La cabeza de una mujer

En los noventa est¨¢n proliferando de manera impactante las voces femeninas que traen un nuevo aire a la m¨²sica; el rock, el folk, el pop, de la mano de nombres como Penelope Houston, P. J. Harvey, Juliana Hatsyeld o Bjork, solistas o bandas con el peso de una mujer en primer plano, ofrecen una nueva visi¨®n musical y personal, en un mundo que, aunque abri¨¦ndose, ha estado dominado por hombres.Eleanor MacEvoy es a¨²n casi una desconocida, pero su canci¨®n Only a womans heart, tema recogido en un disco recopilatorio de artistas femeninas irlandesas, ha llegado a vender 200.000 copias y la ha llevado a grabar su primer traba o con 13 canciones, compuestas, arregladas e interpretadas bajo el signo de la t¨¦cnica, la imaginaci¨®n y la pasi¨®n.

Un compendio de cualidades musicales en las que la formaci¨®n art¨ªstica, tanto de Eleanor como de los tres m¨²sicos que la acompa?an, revelan las posibilidades del conocimiento profundo del arte musical.

En un concierto reducido de espacio pero inmenso de sonido, la sorpresa se apoder¨® de un p¨²blico hacinado (?qu¨¦ horror!) que como referencia m¨¢s inmediata ten¨ªa in mente el tema Only a womans heart, referencia m¨ªnima en una artista que lleva con sencillez y elegancia la versatilidad y el poder de una erudici¨®n instrumental que eleva los planteamientos m¨¢s sencillos.

Que suene como una orquesta es tan impactante en la m¨²sica rock como gratificante la apertura y vitalidad que demostr¨® el cuarteto salido de la National Symphony Orchestra de Irlanda. Eleanor MacEvoy y su banda salieron para los bises cuatro veces, pero antes ya hab¨ªan dado un repaso arrasador con la dulzura de una m¨²sica de voz propia. La ocasi¨®n mereci¨® la ovaci¨®n; Eleanor toc¨® el viol¨ªn y el teclado, pero no se desprendi¨® de su guitarra salvo en esas dos ocasiones; el sentido de la medida era perfecto, sin alardes.