"Rusia tiene que vender armas, muchas armas"
Vlad¨ªmir Zhirinovski representa en Rusia el nacionalismo desaforado. ?Qu¨¦ opini¨®n le merecen los no rusos? "Negativa, sobre todo los jud¨ªos". Con su voz Potente, Zhirinovski explica convencido que algunos centros importantes de poder, "como el Comit¨¦ de alimentaci¨®n", est¨¢n controlados "por jud¨ªos y no hay ni un ruso".La gente del C¨¢ucaso le produce especial animadversi¨®n al cabeza de lista del Partido Liberal Democr¨¢tico de Rusia, m¨¢s conocido como el partido de Zhirinovski. Est¨¢ encantado con las medidas del alcalde de Mosc¨² que han llevado a la expulsi¨®n de muchos de ellos de la capital. "Eran ideas nuestras", grit¨® ante un millar de seguidores que acudieron en Mosc¨² el s¨¢bado a su primer mitin de la campa?a. ?l, naturalmente, har¨ªa mejor la faena: "No echar¨ªa a nadie. Simplemente no les dejar¨ªa entrar". Aplausos. "Si son independientes, que se queden en su pa¨ªs. ?Por qu¨¦ vienen aqu¨ª a robar y matar? Los asaltos y robos de trenes son en el Sur. Nadie ha o¨ªdo hablar de que eso suceda en San Petersburgo. Donde pegan fuego a la gente es en el sur".
Zhirinovski, no sin raz¨®n, es tildado por algunos adversarios de egoc¨¦ntrico. Su partido es ¨¦l, ¨¦l y ¨¦l, hasta el extremo de que el programa del partido est¨¢ redactado en primera persona y hay una gran foto suya en cada p¨¢gina. Los m¨ªtines los da sin compa?¨ªa alguna y por la televisi¨®n habla solo, con fluidez, sin titubear nunca. Como n¨²mero dos de su lista ha colocado al mago Kaspirovski, c¨¦lebre porque tiempo atr¨¢s se dedicaba a curar, supuestamente, a gente por televisi¨®n mediante hipnosis.
El fen¨®meno de Zhirinovski, sin embargo, no deber¨ªa ser menospreciado, ya que en las elecciones presidenciales de 1901 logr¨® casi seis millones de votos (poco menos del 8% de los votantes) y ahora tiene posibilidades de obtener una nutrida representaci¨®n, al haber quedado fuera de la contienda electoral los otros partidos nacionalistas.
Zhirinovski busca el voto de la gente marginada y golpeada por la reforma econ¨®mica, reduciendo la complejidad del mundo a sencillas f¨®rmulas arraigadas en el subconsciente del pueblo ruso. "Este es un pa¨ªs muy grande, donde es rid¨ªculo hablar de desempleo". Lo que hace falta para curar las enfermedades que aquejan a Rusia es un partido nuevo, el suyo: "Prometo un tratamiento r¨¢pido". ?Cu¨¢l? "Doblar de inmediato la capacidad adquisitiva de la poblaci¨®n; vender armas y no prestar ninguna ayuda exterior m¨¢s". Rusia es tan rica que podr¨ªan quedarse todos en casa. "?Por qu¨¦ trabajar todo el d¨ªa y ser infelices? Tenemos madera, petr¨®leo, gas.. Pero todo lo entregamos casi gratis. Hay que imponer precios m¨¢s altos y vender armas, muchas armas. Los 30.000 mIllones de d¨®lares en armas que antes regal¨¢bamos, ahora los hemos de vender".
Para Zhirinovski no tiene ning¨²n sentido que el alcalde de Mosc¨² hable de restricciones de gas. "Si hay menos gas, se deja de suministrar a Moldavia". Sus posiciones con relaci¨®n a los Estados ex sovi¨¦ticos independientes son siempre rotundas: "Si Uzbekist¨¢n no entrega algod¨®n para que funcionen los telares de Iv¨¢novo, debemos dejar de darles madera". Las gentes de los pa¨ªses B¨¢lticos, en su opini¨®n, se dedican a robar metales rusos y venderlos. "Si les cerramos las aduanas ser¨¢ el fin de Estonia, Letonia y Lituania", Y los Estados del C¨¢ucaso "se pueden matar entre ellos si quieren".
Su objetivo es "reconstruir el Estado ruso en las fronteras de la Uni¨®n Sovi¨¦tica". Su mapa, sin embargo, es algo m¨¢s complicado. Dentro de los l¨ªmites de su Rusia entran sin lugar a dudas Ucrania, Bielorrusia y el Transdni¨¦ster (Este de Moldavia) en Europa, as¨ª como Kazajst¨¢n (donde ¨¦l naci¨®) y Kirguizist¨¢n, en Asia. Los pa¨ªses B¨¢lticos, los del sur del C¨¢ucaso y el resto de Asia Central, que acabar¨¢n rogando formar parte de Rusia. "Ya veremos qu¨¦ respuesta les damos".
Esa reconstrucci¨®n de su Rusia-Uni¨®n Sovi¨¦tica "debe hacerse sin derramamiento de sangre". ?C¨®mo? "Cort¨¢ndoles el suministro de energ¨ªa. No tendremos que enviar ni un solo soldado, s¨®lo habr¨¢ que cerrarles el grifo", clam¨® rotundamente entre las risas de los asistentes a su mitin moscovita.
Las propuestas de Zhirinovski son desaforadas, pero su t¨¢ctica pol¨ªtica es cauta y sistem¨¢tica. Este supuesto liberal utiliza como nadie la televisi¨®n: aparece en largos programas de pago, lo que pone de manifiesto un cierto apoyo financiero de instituciones bancarias, aunque en sus m¨ªtines critique a "los que est¨¢n robando los ahorros del pueblo".
Este firme partidario de un r¨¦gimen autoritario no rechaza la Constituci¨®n de Yeltsin. "Si no hay Constituci¨®n no hay tampoco elecciones, y todo el poder queda en manos del presidente", dice. El presidencialismo de la Constituci¨®n, adem¨¢s, le agrada much¨ªsimo porque a lo que aspira Zhirinovski a sus 47 a?os es a suceder a Yeltsin, y cuanto m¨¢s poder tenga el presidente, mejor.
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