Los pol¨ªticos no hacen "da?o" a las se?oras"

Los hombres pol¨ªticos son m¨¢s bien nulos con las mujeres: "Por falta de tiempo no les hacen da?o a las se?oras. S¨®lo hay una excepci¨®n, que es Fran?ois Mitterrand; y as¨ª lo abordamos en el libro". En el mismo orden de cosas, el fil¨®sofo Jean-Paul Sartre, mujeriego consumado, "tampoco les hac¨ªa da?o, pero es cierto que Mitterrand es otro cantar". Estas frases son de Fran?oise Giroud y Bernard Henri-L¨¦vy, los dos autores del libro que acaba de aparecer en las librer¨ªas espa?olas, Hombres y mujeres (153.000 ejemplares vendidos hasta la fecha en Francia). En un di¨¢logo directo, a tumba abierta, entre estos dos personajes de la vida contempor¨¢nea francesa, el amor, el desamor, los celos, el orgasmo, la fidelidad, la pasi¨®n, aparecen en el libro como una recreaci¨®n de ese d¨²o eterno, hombre-mujer, "que forma parte de la tradici¨®n del libertinaje franc¨¦s", seg¨²n L¨¦vy.Fran?oise Giroud es una de las dos o tres primeras figuras del periodismo franc¨¦s de la segunda mitad del siglo XX, metida despu¨¦s en pol¨ªtica como ministra de la Condici¨®n Femenina (con Giscard d'Estaing), y de Cultura con el actual presidente, Mitterrand; sus libros, como La comedia del poder, han sido todos best sellers. L¨¦vy hace una veintena de a?os fue el l¨ªder de los nuevos fil¨®sofos que anunciaron el desastre del comunismo. L¨¦vy es un comunicador y una estrella de la intelectualidad del ¨²ltimo cuarto de siglo; cada libro suyo nuevo, como Elogio de los intelectuales, levanta ampollas.

Ahora, por idea de su editor franc¨¦s (en Espa?a lo publica Temas de Hoy), se han reunido para conversar sobre este tema infinito que son los hombres y las mujeres. La obra es directa, tierna y profunda. Ayer, en una charla con ambos, mientras degustaban el cocido madrile?o en el templo de dicho guiso, Lhardy, desvelaron o reflexionaron, o bromearon, sobre el contenido de su obra. Los desacuerdos de ambos sobre la gama de posibilidades de la pareja hombre-mujer son m¨²ltiples. Pero advierte L¨¦vy: "El inter¨¦s de un di¨¢logo no consiste en reconciliar a los dialogantes, sino profundizar en los desacuerdos". Por ejemplo: "No hay sexualidad liberada, sino sexualidad muy elaborada; y el masoquismo juega un gran papel en la mujer". Giroud no concuerda: "Eso del masoquismo es consecuencia de la tradici¨®n religiosa y no es inherente a la sexualidad femenina".

Durante varias semanas, el ¨²ltimo verano, Giruod y L¨¦vy hablaron y hablaron, y llegaron a momentos tensos, casi de enfado, pero sin romper el di¨¢logo: ni siquiera cuando Giroud discurr¨ªa sobre los hombres guapos, "que son mi debilidad". BHL (as¨ª se nombra el medi¨¢tico L¨¦vy), por el contrario, afirma que "una mujer fea puede ser tremendamente deseable"; tras la publicaci¨®n del libro, en Francia, dice este ¨²ltimo que le llegaban arrobas de cartas pidi¨¦ndole experiencias. La autora dice que el libro es el resultado de sus vivencias y de la reflexi¨®n; BVIL, m¨¢s rotundo, reconoce que la apariencia es lo que dice Giroud, pero la realidad es m¨¢s bien lo contrario. Giroud afirma que Don Juan ten¨ªa un coraz¨®n de piedra; y BHL no dijo lo contrario. Y este ¨²ltimo teoriz¨® sobre "lo poco que el sida ha cambiado las costumbres, aunque parezca a la inversa".