Devuelve loter¨ªa premiada al ladr¨®n que le hab¨ªa robado

Vinicio Sabbatucci se llama y hoy es famoso porque devolvi¨® un billete de loter¨ªa premiado al ladr¨®n que lo hab¨ªa perdido mientras le robaba. Algunos le han llamado masoquista y otros le han puesto como ejemplo de generosidad. "Deb¨ªa devolverlo, no era m¨ªo. Me parec¨ªa haber robado aquel dinero. Si ¨¦l es un ladr¨®n, yo no lo soy", se justifica Sabbatucci, de 58 a?os, vicepresidente del Instituto Agrario de la ciudad de Ascoll Piceno, al que sus amigos miran como si estuviera un poco lelo.La historia comenz¨® la noche de fin de a?o, cuando Sabbatucci se dirig¨ªa a casa de un amigo m¨¦dico para que le atendiera porque se encontraba mal. En el camino pinch¨® una rueda de su autom¨®vil y un hombre de unos 35 a?os le ayud¨® a cambiarla. Como propina, Sabbatucci le dio 50.000 liras (unas 4.250 pesetas). Veinticuatro horas m¨¢s tarde, Sabbatucci comprob¨® que el generoso ayudante le hab¨ªa limpiado el maletero, llev¨¢ndose 12 botellas de vino, cuatro de cava, el gato mec¨¢nico y el neum¨¢tico pinchado. Mientras Sabbatucci averiguaba lo que faltaba, encontr¨® en el maletero del autom¨®vil un billete de loter¨ªa que el ladr¨®n habla perdido mientras le robaba.

El 6 de enero se celebr¨® el sorteo, y 24 horas despu¨¦s Sabbatucci mir¨® por curiosidad en el peri¨®dico si el billete del ladr¨®n hab¨ªa sido premiado. La respuesta fue afirmativa; el billete hab¨ªa ganado 50 millones de liras (4.250.000 pesetas). El pasado jueves, tras publicarse un llamamiento en el diario Il Messagero, el verdadero propietario del billete se puso en contacto con su generosa v¨ªctima. "Me pidi¨® disculpas y me explic¨® que no quer¨ªa robarme, que las cosas que se llev¨® las hab¨ªa puesto en su coche para cambiar la rueda y luego se las olvid¨® dentro", cuenta Sabbatucci. "S¨¦ que no es verdad, pero no importa: es un padre de familia desempleado. Incluso me mostr¨® las fotos de sus dos hijos, uno de ellos de pocos meses", a?adi¨® Sabbatucci, quien dice que ahora puede dormir tranquilo, aunque todas las cadenas de televisi¨®n le asedian para que cuente su historia en directo.-