El regreso de Pilar Mir¨®
Antes de la representaci¨®n, y en el intermedio de la misma, casi todo el mundo evitaba pronunciarse sobre lo que iba a venir, pero, en la tensi¨®n del ambiente, exist¨ªa un s¨ªndrome Mir¨®. Por ello, se hablaba de otras cosas: Albin Hanseroth, director art¨ªstico del Liceo de Barcelona, comentaba el estreno en Espa?a de Mat¨ªas, el pintor; Emilio Sagi, director del teatro de la Zarzuela, transmit¨ªa el ¨¦xito de El gato mont¨¦s en Los ?ngeles, con comentarios favorables hasta del mism¨ªsimo Los ?ngeles Times; a Manuel Guit¨¦rrez Arag¨®n se le escapaba, casi inconscientemente, el deseo de dirigir una ¨®pera...El clima de la funci¨®n fue fr¨ªo. El p¨²blico de las premi¨¨res es igual en todas partes: convocaci¨®n de or¨¢culo. Al final, aplaudi¨® a los cantantes y al director musical, pero se ensa?¨® con Pilar Mir¨®. Han pasado 12 a?os desde su Carmen, pero nada parece haber cambiado: los mismos odios irracionales; las mismas ganas de cargarse haga lo que haga, a una persona cuya existencia genera por igual amores apasionados y rechazos viscerales.
No voy a entrar en la valoraci¨®n de su trabajo y el de su equipo, elegido tras un concurso de escenograf¨ªa con un jurado de expertos internacionales. Pero me atrevo a decir que hubo en la representaci¨®n otros aspectos poco defendibles y el p¨²blico se los trag¨®.
En algunos c¨ªrculos privados, sin embargo, se defend¨ªa el planteamiento de la directora y hasta algunos no sal¨ªan de su asombro de c¨®mo se puede patear un montaje como ¨¦ste y aplaudir otros de los que m¨¢s vale no acordarse.
La explicaci¨®n evidentemente es Pilar Mir¨® y, por supuesto, la singularidades del pa¨ªs donde vivimos. Pienso, no obstante, que pese al dolor que la estupenda cineasta le cause el rechazo de un sector importante del p¨²blico oper¨ªstico madrile?o, amando como ella ama a la ¨®pera, su presencia es positiva. Crea pol¨¦mica, genera nuevos p¨²blicos, favorece el inconformismo y la reflexi¨®n. "Hay que ser audaz para conseguir la felicidad", se dice en los di¨¢logos de Der Freisch¨¹tz. Por lo menos, a Pilar Mir¨® hay que reconocerla que gracias a ella se ha hablado m¨¢s de ¨®pera esta semana en Madrid que a veces en temporadas completas. ?O tambi¨¦n esto le van a negar sus irreconciliables enemigos?
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