El fantasma de la ?pera ofrece resistencia
La pol¨¦mica entre arquitectos marca la ¨²ltima fase de las accidentadas obras del teatro Real de Madrid
La reforma costar¨¢ 16.000 millones de pesetas, seg¨²n el Gobierno, y m¨¢s de 19.000, seg¨²n el PP, partido que no se cansa de poner como ejemplo de mala gesti¨®n del dinero p¨²blico esta obra, la principal que acomete el Ministerio de Cultura en sus presupuestos (4.150 millones de pesetas en 1994 y 4.479 en 1995). El ¨²ltimo episodio del serial fue la airada protesta del PP por el hecho de que el director de orquesta del Real, Antoni Ros Marb¨¢, cobre 22 millones de pesetas anuales en un teatro cerrado. Ros Marb¨¢ est¨¢ contratado desde 1989, cuando se pensaba que el teatro abrir¨ªa en 1992. El subsecretario del Ministerio de Cultura, Enrique Linde, se limita a decir que "es un contrato que est¨¢ ah¨ª".Al baile de fechas, cifras, retrasos y arquitectos se han sumado desde 1986 la falta de transparencia informativa del ministerio y los problemas estructurales del edificio, que iban apareciendo a medida que avanzaban las obras, comenzadas en enero de 1991: "Miles de agujeros, entreplantas que hab¨ªan sido tiradas, actuaciones que no estaban en ning¨²n plano, mezcla de materiales como pedernal, piedra, hormig¨®n y ladrillo", dice ?ngel D¨ªez, ingeniero responsable de la reforma.
Cuando Carmen Alborch fue nombrada ministra en julio, se encontr¨® con que Partearroyo, de 45 a?os, acababa de hacerse cargo de las obras como jefe del equipo de arquitectos. Su trabajo gust¨® al nuevo equipo ministerial, pese a que sobre la mesa tambi¨¦n hab¨ªa un informe demoIedor firmado por Jaime Gonz¨¢lez-Valc¨¢rcel (hijo del anterior arquitecto del Real, Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez-Valc¨¢rcel, muerto a pie de obra de un infarto en enero de 1992) y Miguel Verd¨² (que dimiti¨®), arquitectos marginados con la llegada de Partearroyo. Dicho informe, de marzo de 1993, conclu¨ªa que las propuestas presentadas por Partearroyo, algunas de las cuales se est¨¢n realizando, est¨¢n impregnadas "de una desafortunada grandilocuencia formalista en la que subyace una actitud de nuevo rico". Calificaron sus reformas de "absolutamente rechazables" y subrayaron que se tendr¨ªan que demoler partes ya construidas.
El ingeniero ?ngel Diez, del Ministerio de Cultura, defiende que Partearroyo haya tenido que intervenir por deficiencias del proyecto anterior. "Las premisas con relaci¨®n al aire acondicionado no eran tan rigurosas y exigentes como deb¨ªan", dice. "Las m¨¢quinas cab¨ªan mal o no cab¨ªan". Y Partearroyo a?ade: "Hab¨ªa un problema en un punto sin retorno. Me pidieron alternativas y ofrec¨ª ideas, elementos de mejora y espacios nuevos. La cubierta podr¨¢ producir animadversi¨®n, pero era un volumen que se ten¨ªa que crear como fuera. Hay que tomar decisiones por la arquitectura y eso es lo que he hecho".
La llegada de Partearroyo su pone otro elemento m¨¢s del suspense que rodea a las obras de re conversi¨®n del teatro Real de sala de conciertos en teatro de ¨®pera, diagnosticadas as¨ª por un experto relacionado con esta construcci¨®n: "Ha faltado una cabeza y unas ideas claras, todo se ha hecho dando bandazos". Miguel ?ngel Cortes, portavoz de Cultura del PP, insiste en calificar como "disparatados" los incrementos de los costes -5.800 millones en 1986 y m¨¢s de 16.000 ahora, el triple de lo previsto- y pide responsabilidades. Linde dice que hay que "dar carpetazo" a los errores del pasado.
Pese a que la impresi¨®n general es que el fantasma de la ¨®pera ha dejado en evidencia improvisaciones y falta de talento pol¨ªtico, hay quien se esfuerza en resaltar lo positivo. ?ngel Diez, por ejemplo, compara la reforma del Real con un edificio como el Palacio de Congresos de Ricardo Bofill, reci¨¦n inaugurado en Madrid, "que cost¨® 15.000 millones de pesetas sin ninguna maquinaria esc¨¦nica". Por eso, defiende que "el resultado de las obras del Real no es malo".
Tambi¨¦n insiste en ello Enrique Linde, para quien las 266.666 pesetas que cuesta cada metro cuadrado de los 60.000 construidos est¨¢n m¨¢s que justificadas teniendo en cuenta que s¨®lo la maquinaria esc¨¦nica ocupa una torre y un foso de 78 metros en los que cabr¨ªa el edificio de la Telef¨®nica de Madrid. En las instancias oficiales circulan comparaciones de consuelo: la ¨®pera de nueva planta de Helsinki (Finlandia), inaugurada el 30 de noviembre, cost¨® 19.000 millones en un proyecto de m¨¢s de 15 a?os. Tambi¨¦n se cita el problem¨¢tico durante su reforma, y ahora mod¨¦lico en muchos aspectos, teatro Carlo Felice, cuya gran torre, de Aldo Rossi, se divisa desde toda G¨¦nova.
Francisco Partearroyo se pasea ahora por el teatro Real entre las obras, en las que trabajan 175 obreros, defendiendo sus posiciones como si estuviera atrincherado. Su criticada soluci¨®n en la cubierta -¨¦l mismo se refiere a la rosquilla- no responde a capricho suyo ni a deseos de dejar impronta alguna, dice, sino a una necesidad: "Una idea de la complejidad de la reforma la da la velocidad de circulaci¨®n del aire en la sala, de 0,4 metros por segundo, para que no haya ruidos ni sensaci¨®n de corrientes", explica. "La cubierta, que es lo que m¨¢s llama la atenci¨®n, era necesaria porque no hab¨ªa d¨®nde meter las m¨¢quinas que garantizan esa delicada climatizaci¨®n, grupos de fr¨ªo o conductos de aire de dos metros de di¨¢metro". Opina que el capricho es m¨ªnimo en sus actuaciones. Y la cubierta, de 300 metros, de cinc al titanio, coger¨¢ un tono gris como el del plomo y servir¨¢ para coronar "un edificio maldito que nunca ha tenido la posibilidad de rematarse".
Un responsable ministerial dice que la urgencia de la reforma no aconsejaba la convocatoria de un concurso para rematar el edificio, inaugurado en 1850. A?ade que tres arquitectos dijeron que no antes de que Partearroyo emprendiese unas propuestas que, a juicio del cr¨ªtico equipo anterior de arquitectos, "en lugar de solucionar y clarificar problemas aumenta en miles de metros cuadrados la superficie construida, creando espacios innecesarios y problemas a?adidos, sin respetar ni la l¨®gica constructiva del edificio ni las obras realizadas hasta ahora".
?ngel Diez y Francisco Partearroyo afirman que el edificio estar¨¢ entregado, "completo", en 1995. Linde sostiene que a principios de ese a?o estar¨¢ constituido el equipo. El proyecto incluye un consorcio con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, aunque sea el ministerio el mayor proveedor de fondos (en torno a un 60%). Si actualmente el teatro de la Zarzuela gasta m¨¢s de 2.000 millones, Linde avanza la cifra de "tres mil y pico" anuales para el Real.
El subsecretario rechaza "un proyecto del Real independiente de los otros teatros l¨ªricos espa?oles", en referencia al Liceo de Barcelona y al teatro de la Maestranza de Sevilla. Es partidario de que se inicien las obras de reforma del Liceo en junio o julio de 1995, cuando ya pueda producirse ¨®pera en el Real. En su idea de que "hay que ser moderados, y modestos y discretos" incluye a los divos, "que no deben mantenerse alejados de los criterios del mercado. Ellos tambi¨¦n tendr¨¢n que sumar y dividir para ver si con sus cach¨¦s el resultado del precio de las entradas lo puede pagar alguien".
Babelia
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