el sudor, el trabajo incansable y la defensa m¨¢s all¨¢ del l¨ªmite. Los Knicks se toman cada partido como una batalla nocturna y vuelven al vestuario con los uniformes rotos, alguna que otra falta flagrante -23 la temporada pasada- y no pocas cicatrices. Un ojeador de un equipo rival comenzaba as¨ª su informe sobre c¨®mo batir a los Knicks: "Primero: asegurarse de que tenemos suficientes bolsas para cad¨¢veres".