La intensidad constante
El papel se agot¨® como muestra de bienvenida a los un¨¢nimemente considerados l¨ªderes del thrash metal de los noventa. Sepultura ha protagonizado una proyecci¨®n escalonada que ofrece en Chaos A.D., su m¨¢s reciente disco, los primeros frutos de madurez. Su origen brasile?o, en un entorno musical abrumadoramente marcado por lo anglosaj¨®n y germano, a?ade elementos extra de sorpresa y m¨¦ritos propios. Es un caso-¨²nico de ¨¦xito intercontinental desde el llamado Tercer Mundo.El g¨¦nero que ahora encabeza Sepultura se caracteriza por la intensidad constante. Los riffs de las guitarras son incesantes y se procura evitar los solos; la bater¨ªa se somete a una presi¨®n m¨¢xima y la voz renuncia a la melod¨ªa para tornarse deliberadamente oscura. Durante cerca de hora y media, el cuarteto brasile?o mantuvo la tensi¨®n al m¨¢s alto nivel mientras un p¨²blico entusiasta soportaba sin inmutarse las incomodidades de una sala abarrotada.
Sepultura
Max Cavalera (voz, guitarra), Andreas Kisser (guitarra), Paulo Jr. (bajo), Igor Cavalera (bater¨ªa). 1.800 espectadores. Precio: 2.800 pesetas. Sala Canciller II. Madrid, 21 de noviembre.
Se adivina para Sepultura un futuro halag¨¹e?o donde la categorizaci¨®n gen¨¦rica deje de aplicarse en beneficio de un sonido propio que no necesite etiqueta de definici¨®n. El esquema musical que practican est¨¢ servido para los incondicionales y quien no acude convencido puede quedar saturado y superado por tanta intensidad. Se presume que su siguiente movimiento aporte una direcci¨®n m¨¢s personal y menos radical, aunque se mantengan las se?as de identidad. Los aficionados y los especialistas coinciden en se?alar a Sepultura como delfin sucesorio de Metallica, la gran banda norteamericana de evoluci¨®n similar. La formaci¨®n brasile?a prefiere, de momento, tener los pies sobre la tierra y en la presente gira ha seleccionado locales de medio aforo con lo que un n¨²mero importante de sus seguidores tendr¨¢n que esperar a mejor ocasi¨®n para poder contemplar su espect¨¢culo. No ser¨¢ mucho, pues la pr¨®xima cita ya se anuncia especialmente pensada para pabellones. Entonces habr¨¢ para todos.
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