Los atentados mantienen viva la revuelta zapatista
Los rebeldes atacan una instalaci¨®n militar cerca de San Crist¨®bal de las Casas
La zona metropolitana de la Ciudad de M¨¦xico sufri¨® por segundo d¨ªa consecutivo los efectos de la oleada terrorista presuntamente relacionada con la revuelta zapatista en el sure?o Estado de Chiapas. El miedo a la bomba hace que los mexicanos tengan muy presente la rebeli¨®n pese a que ha disminuido la intensidad de los enfrentamientos en el sur del pa¨ªs. Un segundo coche bomba explot¨® (tras el del d¨ªa anterior) junto a unas instalaciones militares y una torre de conducci¨®n el¨¦ctrica fue atacada con dinamita. Los atentados ocurrieron pasadas las 11 de la noche de M¨¦xico (seis de la ma?ana, hora peninsular espa?ola) y s¨®lo causaron da?os materiales, algo milagroso en una ciudad por la que se mueven diariamente 20 millones de personas. Un tercer atentado fue perpetrado en Tula, Estado de Hidalgo, contra un oleoducto de la empresa Petr¨®leos Mexicanos (Pemex), que salt¨® por los aires. Tampoco hubo v¨ªctimas.
Al Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN), al que se atribuye la mayor¨ªa de estas acciones, le han salido en las ¨²ltimas horas varios competidores. Hasta el 31 de diciembre M¨¦xico era uno de los pa¨ªses que pod¨ªan presumir de no sufrir los efectos del terrorismo urbano. Lo que no se sabe es si era porque lo ocultaba la polic¨ªa, que en este pa¨ªs es capaz de eso yue m¨¢s, o porque verdaderamente no exist¨ªa este tipo de grupos terroristas. Igual que fue recibida con sorpresa la sublevaci¨®n de la guerrilla zapatista en Chiapas, que hoy cumple su d¨¦cimo d¨ªa de desaf¨ªo al Gobierno, tambi¨¦n con sorpresa se est¨¢ recibiendo en Ciudad de M¨¦xico la cantidad de grupos que dicen estar detr¨¢s, de esta oleada de terror.
De hecho, imitando el m¨¦todo utilizado por los zapatistas en acciones de estos ¨²ltimos d¨ªas, un grupo que se denomina Partido de los Pobres ha demostrado. en las ¨²ltimas horas con pruebas fotogr¨¢ficas estar vinculado a algunos de estos atentados de la capital. Uno de ellos fue el coche bomba, el segundo ya, que hizo explosi¨®n a las 23.50 de anteayer en la colonia metropolitana de San Esteban de Naucalpan, en el Estado de M¨¦xico, y muy cerca de la puerta de entrada del Campo Militar 1, una de las principales unidades del Ej¨¦rcito mexicano. En el interior del veh¨ªculo empleado para el atentado hab¨ªa un cohete antitanque AH-4 Roquet colocado de manera que, con el efecto de la explosi¨®n, saliera lanzado contra las instalaciones militares.
El dispositivo fall¨® porque el, cohete hizo explosi¨®n al mismo tiempo que el artefacto. El Ej¨¦rcito mexicano se hizo cargo inmediatamente de la situaci¨®n y descubri¨® que junto al veh¨ªculo, calcinado hab¨ªa otros dos misiles, que no llegaron a estallar y que con toda probabilidad formaban parte del dispositivo terrorista ideado contra las instalaciones militares.
Diez minutos antes, en el municipio de Cuautitl¨¢n Izcalli, tambi¨¦n en el Estado de M¨¦xico, fue atacada con dinamita una torre de alta tensi¨®n.Explosi¨®n en el gasoducto
Esta instalaci¨®n, que no lleg¨® a ser derribada, sufri¨® al menos los efectos de tres artefactos explosivos y provoc¨® la alarma entre muchos vecinos de la zona, que todav¨ªa a altas horas de la madrugada permanec¨ªan fuera de sus casas cubiertos con mantas y aterrados por lo que estaba sucediendo.
La explosi¨®n del gasoducto de Pemex se produjo el s¨¢bado en Tula, a 75 kil¨®metros de la capital mexicana. La empresa petrolera, tratando de no crear la alarma, intent¨® despistar asegurando que lo ocurrido fue debido a un fallo t¨¦cnico. Sin embargo, llamadas casi simult¨¢neas al atentado del denominado Partido de los Pobres, el mismo que se responsabiliz¨® del atentado contra el Campo Militar 1, invalidaron la versi¨®n oficial.
El peri¨®dico oficialista El Nacional advert¨ªa ayer que este Partido de los Pobres, que utiliza asimismo el nombre de Partido Revolucionario Obrero Campesino Uni¨®n del Pueblo (PROCUP), es un brazo armado m¨¢s del movimiento zapatista que se encuentra levantado en armas en Chiapas.
Fuentes del Gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari, por su parte, tambi¨¦n se?alaron que la proliferaci¨®n de organizaciones sociales y pol¨ªticas que en estos d¨ªas han afirmado estar a favor de los zapatistas forma parte de una estrategia que tiene como objetivo sumar gente a un proyecto tendente a crear un brazo pol¨ªtico que respalde las acciones violentas que se est¨¢n produciendo.Protesta popular
Pese a que ambas tesis no est¨¢n muy sustentadas, el s¨¢bado se produjo en Ciudad de M¨¦xico una manifestaci¨®n de al menos 20 organizaciones populares diferentes en apoyo al levantamiento armado de Chiapas y en contra de la brutalidad empleada por el Ej¨¦rcito contra campesinos inocentes en los primeros d¨ªas de combates.
Los manifestantes, en un intento por entrevistarse con las autoridades de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, violentaron la puerta de acceso al edificio, forcejearon con la guardia de seguridad e hicieron una toma simb¨®lica del edificio de s¨®lo unos minutos.
Una eventual tregua no pactada, debido al mal tiempo reinante en la zona de Chiapas, no impidi¨® que los milicianos zapatistas atacaran de noche por octava vez consecutiva las instalaciones de la 31? Zona Militar, ubicadas a s¨®lo 10 kil¨®metros de San Crist¨®bal de las Casas, la ciudad en donde el pasado 1 de enero se produjo el alzamiento armado.
El ataque, ajustado a la guerra de guerrillas que como estrategia ha adoptado en los ¨²ltimos d¨ªas el EZLN, fue precedido por un sabotaje al tendido el¨¦ctrico y a la red de telefon¨ªa, lo que dej¨® completamente incomunicado y a oscuras el edificio central del cuartel militar.
Fue un ataque de fusiler¨ªa que dur¨® unos 20 minutos, porque r¨¢pidamente las unidades que se encontraban en el cuartel, en su mayor¨ªa refuerzos de uno de. los batallones expedicionarios, repelieron el ataque.
La 31? la Zona Militar de Chiapas est¨¢ custodiada por unos 600 soldados. Hasta hace unos d¨ªas viv¨ªan en el mismo cuartel los oficiales con sus familiares, pero estos ¨²ltimos, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, han sido reubicados en unas viviendas de Tuxtla Guti¨¦rrez, la capital del Estado.
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