Como muestra, un bot¨®n

Tras la fallida programaci¨®n de la exposici¨®n Picasso. La edad de hierro, la exposici¨®n Obras maesti-as modernas de la colecci¨®n Guggenheim constituye la primera actividad art¨ªstica relacionada con el compromiso adquirido entre el prestigioso museo americano y las instituciones p¨²blicas vascas, cuyo conocido fin ¨²ltimo es la creaci¨®n de un museo de arte contempor¨¢neo de relieve internacional en Bilbao en los pr¨®ximos a?os.Al margen del proyecto en s¨ª, cuya definitiva conformaci¨®n a¨²n se desconoce, de momento debemos saludar positivamente la iniciativa de ir presentando peri¨®dicamente en Bilbao tanto los fondos propios de la colecci¨®n Guggenheim como algunas de las m¨¢s importantes muestras temporales organizadas por esta instituci¨®n, como ya lo ha venido haciendo en los ¨²ltimos a?os en colaboraci¨®n con otras instituciones, tanto p¨²blicas como privadas, del resto del Estado. En este sentido, y dentro de una misma l¨ªnea de exposiciones antol¨®gicas de sus fondos, no se puede evitar la relaci¨®n de la actual propuesta con la m¨¢s ambiciosa y completa presentada en el Museo Reina Sof¨ªa en 1991 y su m¨¢s discreto ep¨ªlogo en el conjunto de exposiciones presentadas en Santander en el verano de ese mismo a?o, las dos comisariadas por Carmen Gim¨¦nez. La comparaci¨®n se hace m¨¢s evidente al comprobar c¨®mo el grueso de lo actualmente expuesto ya estuvo en la anterior muestra madrile?a.

Limitaciones

La mermada selecci¨®n de 36 obras realizada por la conservadora Lisa Denison ha estado condicionada por las limitadas posibilidades de espacio que ofrece la sala Rekalde a la hora de alojar grandes muestras, en la que, sin embargo, el limpio montaje a cargo de Juan Ari?o pone el ¨¦nfasis adecuado a cada una de las piezas maestras reunidas.A pesar de la escasez de obras, no se puede dejar de valorar la relevancia de lo expuesto, donde se encuentran representados excelsamente algunos de los artistas m¨¢s significativos de las vanguardias hist¨®ricas en nuestro siglo, cuya simple enumeraci¨®n lo revela elocuentemente: Picasso, Braque, Gleizes, Robert Delaunay, Chagall, Kupka, Malevich, Matisse, Modigliani, Marc, Kirchrier, Beckinann, Kandinsky, Vordemberger, Klee, Moholy-Nagy, Leger, Giacometti, Errist, Magritte, Mir¨®, Calder y Dubuffet.

La selecci¨®n de obras adem¨¢s sirve para mostrar al p¨²blico bilba¨ªno la extensi¨®n y calidad de los fondos de la colecci¨®n, y en particular aquellos que constituyen sus puntos m¨¢s fuertes, como son la insuperable representaci¨®n de la obra del pintor ruso Vasily Kandinsky, y en general, de las tendencias del siglo que confluyen en la abstracci¨®n.