La poblaci¨®n de Los ?ngeles vive aterrorizada por el temor a un nuevo, terremoto de mayor magnitud
Salvador Pe?a no hab¨ªa arrancado a¨²n su coche cuando el edificio entero se desplom¨® sobre el aparcamiento. Durante, siete horas permaneci¨® all¨ª, con las piernas rotas y alimentado por el ox¨ªgeno y la esperanza que leinyectaba desde fuera el equipo de rescate. Al final sali¨® seriamente herido, pero vivo, dando gracias a Dios por el milagro. Fue la historia positiva de una jornada de horror que cost¨® la vida a 34 personas en el peor terremoto ocurrido nunca, en Los ?ngeles, unaciudad maldita que vive ahora bajo el toque de queda y que vuelve a ser patrullada por soldados de la Guardia Nacional para evitar que al miedo de la poblaci¨®n a una cat¨¢strofe a¨²n mayor se una los saqueos, la violencia y el caos.
Salvador Pe?a fue r¨¢pidamente localizado por los bomberos que se acercaron al centro comercial de Northridge, en el norte de la ciudad, en el epicentro mismo del terremoto. Sus gritos de dolor y de auxilio enseguida atrajeron la atenci¨®n de los equipos de salvamento. Rey Lavalle, uno de los bomberos, daba instrucciones y ¨¢nimos en espa?ol al hombre atrapado, mientras el resto de sus compa?eros, con martillos mec¨¢nicos y gr¨²as, trataban de abrir un hueco entre aquella mole de cemento. Cuando le encontraron, enredado entre los hierros y la chapa de su veh¨ªculo, Pe?a estaba casi inconsciente y con serias lesiones en la espalda. Un helic¨®ptero le traslad¨® r¨¢pidamente a uno de los repletos hospitales de la ciudad donde ayer todav¨ªa luchaban por salvarle la vida.Casi 2.000 personas m¨¢s, heridas en el terremoto que sorprendi¨® a Los ?ngeles al borde de las cinco de la ma?ana del lunes, se encuentran internadas en centros sanitarios. Decenas de miles han perdido sus casas y la ciudad entera se ve sacudida peri¨®dicamente por otros movimientos de tierra que podr¨ªan ser flecos del gran temblor de 6,6 grados o anuncio de otro de semejantes o peores proporciones.
Aterrados por esa posibilidad, miles de personas pasaron ayer la noche en descampados, pistas deportivas y otros lugares aparentemente seguros. Otros miles m¨¢s tuvieron que reanudar la actividad rutinaria y sumergirse en el espanto de la congesti¨®n de tr¨¢fico provocada por el cierre de varias autopistas parcialmente destruidas por el terremoto.
Una ciudad donde las autopistas son las arterias de su sistema circulatorio, el hundimiento de tramos enteros de pavimentaci¨®n la deja al borde de la par¨¢lisis. Equipos de trabajo empezaron ayer mismo a poner en orden todos esos destrozos, especialmente en la autopista de Santa M¨®nica, la de mayor circulaci¨®n de todo Estados Unidos.
Las autoridades calculan que costar¨¢ cerca de un a?o y mil es de millones de d¨®lares poner en pie todo lo que se ha ca¨ªdo: conducciones de gas reventados, explosi¨®n de dep¨®sitos de propano, decenas de incendios provocados por cortocircuitos, un millar de casas destrozadas, varios cientos m¨¢s de viviendas seriamente da?adas, un tren descarrilado...
El aeropuerto de Los ?ngeles tuvo que ser cerrado al tr¨¢fico el lunes durante varias, horas. M¨¢s de medio. mill¨®n de personas han quedado sin energ¨ªa el¨¦ctrica y otras tantas no disponen de agua potable en sus casas.
Interrupci¨®n telef¨®nica
Las l¨ªneas telef¨®nicas quedaron interrumpidas el lunes y todav¨ªa funcionaban ayer con dificultad. Varios hoteles que alojan a los visitantes de Disneylandia y de los estudios Universal han cerrado sus puertas hasta reparar los da?os. El gobernador de California, Pete Wilson, coment¨® mientras . sobrevolaba Los ?ngeles: ?Cu¨¢nto m¨¢s tendr¨¢ que soportar esta ciudad?".
Nadie lo sabe con precisi¨®n. Desde el terremoto del lunes, otros 200 movimientos menores han sido registrados. La tierra tembl¨® en dos ocasiones en el tiempo que se tard¨® en escribir esta cr¨®nica. Muchos de los clientes del hotel donde me alojo, en Hollywood Boulevard, pasaron la noche, en el hall ante el miedo de que el terremoto grande nos encontrase durmiendo.
Entre los muertos, seis perecieron como consecuencia de infartos provocados por el miedo. Dos personas perdieron la vida al arrojarse por las ventanas de sus casas. Un ni?o de cuatro a?os fue encontrado destrozado por una viga. Un hombre de 25 anos muri¨® electrocutado por uno de los tendidos el¨¦ctricos ca¨ªdos. Una anciana de 95 a?os qued¨® atrapada en el fuego que se desat¨® en su vivienda.
Las autoridades de Los ?ngeles, probablemente las mejor preparadas del mundo para este tipo de emergencias, han abierto centros de refugio para los que han perdido sus casas. Varias l¨ªneas de tel¨¦fonos han sido abiertas para informar sobre la suerte de los- desaparecidos o impartir instrucciones sobre c¨®mo acceder a los cr¨¦ditos federales autorizados por el presidente Bill Clinton, que ha declarado Los ?ngeles zona catastr¨®fica.
La industria aseguradora calcula que los da?os del terremoto superar¨¢n los 7.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de un bill¨®n de pesetas) del terremoto de San Francisco de 1989.
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