La 'Novena sinfon¨ªa' como un himno
Como un largo, vivo y triunfal himno: as¨ª son¨® toda la Novena sinfon¨ªa, de Beethoven, con la que cerraron el a?o musical la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid y el Orfe¨®n Donostiarra, dirigidos por V¨ªctor Pablo P¨¦rez. Hay que aplaudir esta v¨ªspera de Noche Buena en un auditorio nacional abarrotado hasta la bandera por un p¨²blico que aclam¨® a los int¨¦rpretes y, de manera especial, al gran coro de San Sebasti¨¢n que dirige Jos¨¦ Antonio Sainz Alfaro. Parec¨ªa como si 2.000 personas se sumaran, esperanzadas, a los cantos de alegr¨ªa y fraternidad a trav¨¦s del abrazo universal al que nos invitan los c¨¦lebres versos de Schiller.La interpretaci¨®n de V¨ªctor Pablo result¨® electrizante, y, si muchos pod¨ªamos encontrar excesos de velocidad en todos los movimientos, hay que decir inmediatamente que no se trataba de una reacci¨®n o impulso moment¨¢neo, sino de un concepto. Daba la sensaci¨®n de que, hoy por hoy, el maestro burgal¨¦s siente y explica as¨ª la Novena sinfon¨ªa. A lo largo de m¨¢s de una hora, la continuidad no se quebr¨®, y adem¨¢s se llen¨® de iluminaciones y matices, pues V¨ªctor Pablo es tan analista en sus versiones como sobrio en la expresi¨®n del sentimiento.
Orquesta Sinf¨®nica de Madrid
Orfe¨®n Donostiarra. Director: Sainz Alfaro. Solistas: M. Bayo, M. Perelstein, V. Ombuena y S. Dean. Director: V¨ªctor Pablo P¨¦rez. Auditorio Nacional. Madrid, 23 de diciembre.
Queda claro que, m¨¢s o menos movida de tiempo, o¨ªmos la sinfon¨ªa en una versi¨®n aut¨¦ntica y extraordinariamente atractiva. Quiz¨¢ result¨® adecuado que la p¨¢gina entera, y no s¨®lo el final, adquiriese los caracteres de un himno grande y elevado, cuyos polos van desde la convencional marcha a lo vien¨¦s hasta la interiorizaci¨®n y exaltaci¨®n del famoso motivo de la alegr¨ªa, cuyo origen m¨¢s remoto est¨¢ en el 'Agnus Dei' de la misa gregoriana Cum jubilo para las fiestas de la Virgen. All¨ª se anticipa con recogimiento, pero a trav¨¦s de otra forma de alegr¨ªa, lo que en Beethoven se tomar¨¢ eclosi¨®n temprana del romanticismo.
Semejante himno, vigente todav¨ªa como canto universal de los hombres y las naciones, son¨® potente, perfecto, grandioso y emotivo en las voces queridas del Orfe¨®n Donostiarra, que actualmente dirige Sainz Alfaro para mantenerlo en la cabecera de las grandes formaciones corales europeas.
Extraordinaria la soprano navarra Mar¨ªa Bayo, que no se arredra ante las mayores dificultades: triunfa sobre ellas y las convierte en pura m¨²sica; a su lado, la mezzo Mabel Perelstein impuso una parte que tantas veces queda casi oculta; se erigi¨® altiva y gallarda la voz del tenor valenciano Vicente Ombuena, y el bajo brit¨¢nico Stafford Dean ofici¨® en el invitatorio que, en forma de recitativo, precede al himno. Fue una estupenda jornada de cierre musical que prestigia a la sinf¨®nica madrile?a.
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