Negocios y corazones rotos

Bruce Springsteen ya no es el futuro del rock and roll. Tal vez ni siquiera el presente. Sin embargo, sigue siendo una formidable m¨¢quina de hacer dinero. Est¨¢ considerado como uno de los pocos m¨²sicos capaces de mantener flotando a su alrededor un sinf¨ªn de negocios. Springsteen y sus abogados son incapaces de controlar la masiva venta de camisetas, gorras, cazadoras, programas de conciertos... y lo que es m¨¢s importante, no pueden parar la constante edici¨®n de grabaciones ilegales. Todo lo que toca o canta El Jefe, sea en el Madison de Nueva York o en una fiesta de cumplea?os acaba siendo p¨²blico. Hay un dato revelador: s¨®lo en Espa?a se editan habitualmente dos cat¨¢logos diferentes, Nebraska y Factory, dedicados por entero a, los coleccionistas de material de Springsteen. Amparados en un apartado de correos ofrecen productos tan jugosos como una caja de madera con sus dos ¨²ltimos discos de estudio (40.000 pesetas), los ensayos para el concierto emitido recientemente por la MTV (2.300 pesetas) o el concierto ben¨¦fico que ofreci¨® el pasado a?o para la Fundaci¨®n Kirsten Carr junto a Terence Trent d'Arby (6.500 pesetas).