Los zapatistas extienden su lucha, destruyen torres el¨¦ctricas en dos Estados y amenazan con m¨¢s sabotajes
El Ej¨¦rcito mexicano se encuentra en estado de alerta general en todo el pa¨ªs despu¨¦s de que la guerrilla zapatista, que hasta ahora ha venido operando exclusilvamente en el Estado sure?o de Chiapas, se hiciera yesponsable ayer de la destrucci¨®n de dos torres de alta tensi¨®n en los Estados de Michoac¨¢n y Puebla, zonas m¨¢s cercanas a la capital del pa¨ªs que a la regi¨®n del conflicto. Instalaciones petroleras, centros neur¨¢lgicos y aeropuertos se encuentran bajo vigilancia de unidades de campa?a en previsi¨®n de que puedan ser objeto de acciones de sabotaje. Los insurgentes tienen en su poder 1.500 kilos de explosivos, que fueron robados la noche de Fin de A?o, y existe el temor de que estos atentados sean s¨®lo el aviso de una campa?a de terror por todo el pa¨ªs.
Con excepci¨®n de La Jornada, los peri¨®dicos mexicanos apenas reflejaron ayer estas dos acciones de sabotaje que, en la mayor¨ªa de los casos, eran atribuidas a desconocidos. De madrugada todo cambi¨® porque se supo que las acciones, que seg¨²n la Comisi¨®n Federal de Electricidad no alteraron el suministro de energ¨ªa en el pa¨ªs, fueron reivindicadas por el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) a trav¨¦s de un comunicado dise?ado en un ordenador por un experto en diagramaci¨®n inform¨¢tica.Los atentados fueron perpetrados en Urup¨¢n, en el Estado de Michoac¨¢n, y en Tehuac¨¢n, en Puebla. No se us¨® dinamita, sino que se, emple¨® un veh¨ªculo de tracci¨®n para hacer caer a la fuerza estas torres, cada una de 400 kilowatios. La forma en que se produjo la acci¨®n tiene una ref¨¦rencia hist¨®rica: 80 a?os despu¨¦s se volv¨ªa a repetir el mismo sistema con que el Ej¨¦rcito revolucionario de Emiliano Zapata destru¨ªa los postes telegr¨¢ficos, con la excepci¨®n de que el caballo de aquella ¨¦poca ha sido sustituido por veh¨ªculos de motor.
Una amenaza de bomba provoc¨® el desalojo de la Bolsa de Ciudad de M¨¦xico. La incertidumbre generada por la situaci¨®n aument¨® cuando ni la polic¨ªa, ni fuentes de la Bolsa quigieron confirmar la amenaza y aseguraron que el desalojo no fue m¨¢s que un simulacro.
Cada d¨ªa que pasa sorprende m¨¢s la organizaci¨®n, la carga simb¨®lica e ideol¨®gica y el operativo de propaganda de esta milicia insurgente que una semana despu¨¦s de su levantamiento en armas todav¨ªa trae en jaque a los cerca de 12.000 soldados enviados por el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari al Estado de Chiapas para intentar un aplastamiento que cada vez se retrasa m¨¢s. Pese a la enorme diferencia num¨¦rica, el Ej¨¦rcito justific¨® los bombardeos indiscriminados de los ¨²ltimos d¨ªas en la necesidad de rescatar a una compa?¨ªa que estaba cercada por los insurgentes, que incluso llegaron a da?ar un helic¨®ptero despu¨¦s de agujerear hasta doce veces su fuselaje.
Peticiones de los rebeldes
En la oficina de EL PA?S en M¨¦xico, como en otras corresponsal¨ªas extranjeras de la capital, se recibi¨® en las ¨²ltimas horas a trav¨¦s del correo el manifiesto del EZLN en el que anuncia su alza miento, el objetivo de entrar en la Ciudad de M¨¦xico, como lo hicieran el 6 de diciembre de 1914 Zapata y Pancho Villa, y la promulgaci¨®n de varias leyes revolucionarias.
El texto era de una limpieza tipogr¨¢fica inusual en M¨¦xico estaba confeccionado a dos tintas y de ut¨®pico s¨®lo tiene el m¨¦todo para obtener lo quieren los rebeldes. Una de las leyes a las que se hace referencia en el documento es la relativa a los denomi nados impuestos de guerra, que obligan a los pobladores que exploten fuerza de trabajo a pagar contribuciones al EZLN si el territorio est¨¢ bajo control de los guerrilleros. Los que no tengan empleados quedan en cambio exentos, como tambi¨¦n los campesinos, jornaleros y desempleados de extracci¨®n humilde.
El manifiesto retorna la reforma agraria zapatista y toca temas muy sensibles para las clases populares mexicanas, que son las que representan ese 40% de la poblaci¨®n que vive rozando la indigencia.
Este es el caso de la que denominan ley urbana, mediante la que los revolucionarios pretenden acabar con el sistema de alquileres, al que recurren por lo general los pobres, imponiendo s¨®lo el pago a los propietarios de las casas del 10% del salario que reciba el cabeza de familia.
Todo el contenido del manifiesto est¨¢ muy pensado, no para despertar solidaridades pol¨ªticas, sino para que guste a las familias pobres mexicanas que se ven agobiadas por el precio de los alquileres.
Por eso resulta incre¨ªble y tambi¨¦n sospechoso que un movimiento armado y con estos objetivos sociales tan clarividentes no haya sido descubierto antes ni por los servicios secretos mexicanos ni por el secretario de Gobemaci¨®n, Patrocinio Gonz¨¢lez Garrido, que hace s¨®lo un a?o ejerc¨ªa como gobernador constitucional del Estado de Chiapas.
En medios pol¨ªticos mexicanos se hablaba ya ayer de cortar cabezas si no se quiere que salgan estigmatizados de estos incidentes primero Carlos Salinas de Gortari, que hasta el 31 de diciembre era el presidente con mayor ¨¦xito pol¨ªtico de la reciente historia de M¨¦xico, y despu¨¦s su delf¨ªn, Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a las elecciones presidenciales que deben celebrarse el pr¨®ximo mes de agosto.
El aviso viene de gentes pr¨®ximas a este ¨²ltimo, que estiman que no s¨®lo este conflicto armado que ha surgido de la noche a la ma?ana sino la brutal y sangrienta represi¨®n que el Ej¨¦rcito est¨¢ aplicando en Chiapas son motivos suficientes para que se pueda poner en riesgo el proyecto de continuidad que jalona el salinismo y que, hasta el 31 de diciembre, era la bandera que parte como favorita para las elecciones que proporcionar¨¢n a M¨¦xico un nuevo presidente para los pr¨®ximos seis a?os.
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