Las hipotecas de la herencia nuclear de la URSS
El acuerdo tripartito Kiev-Washington-Mosc¨² dejar¨¢ en manos rusas todo el arsenal at¨®mico
En algo m¨¢s de dos a?os, cuatro Estados -Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Kazajst¨¢n- han descubierto que la herencia nuclear sovi¨¦tica est¨¢ gravada por m¨²ltiples hipotecas: mantenerla cuesta caro, liquidarla cuesta a¨²n m¨¢s y los peligros de proliferaci¨®n o accidente son una realidad. En diciembre de 1991, Rusia era el ¨²nico pa¨ªs en situaci¨®n de controlar plenamente el legado nuclear sovi¨¦tico. Al nacer como Estados independientes, sin estar preparados para ello, Bielorrusia, Ucrania y Kazajst¨¢n se comprometieron a transferir su herencia a favor de Mosc¨², que tiene el complejo t¨¦cnico-militar requerido para mantener a punto, renovar, desmantelar o lanzar los misiles.Rusia se convirti¨® as¨ª en el ¨²nico heredero legal de la potencia nuclear sovi¨¦tica, y como tal fue reconocida internacionalmente y ocup¨® el puesto de la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta posici¨®n qued¨® fijada en mayo de 1992 en el Protocolo de Lisboa, un documento mediante el cual la desintegraci¨®n de la URSS se adaptaba al Tratado START I de reducci¨®n de los arsenales estrat¨¦gicos, que el l¨ªder sovi¨¦tico Mija¨ªl Gorbachov y el presidente norteamericano George Bush firmaron tres semanas antes del intento de golpe de Estado de agosto de 1991. En Lisboa, Ucrania, Bielorrusia y Kazajst¨¢n se comprometieron de nuevo a trasladar a Rusia todos sus arsenales estrat¨¦gicos y a suscribir el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear (TNP) en calidad de pa¨ªses desnuclearizados.
La aplicaci¨®n del START I es requisito para la entrada en vigor del START II, un documento firmado en enero de 1993 por los presidente Bor¨ªs Yeltsin y George Bush que consolidar¨¢ la supremac¨ªa nuclear de EE UU y supondr¨¢ la renuncia de Mosc¨² a sus armas m¨¢s temibles, los misiles bal¨ªsticos intercontinentales SS- 18 de cabezas m¨²ltiples.
Tanto Bielorrusia como Kazajst¨¢n han ido cumpliendo las condiciones estipuladas en Lisboa. El Parlamento bielorruso ratific¨® el Tratado START I, en 1993, y aprob¨® la adhesi¨®n al TNP como Estado desnuclearizado. Kazajst¨¢n tambi¨¦n ha ratificado el START I y el Protocolo de Lisboa, pero no se ha adherido al TNP, aunque Alm¨¢ At¨¢ ha anunciado su intenci¨®n de hacerlo.
Tras la entrega de sus arsenales t¨¢cticos a Rusia para su desmantelamiento durante los primeros meses de 1992, Ucrania inici¨® un proceso de reflexi¨®n que le ha llevado a cuestionar el papel exclusivo de Mosc¨² en el control de los arsenales estrat¨¦gicos y a plantearse incluso un futuro como superpotencia nuclear. Kiev ha encontrado argumentos a favor, como el miedo a un neoimperialismo ruso, y en contra, como la falta de un sistema integrado para controlar los misiles y la imposibilidad de garantizar su seguridad.
De llevarse a la pr¨¢ctica, el acuerdo tripartito que el presidente Leonid Kravchuk firm¨® con sus hom¨®logos de Rusia y Estados Unidos el viernes en Mosc¨² tendr¨¢ una gran importancia, al poner punto y final a las ambig¨¹edades de Ucrania cuyo Parlamento ha condicionado la ratificaci¨®n del START I a m¨²ltiples garant¨ªas de seguridad y compensaciones econ¨®micas.
El acuerdo de Mosc¨² supone el desmantelamiento de todos los misiles nucleares en territorio de Ucrania, y el traslado en el plazo de 10 meses de un m¨ªnimo de 200 cabezas nucleares procedentes de misiles SS-19 y SS-24 a Rusia para ser desmanteladas. Mediante un contrato para la compra de uranio procedente de las cabezas nucleares por un importe de 12.000 millones de d¨®lares, Estados Unidos compensar¨¢ a Rusia y a Ucrania por los costes de la operaci¨®n.
Los analistas militares rusos han utilizado habitualmente da tos occidentales para contabilizar los arsenales propios. En el oto?o de 1993, sin embargo, el mando de las Fuerzas Unificadas de la Comunidad de Estados independientes (CEI) anunci¨® por primera vez la publicaci¨®n de un in forme oficial sobre los arsenales post sovi¨¦ticos. Extractos de ese informe, titulado A la seguridad por la cooperaci¨®n, aparecieron en el diario Izvestia.
Seg¨²n datos sobre los diversos componentes de los arsenales estrat¨¦gicos, m¨¢s del 20% de los misiles terrestres de la CEI son m¨®viles. En lo que a misiles a bordo de submarinos se refiere, la flota militar rusa posee 62 submarinos at¨®micos, con 940 misiles estrat¨¦gicos, que tienen sus bases en la Flota del Norte, en la pen¨ªnsula de Kola, y en la Flota del Pac¨ªfico.
En el momento de desintegrarse la URSS, los arsenales nucleares en territorio de Bielorrusia constaban de 81 misiles estrat¨¦gicos con 81 cargas nucleares; en Kazajst¨¢n hab¨ªa 98 misiles estrat¨¦gicos con 980 cargas nucleares, adem¨¢s de 40 bombarderos pesados con 240 cargas nucleares, y en Ucrania exist¨ªan, seg¨²n el informe, 176 misiles (130 SS-19 y 46 SS-24) con 1.240 cargas, adem¨¢s de 43 bombarderos pesados con 372 cargas. Los arsenales de Rusia, por su parte, estaban formados por 912 misiles estrat¨¦gicos con 3.970 cargas, 788 misiles bal¨ªsticos a bordo de submarinos con un total de 2.652 cargas y 79 bombarderos pesados con 271 cargas.
En v¨ªsperas de la visita a Minsk del presidente norteamericano, Bill Clinton, el l¨ªder de Bielorrusia, Stanislav Shusj¨¦vich, anunci¨® que acelerar¨¢ el traslado a Rusia del total de 72 misiles SS-25 que a¨²n existen en su territorio. Aunque Bielorrusia declar¨® su intenci¨®n de ser un pa¨ªs neutral, de hecho ha entrado en el sistema de seguridad colectiva de la CEI, lo que en la pr¨¢ctica supone la incorporaci¨®n a una alianza militar dirigida por Rusia y formada b¨¢sicamente por pa¨ªses de Asia Central.
A diferencia de Ucrania, que someti¨® a su jurisdicci¨®n las Fuerzas Estrat¨¦gicas en su territorio y se adjudic¨® la propiedad de los objetos nucleares, Minsk firm¨® con Mosc¨² un acuerdo sobre el estado de las Fuerzas Estrat¨¦gicas estacionadas en el suyo. En t¨¦rminos de efectivos humanos, Bielorrusia era, al desintegrarse la URSS, la rep¨²blica m¨¢s militarizada de todo el espacio postsovi¨¦tico, con un militar por cada 43 personas (Ucrania ten¨ªa uno por cada 98 personas, Kazajst¨¢n uno por cada 118 y Rusia uno por cada 634).
A diferencia de Ucrania, Kazajst¨¢n no ha dado indicios de querer utilizar el problema nuclear p¨²blicamente como instrumento de presi¨®n o negociaci¨®n. Sin embargo, algunos observadores pol¨ªticos han cre¨ªdo ver reservas en la posici¨®n de Kazajst¨¢n y algunos intentos de coordinar discretamente su pol¨ªtica con la de Ucrania, al margen de Mosc¨².
M¨¢s all¨¢ de la intransigencia formal del Parlamento de Kiev, Ucrania ha comenzado ya a desmantelar sus misiles estrat¨¦gicos, obligada por razones de seguridad (algunos se encuentran a punto para ser dados de baja) y econ¨®micas (la situaci¨®n econ¨®m¨ªca de Ucrania es penosa y el pa¨ªs depende enormemente de los suministros energ¨¦ticos rusos). El acuerdo tripartito firmado por el presidente Kravchuk en Mosc¨² supone, pues, la formalizaci¨®n de un proceso ya iniciado. En diciembre pasado se hab¨ªan desmantelado ya un total de 17 misiles SS-24, con 10 cabezas nucleares cada uno, y deb¨ªa llegar a la veintena para fines de aquel a?o. Formalmente, en esta operaci¨®n, emprendida al margen del Parlamento, los representantes del Ministerio de Exteriores de Ucrania se distanciaban del Tratado START I, ya que, de acuerdo con la interpretaci¨®n del Parlamento, este tratado s¨®lo afecta a los 130 misiles SS-19, pero no a los 46 misiles SS-24, m¨¢s modernos y seguros que los anteriores.
El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, confirm¨® en diciembre que 41 cohetes SS-19 hab¨ªan sido despojados de su carga nuclear, seg¨²n afirmaba un analista militar del diario moscovita Segodnia. Tres cabezas nucleares averiadas de SS-24 fueron transportadas a Rusia en 1993 y entregadas a especialistas del Ministerio de Energ¨ªa At¨®mica, se?alaba este medio.
Ucrania ha asegurado tener el "control negativo" de los arsenales estrat¨¦gicos en su territorio, es decir, la posibilidad de bloquear su eventual lanzamiento, pero no parece haber conseguido penetrar en el sistema de c¨®digos que controla el lanzamiento desde una terminal de ordenadores en Mosc¨². Esta terminal funciona ininterrumpidamente y advertir¨ªa a los militares rusos en el caso de que Ucrania consiguiera hacerse con los c¨®digos.
En Rusia, la Direcci¨®n General n¨²mero 12 del Ministerio de Defensa es el departamento, anta?o secreto, a cargo de todo lo relacionado con la conservaci¨®n, explotaci¨®n y transporte de cargas nucleares. Un n¨²mero indeterminado de especialistas de esta direcci¨®n general se quedaron en Ucrania e hicieron el juramento de lealtad a aquel pa¨ªs cuando Kiev puso bajo su jurisdicci¨®n a las unidades militares que custodiaban los misiles.
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